/ martes 30 de noviembre de 2021

Pre-textos del caimán | El caballero ladrón

Caballero, ladrón de guante blanco, maestro de los disfraces, convertido en detective, así era conocido Arsène Lupin. Su creador: Maurice Leblanc. Autor de más de 60 novelas y cuentos, su famoso héroe apareció por vez primera en la historia del crimen con el cuento titulado “El arresto de Arsène Lupin”, publicado originalmente en el periódico Je sais tout (Lo sé todo), en 1905.

Maurice Leblanc nació en Rouen. Siendo un niño con apenas cuatro años de edad salvó la vida al incendiarse una casa. Más tarde estudió en Francia, Alemania e Italia. Posteriormente cursó la carrera de derecho, pero la abandonó tiempo después para dedicarse de tiempo completo a la escritura de crímenes “pulp” y como reportero policial para revistas y periódicos franceses.

Sus textos iniciales aparecieron en diarios como el Echo de París. Su primera novela, Une Femme, fue publicada en 1887 con un modesto éxito, pero ya se dejaba ver en su obra la influencia de Gustave Flaubert y la del maestro del cuento: Guy de Maupassant.

Con la creación de Arsène Lupin, Leblanc alcanzó la fama internacional. La crítica de entonces lo comparó con el éxito obtenido por Sir Arthur Conan Doyle y su famosísimo Sherlock Holmes. Las historias de Lupin lo habrían de mantener ocupado durante los siguientes veinticinco años. Incluso se dio el lujo de que su personaje conociera a su gran rival en la novela Arsène Lupin contra Herlock-Sholmes (1908).

El personaje de Lupin, como suele suceder en muchos casos, surgió de manera circunstancial, cuando Pierre Laffite, editor de la revista Je Sais Tout, le encargó a Leblanc que escribiera una historia con un héroe tipo Raffles o Holmes. Para fortuna de las letras francesas, Leblanc creó un personaje completamente opuesto: un hombre rebelde y aventurero despreocupado. Originalmente el héroe se llamó Arsène Lopin, en honor a un concejal parisino, sólo que al verdadero Lopin no le agradó y fue entonces que lo cambió.

Lafitte se maravilló con la creación de ese personaje. Sus habilidades de detective eran la mejor respuesta a la moda intercontinental de Sherlock Holmes, pero además, este caballero ladrón se convirtió rápidamente en un arquetipo, declarado como “dernier cri” (la última moda) en la vida literaria parisina.

Unos meses antes de la aparición de este personaje de ficción, Alexandre Jacob, conocido como Marius Jacob, un caballero ladrón de la vida real, quien poseía un agudo sentido del humor, dirigía una pandilla conocida como “los trabajadores nocturnos”; fue capturado junto con otros cuarenta miembros y llevado a juicio por haber cometido más de ciento cincuenta robos. El juicio fue todo un espectáculo y la sociedad francesa estaba lista para el debut de Arsène Lupin.

La primera novela, Arsène Lupin, caballero ladrón, se publicó en 1907. La novela incluía una parodia de Holmes, “Herlock-Sholmes llega demasiado tarde”. Arsène Lupin era un nuevo personaje atractivo y emocionante y muy pronto se convirtió en la sensación del momento por derecho propio. La obra de Leblanc fue llevada al teatro en coautoría con Francis de Croisset, la primera, titulada “Arsène Lupin” fue estrenada en 1908 en el Teatro del Ateneo de París, el actor André Brulé protagonizó a Lupin, a la larga, sería el papel más importante en su carrera.

La caracterización del personaje desarrolló una imagen específica: un hombre afable con un sombrero de copa, un monóculo, guantes blancos, un bastón y vestido con un esmoquin. De esa manera se asoció de manera permanente al personaje, no obstante que ninguno de los accesorios mencionados aparece en las historias de Leblanc.

Y es que no era fácil caracterizar al personaje porque con mucha frecuencia surge disfrazado como chofer, corredor de apuestas, torero español, detective, médico ruso, viajero, joven apuesto o viejo decrépito. Es claro que el personaje no tenía otra alternativa, pues mostrar su rostro real lo pondría en aprietos fácilmente.

