/ domingo 23 de febrero de 2020

Paradigmas | Putin, del discurso a la acción

Vladimir Putin, presidente de Rusia, no coincide con la mayoría de la comunidad científica mundial, desvincula la actividad humana con el cambio climático.

Él considera: “evaluar la influencia que puede tener la humanidad contemporánea sobre el clima, es muy difícil, incluso imposible”. Sin embargo reafirmó el compromiso de su país para reducir las emisiones de gas de efecto invernadero, una manera de respaldar el Acuerdo de París sobre el clima. “No hacer nada tampoco es una solución, tenemos que hacer los máximos esfuerzos para que el clima no cambie de manera dramática”.

El Presidente ruso está consciente de la elevación de la temperatura y de lo que afectará al país que preside: “hay ciudades enteras construidas sobre el permafrost, imagínense las consecuencias” en caso de deshielo masivo.

En diciembre pasado en misiva para la apertura del Foro Internacional Clean Country, en Moscú, Putin habló del mejoramiento de la situación económica, la promoción de una actitud responsable y cuidadosa hacia el medio ambiente, los recursos naturales, la creación de una industria moderna y de alta tecnología en Rusia, para gestionar los desechos de producción y consumo, constituyen una importante tarea nacional.

Un estudio realizado por el Crowther Lab de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (Suiza) y publicado en la revista Science mostró que combatir la crisis climática a nivel global y reducir 25% la cantidad de gases de efecto invernadero sería posible si aumenta la superficie forestal. La propuesta trata de sembrar árboles en seis países. En primer lugar estaría Rusia, con 151 millones de hectáreas; le seguiría Estados Unidos, con 103 millones; Canadá, con 78.4 millones de hectáreas; Australia, con 58 millones; Brasil, con 49.7 millones, y China, con 40.2 millones de hectáreas.

Aunque existen proposiciones para eliminar el dióxido de carbono de manera artificial, este proyecto no necesita de nuevas tecnologías y es barato: cada árbol costaría 30 centavos de dólar.

Será momento para que Vladimir Putin, líder del país más extenso del mundo equivalente a la novena parte de la Tierra, vaya del discurso a las acciones y junto a demás mandatarios inicien la plantación de especies como un símbolo de paz con el planeta, una solución a la problemática mundial. Pero vale la pena preguntar: Y ¿Donald Trump estaría dispuesto a colaborar con la humanidad, accedería a la idea de los científicos? Usted, mi querido lector, ¿qué opina?

¡YO NO MARCHO!.- Un triste panorama social enfrenta no solo México, hay una crisis global, que está atacando a aquellos países con estructuras endebles. Pero si lo particularizamos a nuestro país, lo vemos reflejado en el exceso de violencia, en mujeres, también hombres, jóvenes, adultos mayores, animales, hacia todo el medio ambiente. Se invita a una marcha. Tal parece que hay un sinnúmero de razones.

Yo me declaro, en no asistir. ¿Contra quién es la manifestación?

¿Contra los hombres?, ¿Gobiernos? ¿Jueces?…

El nombre ideal sería: ¡La marcha contra la familia creada en México!

Somos una sociedad desvalorizada, que poco a poco ha ido perdiendo el sentido hacia la vida, en exceso de ocasiones por el materialismo, ejemplo: aquellos jóvenes casi niños incorporados a las filas del narcotráfico, que expresaban su deseo de vivir pocos años pero con dinero en la bolsa, que el resto de su vida en la pobreza.

Es cierto, la mujer es vulnerable físicamente, pero ¿y los hombres?

El asesino de Fátima vivió una niñez con violencia; el padre, informaron los medios de comunicación masiva, se suicidó.

Estamos en un aparador en donde los culpables somos todos y no le pongamos sexo. Somos los padres, los maestros, el sacerdote, el juez, el policía, el obrero, etc. somos todos, quienes hemos dejado de cumplir el rol que nos corresponde en la sociedad.

Hay hogares, donde los hombres son violentados física y psicológicamente por sus parejas y por motivo de vergüenza social no salen a denunciar. ¡Ah, pero no los matan! Salió la justificación. Esos también cuentan. ¿Cuántos? No hay estadísticas.

Hoy entre las situaciones en que se mueven nuestras familias están: niñas y adolescentes embarazadas, divorcios, violencia sexual, alcohol y drogas, abandono a mayores, explotación sexual, suicidios, extorsión, explotación de niños, analfabetismo, desempleo, podría seguir.

Eduquemos en familia, con valores humanos bien cimentados, con el ejemplo. La raíz del problema está en casa. Y después, por añadidura, vendrá lo que sigue. Mi amable lector, no la tenemos fácil, y si algún refrán nos acomoda sería “Más vale tarde que nunca”. O ¿usted tiene otro en mente?

lupitarico@hotmail.com

fb: María Guadalupe Rico Martínez

Vladimir Putin, presidente de Rusia, no coincide con la mayoría de la comunidad científica mundial, desvincula la actividad humana con el cambio climático.

