/ lunes 2 de diciembre de 2019

También me dijo un arriero, que no hay que llegar primero, sino hay que saber llegar

Después de ver al Atlético de Madrid jugar contra el Barcelona, compruebo que cuando hay calidad, en una competencia larga, a visita recíproca, no hay necesidad de esperar a que lleguen las liguillas que por acá acostumbramos.

Y la semana próxima se repetirá lo mismo y, por esa razón los estadios en Europa lucen siempre atiborrados de público satisfecho. Con equipos buenos, pero de plantilla corta, como lo son el Querétaro, el Necaxa y el Morelia, que alegran las 19 jornadas de la competencia, normal resulta que después de haberlo dado todo durante el Apertura o el Clausura, incluida la Copa MX utilizando a causa de su corta plantilla, casi a los mismos jugadores, equipos como los mencionados no conserven la misma consistencia que antes lucieron.

Ni el Querétaro ni el Necaxa fueron los mismos que tanto nos impresionaron durante el torneo, y el Necaxa que avanzó, no es el mismo, incluso el primer juego contra los Gallos fue quizá el más mal jugado y el segundo da el pase a los Rayos de manera muy circunstancial, pues cuando era claramente superado y estaba por caer la tercera anotación, Luis Romo se desubica haciéndose expulsar tontamente, dejando a su equipo en desventaja numérica.

Ni Víctor Manuel Vucetich, ni Guillermo Vázquez son culpables de la baja de juego de sus equipos pues, como ya lo dije, su banca no es tan buena como la de los poderosos Tigres, León, América etc. Lo que hicieron Vuce y Memo tiene mucho mérito, pero difícilmente podrían aspirar a más. Hoy Necaxa, que se vio agobiado ante el dominio de un decidido Querétaro, debe estar agradecido a la equivocación de Luis Romo quien se hizo expulsar. ¿Qué les queda por hacer a estos Rayos ahora en la siguiente fase? Enfrentará a equipos más complicados, y no veo cómo el discurso de Memo pueda levantarlos de una racha de tres partidos consecutivos muy mal jugados, de los que la fortuna los ha sacado con bien.

El caso de Monarcas es extrañamente distinto, Monarcas jugando bien no ganaba, lo que nos habla de una mala comunicación dirección técnica-jugadores, se fue Torrente y llegó Guede, a quien se le entregó un equipo que en lo colectivo funcionaba bien, que brindaba buenos partidos que estando ya casi ganados, los perdía, y a eso se abocó Pablo Guede, consiguiendo que su ataque, que siempre funcionó, continuara igual, y que el aspecto defensivo, que era el que permitía que juegos que parecían ganados se perdieran o empataran, mediante ajustes tácticos, funcionara correctamente.

Y para ello, no hubo necesidad de contratar refuerzos, pues los jugadores con que contaban eran todos de calidad reconocida: Sebastián Sosa y Luis Malagón hacen de la portería monarca una de las mejor custodiadas; en la defensa derecha, Joaquín Martínez alza su mano para ser visto por Martino; Gabriel Achiller, titular de la selección de Honduras, quien ha hecho magnífica mancuerna con el seleccionado chileno Sebastián Vegas, quien desbancó a Emanuel Lischbor, como cuarta opción para cubrir el centro, el colombiano José Ortiz, que con 21 años cooperó para contener a la peligrosa delantera del León, y finalmente, en la defensa izquierda, Efraín Velarde con toda la experiencia necesaria. Como pueden ver, no es comprensible que se perdieran tantas ventajas ganadas contando con jugadores de este tamaño.

Y aquí vamos por el juego de vuelta entre Santos y Monterrey en el que, suponemos, los locales se irán con todo sobre la meta de Barovero intentando una remontada que, aunque difícil, pudiera darse. Santos pondrá el siguiente cuadro: Orozco, Abella, Torres, Doria, Arteaga, Castillo, Rivas, Gorriarán, Lozano, Valdés y Julio Furch, mientras que Monterrey lo hará con Barovero, Medina Montes, Sánchez, Vangioni, Dorlan Pabón, Charly Rodríguez, Celso Ortiz, Jesús Gallardo, Maxi Meza y Hanssen. La urgencia de Santos los hace jugar muy acelerados, cosa que Monterrey responde igual, resultando un juego impreciso con pocos tiros a gol. Poco a poco los equipos se serenan iniciando así las llegadas con buenas oportunidades hasta que al minuto 19, Bryan Lozano toma un balón en los linderos del área, Arteaga con una pasadita desarticula la cobertura, lo que aprovecha Lozano para perfilarse al centro y sacar un tiro imparable moviendo el marcador. Así transcurrió el tiempo sin goles.

En la segunda parte, de inicio, no apareció la enjundia que se esperaba por parte de Santos, como si Almada hubiera apostado por la paciencia, pero conforme pasaba el tiempo, la urgencia iba creciendo, y cuando finalmente quisieron atacar, Mohamed realizó un movimiento inteligente sacando a Meza para ingresar a Layún que se acomodó en el lateral derecho, yéndose Medina al centro. Con tres centrales la meta estaba más que resguardada, sin renunciar al ataque con salidas de Layún. Así al minuto 57, Charli lanzó a Gallardo, quien mandó al centro en donde Hansse totalmente solo sentenció el empate con la eliminación de Santos. Primero y segundo del Apertura, fuera.

