/ miércoles 16 de enero de 2019

Con café y a media luz | ¿Sueño o pesadilla?

Como si se tratara de historias mal escritas que nunca ocurrieron o mitos generados por la imaginación retorcida de sus antecesores o, quizá, una telenovela de media tarde transmitida por el canal especializado en ese rubro, una nueva caravana de migrantes ha empezado a movilizarse con rumbo a territorio mexicano, con la esperanza de “emular” la hazaña de sus connacionales; hazaña que nunca ocurrió.

Fue durante el sexenio pasado que, bajo el argumento de la intervención de la Comisión de Derechos Humanos y del juicio de otras instancias internacionales a México y al gobierno de ese entonces que se solapó la intrusión de cinco multitudinarios grupos de individuos que, con total desfachatez etnográfica y sociopolítica hicieron lo que quisieron con la soberanía nacional.

Asegurando que buscaban la hospitalidad del pueblo mexicano únicamente para llegar a los Estados Unidos, esta masa formada por colombianos, venezolanos y salvadoreños, se asentó en algunas ciudades de nuestro país de manera temporal hasta llegar a la frontera norte. Sin embargo, los habitantes de esos poblados dieron cuenta de destrozos, abusos y reclamos de los marchantes, quienes, se dice, malentendieron el concepto de atención con el de servidumbre.

Los focos de alarma se encendieron desde que la frontera sur se vio congestionada con “buscadores de sueños” que veían cerca el territorio protegido por Donald Trump, quien recrudeció el ultimátum de construir un muro a lo largo de la línea limítrofe de ambas naciones y, como evidencia de su postura, mandó a sus fuerzas armadas a proteger los cruces que le correspondían.

Esa decisión ha ocasionado que el caos que reina en ciudades como Tijuana, que no obstante ya tenían un problema similar con ciudadanos de otros países que ven en la alta California el territorio ideal para desarrollarse, hoy se recrudezca por la llegada de los centroamericanos en un fenómeno que no se ve para cuándo acabar por la mesura mostrada, en gran parte, por la administración pasada.

Todos estos factores han convertido “el sueño” en una pesadilla para los personajes que forman parte de ella, por eso no comprendo cómo o por qué continúan estos desplazamientos a territorio mexicano.

A nuestros paisanos, en primer término, les ha traído basura por sus calles, insultos, conflictos, abusos y un aumento en el índice delincuencial mientras los viajeros están en sus ciudades; a estos últimos, el clima no les ha favorecido, enfermedades, hambre, algunos encarcelamientos y posteriores deportaciones o en caso de llegar a la frontera son detenidos por las autoridades migratorias y son sometidos a tratos infrahumanos.

El gobierno vecino está invirtiendo recursos humanos, técnicos y financieros en mantener a su ejército resguardando su territorio y, este conflicto que se está incubando le ha terminado por quitar el sueño al mandatario estadounidense, hecho que quedó claro con su reciente viaje a la ciudad de McAllen.

Y para concluir, a nuestro gobierno le representará una disyuntiva que, de no ser procesada cuidadosamente, pondrá en riesgo la imagen del Presidente Andrés Manuel López Obrador, pues de tomar una postura radical será juzgado severamente por la comunidad internacional y, caso contrario, de mostrarse demasiado blando, podrá herir susceptibilidades de los compatriotas.

A fin de cuentas, este sueño es una verdadera pesadilla para todos.

¡Hasta la próxima!

Escríbame y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!

licajimenezmcc@hotmail.com

Como si se tratara de historias mal escritas que nunca ocurrieron o mitos generados por la imaginación retorcida de sus antecesores o, quizá, una telenovela de media tarde transmitida por el canal especializado en ese rubro, una nueva caravana de migrantes ha empezado a movilizarse con rumbo a territorio mexicano, con la esperanza de “emular” la hazaña de sus connacionales; hazaña que nunca ocurrió.

Fue durante el sexenio pasado que, bajo el argumento de la intervención de la Comisión de Derechos Humanos y del juicio de otras instancias internacionales a México y al gobierno de ese entonces que se solapó la intrusión de cinco multitudinarios grupos de individuos que, con total desfachatez etnográfica y sociopolítica hicieron lo que quisieron con la soberanía nacional.

Asegurando que buscaban la hospitalidad del pueblo mexicano únicamente para llegar a los Estados Unidos, esta masa formada por colombianos, venezolanos y salvadoreños, se asentó en algunas ciudades de nuestro país de manera temporal hasta llegar a la frontera norte. Sin embargo, los habitantes de esos poblados dieron cuenta de destrozos, abusos y reclamos de los marchantes, quienes, se dice, malentendieron el concepto de atención con el de servidumbre.

Los focos de alarma se encendieron desde que la frontera sur se vio congestionada con “buscadores de sueños” que veían cerca el territorio protegido por Donald Trump, quien recrudeció el ultimátum de construir un muro a lo largo de la línea limítrofe de ambas naciones y, como evidencia de su postura, mandó a sus fuerzas armadas a proteger los cruces que le correspondían.

Esa decisión ha ocasionado que el caos que reina en ciudades como Tijuana, que no obstante ya tenían un problema similar con ciudadanos de otros países que ven en la alta California el territorio ideal para desarrollarse, hoy se recrudezca por la llegada de los centroamericanos en un fenómeno que no se ve para cuándo acabar por la mesura mostrada, en gran parte, por la administración pasada.

Todos estos factores han convertido “el sueño” en una pesadilla para los personajes que forman parte de ella, por eso no comprendo cómo o por qué continúan estos desplazamientos a territorio mexicano.

A nuestros paisanos, en primer término, les ha traído basura por sus calles, insultos, conflictos, abusos y un aumento en el índice delincuencial mientras los viajeros están en sus ciudades; a estos últimos, el clima no les ha favorecido, enfermedades, hambre, algunos encarcelamientos y posteriores deportaciones o en caso de llegar a la frontera son detenidos por las autoridades migratorias y son sometidos a tratos infrahumanos.

El gobierno vecino está invirtiendo recursos humanos, técnicos y financieros en mantener a su ejército resguardando su territorio y, este conflicto que se está incubando le ha terminado por quitar el sueño al mandatario estadounidense, hecho que quedó claro con su reciente viaje a la ciudad de McAllen.

Y para concluir, a nuestro gobierno le representará una disyuntiva que, de no ser procesada cuidadosamente, pondrá en riesgo la imagen del Presidente Andrés Manuel López Obrador, pues de tomar una postura radical será juzgado severamente por la comunidad internacional y, caso contrario, de mostrarse demasiado blando, podrá herir susceptibilidades de los compatriotas.

A fin de cuentas, este sueño es una verdadera pesadilla para todos.

¡Hasta la próxima!

Escríbame y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!

licajimenezmcc@hotmail.com