/ domingo 10 de marzo de 2019

Sueños de grandeza

El saber hasta qué grado el régimen económico de corte neoliberal afectó los valores de los jóvenes...

Principalmente, supone revisar, aunque sea someramente, un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza, de la Universidad Nacional Autonoma de Mexico (UNAM), entre estudiantes de universidades publicas nacidos entre los años de mil novecientos setenta y seis y mil novecientos ochenta y uno. Allí, se descubre que entre la primera generación de hijos del modelo neoliberal, el nacionalismo ocupa el lugar número treinta y tres de un total de treinta y cinco valores medidos, y uno de sus principales propósitos en la vida es la acumulación de bienes materiales. Esto implica que estudiantes universitarios tomen decisiones en el futuro que nada tengan que ver con un proyecto de nación, sino que solo le apuesten al éxito personal, a costa de traicionar todo, incluso a los valores patrios, la seguridad y el deseo de democracia. ¿Nos podría haber ido peor como país?

Igual o más revelador es que estos jóvenes para quienes el nacionalismo es uno de los últimos valores, estudian en universidades públicas y, por ende, sustituirán el dinero y los bienes materiales y el empleo en unos años más--de acuerdo a sus propias proyecciones--, a los valores morales, la paz, la libertad y la honestidad.

La manera en que un gran número de individuos anteponen el dinero y los bienes materiales por sobre la honestidad y la paz, por citar dos valores, nos indica lo que ocurre y lo que están logrando los enemigos de México, por lo que en una actitud de toda ponderación es preciso invitar a todos a que reflexionemos serenamente con autocrítica, durante algunas horas, acerca de qué es lo que queremos para nuestro país sin olvidar que, ante todo, somos mexicanos.

El tratar de romper con la inercia de una generación de individuos aislados, solos, confiando en el esfuerzo individual para definir proyectos es algo que no se logra en pocos meses, de la noche a la mañana.

Tristemente, hoy la idea de independencia es una concesión de gas y petróleo para lanzarse a venderla al mercado de Wall Street, en todo falta el espíritu público y vitalidad social cuando la meta es regenerar el sueño constante de la gloria, la patria y el amor. Insisto, no es fácil. Es preciso recuperar el camino por el cual las ideas elevadas encuentran eco. Sin esto ¿Hay días de grandeza qué esperar?

1.- Ser auténtico.

2.-Mantenimiento de la credibilidad.

3.- Cercanía con la gente.

En estos primeros tres meses de gobierno quedó claro que AMLO no es un peligro para México, excepto para aquellos que por motivo de ideología se resisten a ver lo evidente. Al inquilino de Palacio Nacional se le ha visto como un elemento conciliador, muy alejado de la imagen beligerante que por intermedio de campañas negras le quisieron endilgar por muchos años.

Más bien, AMLO representa un riesgo para quienes desde sus ínsulas del poder público o privado consideran a la política de transparencia del titular del Ejecutivo un gran escollo para el logro de sus objetivos individuales.

El mantenimiento de la paridad del peso con respecto al dólar es un verdadero logro del Gobierno de la República cuando el anuncio de muchos cambios en poco tiempo lógicamente contribuye al ambiente de aguas revueltas producto de la reacción de quienes tras de sufrir una derrota aplastante el pasado 1 de julio, se resisten a aceptar ese destino.

El saber hasta qué grado el régimen económico de corte neoliberal afectó los valores de los jóvenes...

Principalmente, supone revisar, aunque sea someramente, un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza, de la Universidad Nacional Autonoma de Mexico (UNAM), entre estudiantes de universidades publicas nacidos entre los años de mil novecientos setenta y seis y mil novecientos ochenta y uno. Allí, se descubre que entre la primera generación de hijos del modelo neoliberal, el nacionalismo ocupa el lugar número treinta y tres de un total de treinta y cinco valores medidos, y uno de sus principales propósitos en la vida es la acumulación de bienes materiales. Esto implica que estudiantes universitarios tomen decisiones en el futuro que nada tengan que ver con un proyecto de nación, sino que solo le apuesten al éxito personal, a costa de traicionar todo, incluso a los valores patrios, la seguridad y el deseo de democracia. ¿Nos podría haber ido peor como país?

Igual o más revelador es que estos jóvenes para quienes el nacionalismo es uno de los últimos valores, estudian en universidades públicas y, por ende, sustituirán el dinero y los bienes materiales y el empleo en unos años más--de acuerdo a sus propias proyecciones--, a los valores morales, la paz, la libertad y la honestidad.

La manera en que un gran número de individuos anteponen el dinero y los bienes materiales por sobre la honestidad y la paz, por citar dos valores, nos indica lo que ocurre y lo que están logrando los enemigos de México, por lo que en una actitud de toda ponderación es preciso invitar a todos a que reflexionemos serenamente con autocrítica, durante algunas horas, acerca de qué es lo que queremos para nuestro país sin olvidar que, ante todo, somos mexicanos.

El tratar de romper con la inercia de una generación de individuos aislados, solos, confiando en el esfuerzo individual para definir proyectos es algo que no se logra en pocos meses, de la noche a la mañana.

Tristemente, hoy la idea de independencia es una concesión de gas y petróleo para lanzarse a venderla al mercado de Wall Street, en todo falta el espíritu público y vitalidad social cuando la meta es regenerar el sueño constante de la gloria, la patria y el amor. Insisto, no es fácil. Es preciso recuperar el camino por el cual las ideas elevadas encuentran eco. Sin esto ¿Hay días de grandeza qué esperar?

1.- Ser auténtico.

2.-Mantenimiento de la credibilidad.

3.- Cercanía con la gente.

En estos primeros tres meses de gobierno quedó claro que AMLO no es un peligro para México, excepto para aquellos que por motivo de ideología se resisten a ver lo evidente. Al inquilino de Palacio Nacional se le ha visto como un elemento conciliador, muy alejado de la imagen beligerante que por intermedio de campañas negras le quisieron endilgar por muchos años.

Más bien, AMLO representa un riesgo para quienes desde sus ínsulas del poder público o privado consideran a la política de transparencia del titular del Ejecutivo un gran escollo para el logro de sus objetivos individuales.

El mantenimiento de la paridad del peso con respecto al dólar es un verdadero logro del Gobierno de la República cuando el anuncio de muchos cambios en poco tiempo lógicamente contribuye al ambiente de aguas revueltas producto de la reacción de quienes tras de sufrir una derrota aplastante el pasado 1 de julio, se resisten a aceptar ese destino.