Sus peculiares habilidades le permiten salvarse de innumerables inconvenientes como ser arrestado para luego escapar de la prisión; comete robos pero, según eso, lo hace por razones altruistas; incluso le solicitan resolver crímenes desconcertantes; Lupin usa tarjetas de presentación con su nombre verdadero, suele entregarlas a las mismas personas que engaña, justo antes de desaparecer para siempre. Si roba un cuadro es para que sea realmente apreciado, Lupin se divierte poniendo en ridículo a la policía. Tiene un oponente, desde luego, el inspector Ganimard de la Sûrete.

Durante su carrera en los bajos fondos decide colaborar en sociedad con la policía, en la novela Los dientes del tigre (1921) ayuda al prefecto de policía Desmalions a capturar a un asesino. Maurice Leblanc trabajó como consultor en la Prefectura de policía de París. Esa experiencia se vio reflejada en las historias de Lupin. Sus mejores novelas son 813 (1910), en la que el personaje es acusado de asesinato, él mismo encabeza la investigación policial para resolver el crimen.

En La aguja hueca (1910) un destacado estudiante de liceo trabaja para resolver el acertijo de Lupin. Éste se enamora de una hermosa mujer que promete renunciar a su vida criminal, pero Holmes le dispara. En La Condesa de Cagliostro (1924), Lupin tiene veinte años, en ese entonces se llamaba Raoul d’Andrèsy. Le fascinan las mujeres hermosas, el vino y los diamantes, pero al conocer a la condesa Cagliostro su vida dará un giro sorprendente.

Esa particularidad, la de poseer un rostro que cambia constantemente, le ha permitido cobrar vida en videojuegos, en el cine y en series como la que produjo Netflix: “Lupin”, en donde “Assane Diop se propone vengar a su padre de las injusticias sufridas a manos de una familia adinerada”. Esta serie fue creada por George Kay y Francois Uzan, estelarizada por Omar Sy (Assane Diop), Ludivine Sagnier y Clotilde Hesme.

Maurice Leblanc se convirtió en miembro de la Legión de Honor francesa. Murió en Perpiñán el 6 de noviembre de 1941. Si te gustan las historias de Sir Arthur Conan Doyle o Edgar Allan Poe, leer a Maurice Leblanc será una muy grata experiencia.

  • ernesto.jimher@gmail.com
  • Twitter: @OsirisJimenez

Caballero, ladrón de guante blanco, maestro de los disfraces, convertido en detective, así era conocido Arsène Lupin. Su creador: Maurice Leblanc. Autor de más de 60 novelas y cuentos, su famoso héroe apareció por vez primera en la historia del crimen con el cuento titulado “El arresto de Arsène Lupin”, publicado originalmente en el periódico Je sais tout (Lo sé todo), en 1905.

Maurice Leblanc nació en Rouen. Siendo un niño con apenas cuatro años de edad salvó la vida al incendiarse una casa. Más tarde estudió en Francia, Alemania e Italia. Posteriormente cursó la carrera de derecho, pero la abandonó tiempo después para dedicarse de tiempo completo a la escritura de crímenes “pulp” y como reportero policial para revistas y periódicos franceses.

Sus textos iniciales aparecieron en diarios como el Echo de París. Su primera novela, Une Femme, fue publicada en 1887 con un modesto éxito, pero ya se dejaba ver en su obra la influencia de Gustave Flaubert y la del maestro del cuento: Guy de Maupassant.

Con la creación de Arsène Lupin, Leblanc alcanzó la fama internacional. La crítica de entonces lo comparó con el éxito obtenido por Sir Arthur Conan Doyle y su famosísimo Sherlock Holmes. Las historias de Lupin lo habrían de mantener ocupado durante los siguientes veinticinco años. Incluso se dio el lujo de que su personaje conociera a su gran rival en la novela Arsène Lupin contra Herlock-Sholmes (1908).

El personaje de Lupin, como suele suceder en muchos casos, surgió de manera circunstancial, cuando Pierre Laffite, editor de la revista Je Sais Tout, le encargó a Leblanc que escribiera una historia con un héroe tipo Raffles o Holmes. Para fortuna de las letras francesas, Leblanc creó un personaje completamente opuesto: un hombre rebelde y aventurero despreocupado. Originalmente el héroe se llamó Arsène Lopin, en honor a un concejal parisino, sólo que al verdadero Lopin no le agradó y fue entonces que lo cambió.

