/ sábado 23 de febrero de 2019

Qué es mejor, comparar a un delantero o a un buen formador de jugadores

Qué es mejor, comparar a un delantero o a un buen formador de jugadores

Mauro Boselli campeó solo sin oposición alguna, antes lo había hecho “Chucho” Benítez y, a él lo antecedió Salvador Cabañas pero por un corto tiempo, a éstos dos se les agregó Alfredo Moreno

Y pensar que en este momento estamos sobrados de extranjeros ocupando esa posición, que no tienen ni por asomo las virtudes de los mencionados. El colmo lo marcó aquel Atlante considerado el club más grande del mundo, pues ningún otro tenía tantos socios como ellos cuando “pertenecieron” al IMSS. En ese equipo, el tampiqueño que es querido y recordado en todos los estadios en donde jugó, Lalo Moses, quien tenía la tarea de abastecer de balones a estos tres goleadores: Gregors Lato, Evanibaldo Castro “Cabinho” y Rubén Hugo “Ratón” Ayala Zanabria. ¿Lo pueden imaginar?

Alfredo Moreno llegó a México con 19 años para el Necaxa, regresó ese mismo año a su Boca Juniors, para volver ya más maduro, convertido en el goleador que vistió la camisa de los Rayos por varios años. Generalmente cuando hablamos de goleadores, los ubicamos como arietes, como la punta de las lanzas que son las primeras en contactar con el enemigo; sin embargo, el popular “Chango” como se le conocía, sobrado de facultades, realizaba un extraño trabajo como organizador, siendo un activo asistente, al estilo del español Raúl González. Pasó luego por San Luis, América, Atlas, Xolos y Celaya y, en todos esos lugares se le recuerda.

Christian Benítez cayó de maravilla en la comarca lagunera con un inicio soñado para Santos y la posibilidad de conseguir mucho más. “He aprendido a manejar las etapas de mi vida por metas cortas, con Santos tengo una meta fija a la que quiero llegar como protagonista”. Su presentación en el futbol mexicano fue igual a la de un extranjero que ya hubiera estado en México con otro equipo, como si estuviera en Ecuador, Benítez, en su tercer juego ya había anotado dos goles. Moreno, de poca estatura y físico robusto, se asemejaba a un búfalo en estampida imposible de detener.

Salvador Cabañas, versión paraguaya de Ronaldo “El Fenómeno”, cuyos físicos nada tenían que ver con el perfil de un buen futbolista, poseían sin embargo, una velocidad inusual para un ariete, pero lo más asombroso era la habilidad de ambos para conducir el balón, teniendo siempre el perfilado ideal para la realización del tiro. La misma impresión que causaba el incontenible ataque frontal de Ronaldo, le veíamos a Chava Cabañas, que entre los logros más difíciles de conseguir, como lo es tener el reconocimiento de la hinchada brasileña, en donde fue tan admirado como temido... Ahí viene el gordito... y a temblar.

El corto tiempo de estancia en Torreón, sirvió para que su imagen sea recordada ahí por siempre, pero la imagen de la que hablo se agigantó con su llegada al América, en donde lo ganó todo. Muchacho humilde y sencillo, sentía que todo lo que hacía bien, era un don recibido de Dios para servir de sustento a sus padres y hermanos, hecho que lo movió a cambiar de aires en busca de una mejora económica, pues la necesidad era mucha. Fue esa la razón que sus admiradores no entendieron cuando se fue del nido, uno de los clubes en los que el dinero no falta, para irse hacia el Medio Oriente, obteniendo así una considerable mejora que sería destinada al bienestar de su familia. Pero nadie tiene la vida comprada y, es la gente buena la que con mayor frecuencia es víctima de la fatalidad.

No, en la actualidad, con la huida de Mauro Boselli, la figura del francés André Pierre Gignac se agiganta sin que un solo mexicano se incomode por el elevadísimo salario que percibe mensualmente, 3’600,000 pesos, porque el hombre los desquita manteniendo felices a sus miles de admiradores, no solamente en Monterrey, pues el hombre, indiscriminadamente lleva su espectacular juego a todos los estadios de la República, pero eso fue todo, pues Rogelio Funes Mori del Monterrey, con su depurada técnica individual, nos ha regalado goles hermosos en remates con la cabeza, voleas, chilenas y muchas jugadas individuales en las que ha hecho un nudo de la defensa contraria, estando lejos sin embargo de la productividad del francés.

El lado bueno de aquellos monstruos de la decada del 2000 es que no estuvieron solos, pues fueron bien acompañados por muy buenos goleadores mexicanos, algo que ahora no tenemos. Jaret Borgetti, Miguel Sabah, Rafael Márquez Lugo, Javier “Chicharito” Hernández, Raúl Jiménez, quien hiciera una temible mancuerna con Chucho Benítez, Marco Fabián, Omar Bravo y otros. Claro que sabemos estimar el trabajo de los jugadores extrajeros, siempre y cuando cuenten con las características de los aquí mencionados. Lo que sí me parece imperdonable es la ausencia de delanteros mexicanos y, si el pretexto que existe para contratar extranjeros es la mala calidad de nuestros jugadores, pues entonces sí, en esa línea sí son bienvenidos los buenos formadores extranjeros, pero como tendrían que pagarles lo mismo que a un buen delantero, se van por la fácil y mejor contratan al jugador... No, pos' sí.

