Después de tres años de ocupar la jefatura de la oficina del Gobernador del Estado...
Creada como dependencia “fusible” para tamizar los asuntos importantes antes de que éstos llegaran al escritorio del Jefe del Ejecutivo Estatal, Víctor Sáenz Martínez, quien había sido considerado como el número dos del régimen de los vientos de cambio, dejó esa responsabilidad a partir del pasado miércoles.
La salida de Víctor Sáenz fue en total acuerdo con el Gobernador del Estado, quien le dio su anuencia para ello, lo que ambos venían reflexionando desde meses antes de la renuncia.
El mismo Víctor Sáenz había comentado que a mitad del camino se requieren cambios y por supuesto, como era natural, su oficina estaba en esa ruta, porque los cambios fortalecen a los talentos y se ejecutan movimientos para incorporar nuevos perfiles o bien darles carteras distintas, lo que da frescura a los equipos de trabajo.
La visión de Víctor Sáenz es de que los desgastes los va dando la posición y no precisamente las personas y como viendo hacia el futuro aseguraba que “En mi caso particular el desgaste es institucional, no personal”.
Y es cierto, porque el nativo de Reynosa, el hombre fuerte del régimen durante tres años al frente de la oficina del Gobernador del Estado, es un hombre de bien, de principios morales y lealtad a toda prueba.
Según se dio a conocer en los boletines informativos, Víctor Sáenz seguirá asesorando al Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, desde una posición menos desgastante en el norte de la entidad, lo que revela sin duda alguna que sigue gozando del afecto y la confianza del Jefe del Ejecutivo Estatal.
Todavía el martes por la mañana Víctor y el Gobernador desayunaron juntos, como lo venían haciendo muy seguido durante los tres años que estuvo al frente de la oficina más importante del régimen cabecista, atendiendo asuntos y estrategias de trabajo.
A pesar de que los adversarios y enemigos del régimen de Cabeza de Vaca hablan de rupturas y desencuentros, la realidad es otra muy distinta, donde el Gobernador y su amigo Víctor siguen manteniendo una estrecha relación personal e institucional, donde reina la empatía, la lealtad y el entendimiento, en un cambio de estrategias hacia fines de mejores futuros para el gobierno.
Luego entonces, Víctor Sáenz Martínez no se aleja del régimen, solo cambia de perfil, verá asuntos del norte tamaulipeco, avalado por su figura de gente bien nacida, dueño de altos valores morales, políticos y familiares que le han valido la estimación de los tamaulipecos.
Otros vendrán a la que fue su oficina, pero Víctor estará más allá del centro del estado, va al norte, después de haber representado a Cabeza de Vaca en muchas ocasiones en el mero sur tamaulipeco.
Quién sabe, en política no hay nada escrito.
P.D.- En la vida todo es movimiento, nada queda estático, el que no se mueve, está muerto.
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