Él considera: “evaluar la influencia que puede tener la humanidad contemporánea sobre el clima, es muy difícil, incluso imposible”. Sin embargo reafirmó el compromiso de su país para reducir las emisiones de gas de efecto invernadero, una manera de respaldar el Acuerdo de París sobre el clima. “No hacer nada tampoco es una solución, tenemos que hacer los máximos esfuerzos para que el clima no cambie de manera dramática”.

El Presidente ruso está consciente de la elevación de la temperatura y de lo que afectará al país que preside: “hay ciudades enteras construidas sobre el permafrost, imagínense las consecuencias” en caso de deshielo masivo.

En diciembre pasado en misiva para la apertura del Foro Internacional Clean Country, en Moscú, Putin habló del mejoramiento de la situación económica, la promoción de una actitud responsable y cuidadosa hacia el medio ambiente, los recursos naturales, la creación de una industria moderna y de alta tecnología en Rusia, para gestionar los desechos de producción y consumo, constituyen una importante tarea nacional.

Un estudio realizado por el Crowther Lab de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (Suiza) y publicado en la revista Science mostró que combatir la crisis climática a nivel global y reducir 25% la cantidad de gases de efecto invernadero sería posible si aumenta la superficie forestal. La propuesta trata de sembrar árboles en seis países. En primer lugar estaría Rusia, con 151 millones de hectáreas; le seguiría Estados Unidos, con 103 millones; Canadá, con 78.4 millones de hectáreas; Australia, con 58 millones; Brasil, con 49.7 millones, y China, con 40.2 millones de hectáreas.

Aunque existen proposiciones para eliminar el dióxido de carbono de manera artificial, este proyecto no necesita de nuevas tecnologías y es barato: cada árbol costaría 30 centavos de dólar.

Será momento para que Vladimir Putin, líder del país más extenso del mundo equivalente a la novena parte de la Tierra, vaya del discurso a las acciones y junto a demás mandatarios inicien la plantación de especies como un símbolo de paz con el planeta, una solución a la problemática mundial. Pero vale la pena preguntar: Y ¿Donald Trump estaría dispuesto a colaborar con la humanidad, accedería a la idea de los científicos? Usted, mi querido lector, ¿qué opina?

¡YO NO MARCHO!.- Un triste panorama social enfrenta no solo México, hay una crisis global, que está atacando a aquellos países con estructuras endebles. Pero si lo particularizamos a nuestro país, lo vemos reflejado en el exceso de violencia, en mujeres, también hombres, jóvenes, adultos mayores, animales, hacia todo el medio ambiente. Se invita a una marcha. Tal parece que hay un sinnúmero de razones.

Yo me declaro, en no asistir. ¿Contra quién es la manifestación?

¿Contra los hombres?, ¿Gobiernos? ¿Jueces?…

El nombre ideal sería: ¡La marcha contra la familia creada en México!

Somos una sociedad desvalorizada, que poco a poco ha ido perdiendo el sentido hacia la vida, en exceso de ocasiones por el materialismo, ejemplo: aquellos jóvenes casi niños incorporados a las filas del narcotráfico, que expresaban su deseo de vivir pocos años pero con dinero en la bolsa, que el resto de su vida en la pobreza.

Es cierto, la mujer es vulnerable físicamente, pero ¿y los hombres?

El asesino de Fátima vivió una niñez con violencia; el padre, informaron los medios de comunicación masiva, se suicidó.

Estamos en un aparador en donde los culpables somos todos y no le pongamos sexo. Somos los padres, los maestros, el sacerdote, el juez, el policía, el obrero, etc. somos todos, quienes hemos dejado de cumplir el rol que nos corresponde en la sociedad.

Hay hogares, donde los hombres son violentados física y psicológicamente por sus parejas y por motivo de vergüenza social no salen a denunciar. ¡Ah, pero no los matan! Salió la justificación. Esos también cuentan. ¿Cuántos? No hay estadísticas.

Hoy entre las situaciones en que se mueven nuestras familias están: niñas y adolescentes embarazadas, divorcios, violencia sexual, alcohol y drogas, abandono a mayores, explotación sexual, suicidios, extorsión, explotación de niños, analfabetismo, desempleo, podría seguir.

Eduquemos en familia, con valores humanos bien cimentados, con el ejemplo. La raíz del problema está en casa. Y después, por añadidura, vendrá lo que sigue. Mi amable lector, no la tenemos fácil, y si algún refrán nos acomoda sería “Más vale tarde que nunca”. O ¿usted tiene otro en mente?

lupitarico@hotmail.com

fb: María Guadalupe Rico Martínez