Hasta pronto amigo.

Después de ver al Atlético de Madrid jugar contra el Barcelona, compruebo que cuando hay calidad, en una competencia larga, a visita recíproca, no hay necesidad de esperar a que lleguen las liguillas que por acá acostumbramos.

Y la semana próxima se repetirá lo mismo y, por esa razón los estadios en Europa lucen siempre atiborrados de público satisfecho. Con equipos buenos, pero de plantilla corta, como lo son el Querétaro, el Necaxa y el Morelia, que alegran las 19 jornadas de la competencia, normal resulta que después de haberlo dado todo durante el Apertura o el Clausura, incluida la Copa MX utilizando a causa de su corta plantilla, casi a los mismos jugadores, equipos como los mencionados no conserven la misma consistencia que antes lucieron.

Ni el Querétaro ni el Necaxa fueron los mismos que tanto nos impresionaron durante el torneo, y el Necaxa que avanzó, no es el mismo, incluso el primer juego contra los Gallos fue quizá el más mal jugado y el segundo da el pase a los Rayos de manera muy circunstancial, pues cuando era claramente superado y estaba por caer la tercera anotación, Luis Romo se desubica haciéndose expulsar tontamente, dejando a su equipo en desventaja numérica.

Ni Víctor Manuel Vucetich, ni Guillermo Vázquez son culpables de la baja de juego de sus equipos pues, como ya lo dije, su banca no es tan buena como la de los poderosos Tigres, León, América etc. Lo que hicieron Vuce y Memo tiene mucho mérito, pero difícilmente podrían aspirar a más. Hoy Necaxa, que se vio agobiado ante el dominio de un decidido Querétaro, debe estar agradecido a la equivocación de Luis Romo quien se hizo expulsar. ¿Qué les queda por hacer a estos Rayos ahora en la siguiente fase? Enfrentará a equipos más complicados, y no veo cómo el discurso de Memo pueda levantarlos de una racha de tres partidos consecutivos muy mal jugados, de los que la fortuna los ha sacado con bien.

El caso de Monarcas es extrañamente distinto, Monarcas jugando bien no ganaba, lo que nos habla de una mala comunicación dirección técnica-jugadores, se fue Torrente y llegó Guede, a quien se le entregó un equipo que en lo colectivo funcionaba bien, que brindaba buenos partidos que estando ya casi ganados, los perdía, y a eso se abocó Pablo Guede, consiguiendo que su ataque, que siempre funcionó, continuara igual, y que el aspecto defensivo, que era el que permitía que juegos que parecían ganados se perdieran o empataran, mediante ajustes tácticos, funcionara correctamente.

Y para ello, no hubo necesidad de contratar refuerzos, pues los jugadores con que contaban eran todos de calidad reconocida: Sebastián Sosa y Luis Malagón hacen de la portería monarca una de las mejor custodiadas; en la defensa derecha, Joaquín Martínez alza su mano para ser visto por Martino; Gabriel Achiller, titular de la selección de Honduras, quien ha hecho magnífica mancuerna con el seleccionado chileno Sebastián Vegas, quien desbancó a Emanuel Lischbor, como cuarta opción para cubrir el centro, el colombiano José Ortiz, que con 21 años cooperó para contener a la peligrosa delantera del León, y finalmente, en la defensa izquierda, Efraín Velarde con toda la experiencia necesaria. Como pueden ver, no es comprensible que se perdieran tantas ventajas ganadas contando con jugadores de este tamaño.

Y aquí vamos por el juego de vuelta entre Santos y Monterrey en el que, suponemos, los locales se irán con todo sobre la meta de Barovero intentando una remontada que, aunque difícil, pudiera darse. Santos pondrá el siguiente cuadro: Orozco, Abella, Torres, Doria, Arteaga, Castillo, Rivas, Gorriarán, Lozano, Valdés y Julio Furch, mientras que Monterrey lo hará con Barovero, Medina Montes, Sánchez, Vangioni, Dorlan Pabón, Charly Rodríguez, Celso Ortiz, Jesús Gallardo, Maxi Meza y Hanssen. La urgencia de Santos los hace jugar muy acelerados, cosa que Monterrey responde igual, resultando un juego impreciso con pocos tiros a gol. Poco a poco los equipos se serenan iniciando así las llegadas con buenas oportunidades hasta que al minuto 19, Bryan Lozano toma un balón en los linderos del área, Arteaga con una pasadita desarticula la cobertura, lo que aprovecha Lozano para perfilarse al centro y sacar un tiro imparable moviendo el marcador. Así transcurrió el tiempo sin goles.

En la segunda parte, de inicio, no apareció la enjundia que se esperaba por parte de Santos, como si Almada hubiera apostado por la paciencia, pero conforme pasaba el tiempo, la urgencia iba creciendo, y cuando finalmente quisieron atacar, Mohamed realizó un movimiento inteligente sacando a Meza para ingresar a Layún que se acomodó en el lateral derecho, yéndose Medina al centro. Con tres centrales la meta estaba más que resguardada, sin renunciar al ataque con salidas de Layún. Así al minuto 57, Charli lanzó a Gallardo, quien mandó al centro en donde Hansse totalmente solo sentenció el empate con la eliminación de Santos. Primero y segundo del Apertura, fuera.

Hasta pronto amigo.