Hasta pronto amigo.

Qué es mejor, comparar a un delantero o a un buen formador de jugadores

Mauro Boselli campeó solo sin oposición alguna, antes lo había hecho “Chucho” Benítez y, a él lo antecedió Salvador Cabañas pero por un corto tiempo, a éstos dos se les agregó Alfredo Moreno

Y pensar que en este momento estamos sobrados de extranjeros ocupando esa posición, que no tienen ni por asomo las virtudes de los mencionados. El colmo lo marcó aquel Atlante considerado el club más grande del mundo, pues ningún otro tenía tantos socios como ellos cuando “pertenecieron” al IMSS. En ese equipo, el tampiqueño que es querido y recordado en todos los estadios en donde jugó, Lalo Moses, quien tenía la tarea de abastecer de balones a estos tres goleadores: Gregors Lato, Evanibaldo Castro “Cabinho” y Rubén Hugo “Ratón” Ayala Zanabria. ¿Lo pueden imaginar?

Alfredo Moreno llegó a México con 19 años para el Necaxa, regresó ese mismo año a su Boca Juniors, para volver ya más maduro, convertido en el goleador que vistió la camisa de los Rayos por varios años. Generalmente cuando hablamos de goleadores, los ubicamos como arietes, como la punta de las lanzas que son las primeras en contactar con el enemigo; sin embargo, el popular “Chango” como se le conocía, sobrado de facultades, realizaba un extraño trabajo como organizador, siendo un activo asistente, al estilo del español Raúl González. Pasó luego por San Luis, América, Atlas, Xolos y Celaya y, en todos esos lugares se le recuerda.

Christian Benítez cayó de maravilla en la comarca lagunera con un inicio soñado para Santos y la posibilidad de conseguir mucho más. “He aprendido a manejar las etapas de mi vida por metas cortas, con Santos tengo una meta fija a la que quiero llegar como protagonista”. Su presentación en el futbol mexicano fue igual a la de un extranjero que ya hubiera estado en México con otro equipo, como si estuviera en Ecuador, Benítez, en su tercer juego ya había anotado dos goles. Moreno, de poca estatura y físico robusto, se asemejaba a un búfalo en estampida imposible de detener.

Salvador Cabañas, versión paraguaya de Ronaldo “El Fenómeno”, cuyos físicos nada tenían que ver con el perfil de un buen futbolista, poseían sin embargo, una velocidad inusual para un ariete, pero lo más asombroso era la habilidad de ambos para conducir el balón, teniendo siempre el perfilado ideal para la realización del tiro. La misma impresión que causaba el incontenible ataque frontal de Ronaldo, le veíamos a Chava Cabañas, que entre los logros más difíciles de conseguir, como lo es tener el reconocimiento de la hinchada brasileña, en donde fue tan admirado como temido... Ahí viene el gordito... y a temblar.

El corto tiempo de estancia en Torreón, sirvió para que su imagen sea recordada ahí por siempre, pero la imagen de la que hablo se agigantó con su llegada al América, en donde lo ganó todo. Muchacho humilde y sencillo, sentía que todo lo que hacía bien, era un don recibido de Dios para servir de sustento a sus padres y hermanos, hecho que lo movió a cambiar de aires en busca de una mejora económica, pues la necesidad era mucha. Fue esa la razón que sus admiradores no entendieron cuando se fue del nido, uno de los clubes en los que el dinero no falta, para irse hacia el Medio Oriente, obteniendo así una considerable mejora que sería destinada al bienestar de su familia. Pero nadie tiene la vida comprada y, es la gente buena la que con mayor frecuencia es víctima de la fatalidad.

No, en la actualidad, con la huida de Mauro Boselli, la figura del francés André Pierre Gignac se agiganta sin que un solo mexicano se incomode por el elevadísimo salario que percibe mensualmente, 3’600,000 pesos, porque el hombre los desquita manteniendo felices a sus miles de admiradores, no solamente en Monterrey, pues el hombre, indiscriminadamente lleva su espectacular juego a todos los estadios de la República, pero eso fue todo, pues Rogelio Funes Mori del Monterrey, con su depurada técnica individual, nos ha regalado goles hermosos en remates con la cabeza, voleas, chilenas y muchas jugadas individuales en las que ha hecho un nudo de la defensa contraria, estando lejos sin embargo de la productividad del francés.

El lado bueno de aquellos monstruos de la decada del 2000 es que no estuvieron solos, pues fueron bien acompañados por muy buenos goleadores mexicanos, algo que ahora no tenemos. Jaret Borgetti, Miguel Sabah, Rafael Márquez Lugo, Javier “Chicharito” Hernández, Raúl Jiménez, quien hiciera una temible mancuerna con Chucho Benítez, Marco Fabián, Omar Bravo y otros. Claro que sabemos estimar el trabajo de los jugadores extrajeros, siempre y cuando cuenten con las características de los aquí mencionados. Lo que sí me parece imperdonable es la ausencia de delanteros mexicanos y, si el pretexto que existe para contratar extranjeros es la mala calidad de nuestros jugadores, pues entonces sí, en esa línea sí son bienvenidos los buenos formadores extranjeros, pero como tendrían que pagarles lo mismo que a un buen delantero, se van por la fácil y mejor contratan al jugador... No, pos' sí.

Hasta pronto amigo.