Los embajadores de Buena Voluntad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) son personas célebres que contribuyen con la difusión de los ideales de la Organización gracias a su renombre y carisma.
Además de ampliar el trabajo y la misión de la UNESCO, estas personalidades han aceptado ofrecer su talento y reconocimiento internacional para sensibilizar a la opinión mundial en apoyo al trabajo del organismo. Contribuyen, significativamente a promover las actividades culturales. Además, apoyan a las ciencias, a la cultura y al desarrollo sostenible.
La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, en septiembre de 2017 designó al escritor y personaje público mexicano Andrés Roemer Slomianski como Embajador de Buena Voluntad para el cambio social y el libre flujo del conocimiento de la organización dependiente de la ONU.
En 2016 el doctor en Ciencias Políticas venía de un lamentable incidente diplomático al ser destituido como embajador ante la UNESCO por votar a favor de una resolución en la que se negaba todo vínculo entre el Monte del Templo de Jerusalén y el judaísmo, limitándose a considerarlo un lugar de culto musulmán.
El pasado lunes un grupo de mujeres, integrantes de la marcha feminista se dirigieron al domicilio particular del también, escritor, filántropo y catedrático mexicano, autor de más de una veintena de libros. Andrés Roemer suma 61 acusaciones por violación, abuso y acoso sexual, según el informe presentado por Periodistas Unidas Mexicanas, quienes documentan desde 2019 las denuncias contra el otrora diplomático.
Las acusaciones sobre abuso sexual se dice son de vieja data, pero ello nunca le impidió codearse con la élite política mexicana que viene desde sexenios pasados e incursionar en las relaciones internacionales. Recibía significativos recursos públicos para su proyecto La Ciudad de las Ideas, el festival internacional de mentes brillantes, en donde compartía créditos con la televisora del Ajusco.
Daniel Goleman, menciona que el primer paso para desarrollar la inteligencia emocional es aprender a reconocer nuestras emociones y sentimientos para luego comprender de dónde provienen y poder controlarlas. Implica saber relacionarse con los demás especialmente a través de la empatía.
Todo hace suponer que la Ciudad de las Ideas bajará el telón, ese fantástico escenario que congregaba conocimiento y aprendizaje, en donde Roemer era una de las figuras esenciales y especiales. Goleman, autor de Inteligencia Emocional, indica: “En el mejor de los casos, el coeficiente intelectual parece aportar tan solo un 20% de los factores determinantes del éxito”. Y agrega, un individuo sin capacidad cognitiva no podrá desempeñar efectivamente su labor, pero, sí carece de inteligencia emocional la probabilidad de que llegue lejos será mucho menor. ¿Será el caso de Andrés Roemer?
Mi estimado lector, no levantemos juicios antes del final. Esperemos cómo termina esta historia.
EDUCACIÓN.- Durante varios días de la semana hubo inquietud dentro del sector educativo ante el envío de un oficio de parte de la Secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez en el sentido de solicitar a los directores de las instituciones su propuesta de reducción de personal. Al paso de los días el Sindicato de Maestros aclaró se trata únicamente de administrativos no sindicalizados. Debo suponer, se refiere a quienes asisten a las oficinas mediante outsourcing, estrategia laboral que desde un principio del sexenio el Presidente Andrés Manuel López Obrador propuso desaparecer.
lupitarico@hotmail.com
