/ domingo 7 de noviembre de 2021

Paradigmas | Antes de llegar a Glasgow

Diversas voces en Glasgow, dijeron, no más bla, bla, bla. Y tienen razón. Tuvo que pasar 26 años por lo menos para darse cuenta, las propuestas medioambientales estaban paralizadas o en su mayoría solo fueron respuestas simuladas.

Si analizamos la situación, veremos que en 1992 la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, planteaba: “… Alcanzar acuerdos internacionales en los que se respeten los intereses de todos y se proteja la integridad del sistema ambiental y de desarrollo mundial”. Líderes, ambientalistas, jefes de gobierno, etc. así mismo se comprometieron a “reconocer la naturaleza integral e interdependiente de la Tierra, nuestro hogar”.

Así fue, en la segunda ciudad más poblada de Brasil, surgieron los 27 Principios, siendo el de mayor trascendencia, el Principio 1: Los seres humanos constituyen el centro de las preocupaciones relacionadas con el desarrollo sostenible. Tienen derecho a una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza.

La reunión de Río lo que hacía era confirmar varios apartados de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, aprobada en Estocolmo el 16 de junio de 1972.

Posteriormente, en 1995 viene a la práctica en la ciudad de Berlín la COP1, propuesta sustentada en Río de Janeiro, cuando identificaron tres procesos biofísicos en alto riesgo: la desertificación, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. En la primera Conferencia sobre el Cambio Climático, los países firmantes concretaron reunirse anualmente para mantener el control sobre el calentamiento global y ven la necesidad de reducir las emisiones de gases contaminantes.

Dos documentos han tratado de ser fundamentales para la buena marcha de los compromisos ambientales, ellos son los firmados durante el Protocolo de Kioto (COP3) que obligaba únicamente a los países ricos contaminantes reducir las emisiones de CO₂ entre 2008-2012, en relación de las emisiones registradas en 1990. Y el otro, suscrito en diciembre de 2015 durante el Acuerdo de París que hace referencia a limitar el aumento global de la temperatura en este siglo, a 2 grados Celsius, al tiempo que busca medios para acortar la subida todavía más, a 1,5 grados.

El Acuerdo de París (COP21) -signado por 197 naciones- en cambio, no diferencia entre ricos y pobres, con el argumento de que China es el mayor emisor del mundo, y otros países emergentes como India o Brasil, emiten también grandes cantidades de Gases de Efecto Invernadero. Los Estados pobres e insulares, con menor contaminación protestaron ante tal medida. Ahora, los compromisos de reducción de emisiones, son voluntarios, no están cuantificados y no hay ningún instrumento jurídico que obligue a su cumplimiento.

Mi querido lector, esperemos al llegar el 12 de noviembre, los resultados de la COP26 miren hacia un nuevo amanecer, dado que el sexto informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas (IPCC) publicado el pasado agosto indica, en las próximas décadas, los cambios climáticos aumentarán en todas las regiones. Con calentamiento global más de 1,5 °C, producirá un aumento de las olas de calor, alargarán las estaciones cálidas y acortarán las estaciones frías, entre otras consecuencias.

lupitarico@hotmail.com

Diversas voces en Glasgow, dijeron, no más bla, bla, bla. Y tienen razón. Tuvo que pasar 26 años por lo menos para darse cuenta, las propuestas medioambientales estaban paralizadas o en su mayoría solo fueron respuestas simuladas.

Si analizamos la situación, veremos que en 1992 la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, planteaba: “… Alcanzar acuerdos internacionales en los que se respeten los intereses de todos y se proteja la integridad del sistema ambiental y de desarrollo mundial”. Líderes, ambientalistas, jefes de gobierno, etc. así mismo se comprometieron a “reconocer la naturaleza integral e interdependiente de la Tierra, nuestro hogar”.

Así fue, en la segunda ciudad más poblada de Brasil, surgieron los 27 Principios, siendo el de mayor trascendencia, el Principio 1: Los seres humanos constituyen el centro de las preocupaciones relacionadas con el desarrollo sostenible. Tienen derecho a una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza.

La reunión de Río lo que hacía era confirmar varios apartados de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, aprobada en Estocolmo el 16 de junio de 1972.

Posteriormente, en 1995 viene a la práctica en la ciudad de Berlín la COP1, propuesta sustentada en Río de Janeiro, cuando identificaron tres procesos biofísicos en alto riesgo: la desertificación, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. En la primera Conferencia sobre el Cambio Climático, los países firmantes concretaron reunirse anualmente para mantener el control sobre el calentamiento global y ven la necesidad de reducir las emisiones de gases contaminantes.

Dos documentos han tratado de ser fundamentales para la buena marcha de los compromisos ambientales, ellos son los firmados durante el Protocolo de Kioto (COP3) que obligaba únicamente a los países ricos contaminantes reducir las emisiones de CO₂ entre 2008-2012, en relación de las emisiones registradas en 1990. Y el otro, suscrito en diciembre de 2015 durante el Acuerdo de París que hace referencia a limitar el aumento global de la temperatura en este siglo, a 2 grados Celsius, al tiempo que busca medios para acortar la subida todavía más, a 1,5 grados.

El Acuerdo de París (COP21) -signado por 197 naciones- en cambio, no diferencia entre ricos y pobres, con el argumento de que China es el mayor emisor del mundo, y otros países emergentes como India o Brasil, emiten también grandes cantidades de Gases de Efecto Invernadero. Los Estados pobres e insulares, con menor contaminación protestaron ante tal medida. Ahora, los compromisos de reducción de emisiones, son voluntarios, no están cuantificados y no hay ningún instrumento jurídico que obligue a su cumplimiento.

Mi querido lector, esperemos al llegar el 12 de noviembre, los resultados de la COP26 miren hacia un nuevo amanecer, dado que el sexto informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas (IPCC) publicado el pasado agosto indica, en las próximas décadas, los cambios climáticos aumentarán en todas las regiones. Con calentamiento global más de 1,5 °C, producirá un aumento de las olas de calor, alargarán las estaciones cálidas y acortarán las estaciones frías, entre otras consecuencias.

lupitarico@hotmail.com