/ miércoles 1 de agosto de 2018

¿Quién tiene la razón?

Las voces discordantes que surgen de quienes se ven seriamente amenazados en sus intereses personales por las nuevas medidas de austeridad anunciadas por el Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, cada día cobran mayor fuerza y más dosis de veneno, con la peregrina idea de dañar la imagen del fundador de MORENA.

Nada les parece bien a esos profetas de la catástrofe y por ende critican las decisiones que está tomando el que será el próximo Presidente de la República, con la esperanza quizá de que dé marcha atrás y tome por otro rumbo que no sea el de la austeridad republicana, el combate a la corrupción, la aplicación de las leyes a quienes delincan con los activos de la Patria y la obligación de que todo funcionario público cumpla cabalmente con la responsabilidad que le atañe a su cargo.

Todos esos malos mexicanos que han vivido de la cosa pública y han medrado a placer con los dineros del pueblo, se han visto apoyados por una gran cantidad de comentaristas de la prensa nacional, que tal parece siguen algún plan desestabilizador por la virulencia de sus análisis en contra de las acciones de López Obrador.

Nada les parece bien, repito, ni los nombramientos de quienes serán integrantes de su gabinete, ni los proyectos relacionados con la industria petrolera, tampoco el plan de desarrollo forestal de la sierra lacandona y la mejoría de sus habitantes, ni mucho menos las consultas populares sobre los asuntos que tienen que ver con el futuro de la Nación. “El pueblo qué sabe de eso”, dicen sus detractores.

Casi todos los analistas televisivos han tomado como tema obligado la crítica al asunto del avión presidencial, a las decisiones al vapor del INE por lo del fideicomiso, a la reducción a los salarios de los funcionarios públicos y hasta a la construcción y rehabilitación de las refinerías, como si eso fuera dañino para el país.

Otros dicen que no por ser honesto el tabasqueño va a terminar con las corruptelas públicas; quizá esos críticos piensen que las medidas anunciadas por AMLO van a perjudicar sus desmedidos y jugosos ingresos y quizá tengan razón, pero los tiempos que vienen seguro marcarán un nuevo estilo en el trato con los representantes de la opinión pública.

Seremos pues los mexicanos, testigos de una voluntad férrea, la de Andrés Manuel López Obrador, luchando por transformar el presente y el futuro de México y la contraposición de los enemigos de la Patria, pegando gritos y dando manotazos para defender su peculio.

Veremos más pronto que tarde, quién tiene la razón.

P.D.- Cae más pronto un hablador, que un cojo.

e-mail: armando_juarezbecerra@hotmail.com

Las voces discordantes que surgen de quienes se ven seriamente amenazados en sus intereses personales por las nuevas medidas de austeridad anunciadas por el Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, cada día cobran mayor fuerza y más dosis de veneno, con la peregrina idea de dañar la imagen del fundador de MORENA.

Nada les parece bien a esos profetas de la catástrofe y por ende critican las decisiones que está tomando el que será el próximo Presidente de la República, con la esperanza quizá de que dé marcha atrás y tome por otro rumbo que no sea el de la austeridad republicana, el combate a la corrupción, la aplicación de las leyes a quienes delincan con los activos de la Patria y la obligación de que todo funcionario público cumpla cabalmente con la responsabilidad que le atañe a su cargo.

Todos esos malos mexicanos que han vivido de la cosa pública y han medrado a placer con los dineros del pueblo, se han visto apoyados por una gran cantidad de comentaristas de la prensa nacional, que tal parece siguen algún plan desestabilizador por la virulencia de sus análisis en contra de las acciones de López Obrador.

Nada les parece bien, repito, ni los nombramientos de quienes serán integrantes de su gabinete, ni los proyectos relacionados con la industria petrolera, tampoco el plan de desarrollo forestal de la sierra lacandona y la mejoría de sus habitantes, ni mucho menos las consultas populares sobre los asuntos que tienen que ver con el futuro de la Nación. “El pueblo qué sabe de eso”, dicen sus detractores.

Casi todos los analistas televisivos han tomado como tema obligado la crítica al asunto del avión presidencial, a las decisiones al vapor del INE por lo del fideicomiso, a la reducción a los salarios de los funcionarios públicos y hasta a la construcción y rehabilitación de las refinerías, como si eso fuera dañino para el país.

Otros dicen que no por ser honesto el tabasqueño va a terminar con las corruptelas públicas; quizá esos críticos piensen que las medidas anunciadas por AMLO van a perjudicar sus desmedidos y jugosos ingresos y quizá tengan razón, pero los tiempos que vienen seguro marcarán un nuevo estilo en el trato con los representantes de la opinión pública.

Seremos pues los mexicanos, testigos de una voluntad férrea, la de Andrés Manuel López Obrador, luchando por transformar el presente y el futuro de México y la contraposición de los enemigos de la Patria, pegando gritos y dando manotazos para defender su peculio.

Veremos más pronto que tarde, quién tiene la razón.

P.D.- Cae más pronto un hablador, que un cojo.

e-mail: armando_juarezbecerra@hotmail.com