Lafitte se maravilló con la creación de ese personaje. Sus habilidades de detective eran la mejor respuesta a la moda intercontinental de Sherlock Holmes, pero además, este caballero ladrón se convirtió rápidamente en un arquetipo, declarado como “dernier cri” (la última moda) en la vida literaria parisina.

Unos meses antes de la aparición de este personaje de ficción, Alexandre Jacob, conocido como Marius Jacob, un caballero ladrón de la vida real, quien poseía un agudo sentido del humor, dirigía una pandilla conocida como “los trabajadores nocturnos”; fue capturado junto con otros cuarenta miembros y llevado a juicio por haber cometido más de ciento cincuenta robos. El juicio fue todo un espectáculo y la sociedad francesa estaba lista para el debut de Arsène Lupin.

La primera novela, Arsène Lupin, caballero ladrón, se publicó en 1907. La novela incluía una parodia de Holmes, “Herlock-Sholmes llega demasiado tarde”. Arsène Lupin era un nuevo personaje atractivo y emocionante y muy pronto se convirtió en la sensación del momento por derecho propio. La obra de Leblanc fue llevada al teatro en coautoría con Francis de Croisset, la primera, titulada “Arsène Lupin” fue estrenada en 1908 en el Teatro del Ateneo de París, el actor André Brulé protagonizó a Lupin, a la larga, sería el papel más importante en su carrera.

La caracterización del personaje desarrolló una imagen específica: un hombre afable con un sombrero de copa, un monóculo, guantes blancos, un bastón y vestido con un esmoquin. De esa manera se asoció de manera permanente al personaje, no obstante que ninguno de los accesorios mencionados aparece en las historias de Leblanc.

Y es que no era fácil caracterizar al personaje porque con mucha frecuencia surge disfrazado como chofer, corredor de apuestas, torero español, detective, médico ruso, viajero, joven apuesto o viejo decrépito. Es claro que el personaje no tenía otra alternativa, pues mostrar su rostro real lo pondría en aprietos fácilmente.

Sus peculiares habilidades le permiten salvarse de innumerables inconvenientes como ser arrestado para luego escapar de la prisión; comete robos pero, según eso, lo hace por razones altruistas; incluso le solicitan resolver crímenes desconcertantes; Lupin usa tarjetas de presentación con su nombre verdadero, suele entregarlas a las mismas personas que engaña, justo antes de desaparecer para siempre. Si roba un cuadro es para que sea realmente apreciado, Lupin se divierte poniendo en ridículo a la policía. Tiene un oponente, desde luego, el inspector Ganimard de la Sûrete.

Durante su carrera en los bajos fondos decide colaborar en sociedad con la policía, en la novela Los dientes del tigre (1921) ayuda al prefecto de policía Desmalions a capturar a un asesino. Maurice Leblanc trabajó como consultor en la Prefectura de policía de París. Esa experiencia se vio reflejada en las historias de Lupin. Sus mejores novelas son 813 (1910), en la que el personaje es acusado de asesinato, él mismo encabeza la investigación policial para resolver el crimen.

En La aguja hueca (1910) un destacado estudiante de liceo trabaja para resolver el acertijo de Lupin. Éste se enamora de una hermosa mujer que promete renunciar a su vida criminal, pero Holmes le dispara. En La Condesa de Cagliostro (1924), Lupin tiene veinte años, en ese entonces se llamaba Raoul d’Andrèsy. Le fascinan las mujeres hermosas, el vino y los diamantes, pero al conocer a la condesa Cagliostro su vida dará un giro sorprendente.

Esa particularidad, la de poseer un rostro que cambia constantemente, le ha permitido cobrar vida en videojuegos, en el cine y en series como la que produjo Netflix: “Lupin”, en donde “Assane Diop se propone vengar a su padre de las injusticias sufridas a manos de una familia adinerada”. Esta serie fue creada por George Kay y Francois Uzan, estelarizada por Omar Sy (Assane Diop), Ludivine Sagnier y Clotilde Hesme.

Maurice Leblanc se convirtió en miembro de la Legión de Honor francesa. Murió en Perpiñán el 6 de noviembre de 1941. Si te gustan las historias de Sir Arthur Conan Doyle o Edgar Allan Poe, leer a Maurice Leblanc será una muy grata experiencia.

  • ernesto.jimher@gmail.com
  • Twitter: @OsirisJimenez