/ domingo 15 de marzo de 2020

Tampico hermoso

Comentábamos los amigos del café, cosas que están sucediendo en nuestra hermosa ciudad, como dice el Quijote “cosas veredes, Sancho”.

Pues nada, que no hay día que no se registre cuando menos tres accidentes viales, con muerto y todo, ahorcados, baleados, secuestrados, o víctimas de algún enfrentamiento.

La famosa avenida Hidalgo convertida en estacionamiento, tiendas gringas por todos lados hasta parecer frontera.

Independientemente de la inseguridad que reina en el país, jamás veíamos soldados en las calles, ahora es común que transiten por toda la ciudad, nunca antes, y eso si sucedía marchando ordenadamente en un pelotón, y aun así todo mundo se espantaba manifestando: “ah cabrón, los soldados”.

Cuando íbamos a ver amas de casa de todas las edades protestando, insultando, pintarrajeando, lo que se les ponga en frente, alegando paridad de género, feminismo, violaciones, de toda clase, muertes y cuanto más.

La paz se terminó, todo esto con razón, no hace mucho se habló de las muertas de Juárez y la autoridad ni se enteró.

Sin embargo, como dijo un famoso escribidor, “No hay problema que no se pueda resolver escuchando”. Por lo que a mí respecta, será porque todavía soy de los que manda flores a las mujeres, mis respetos en todas las situaciones sociales y además tengo la convicción que siempre han sido y serán las reinas, como dicen “atrás de un gran hombre hay una gran mujer”.

Les deseo suerte en esta aventura política, y deseo que nunca termine la famosa disparidad de género, qué vamos a hacer sin novias, esposas y madres que comparten nuestra existencia.

Comentábamos los amigos del café, cosas que están sucediendo en nuestra hermosa ciudad, como dice el Quijote “cosas veredes, Sancho”.

Pues nada, que no hay día que no se registre cuando menos tres accidentes viales, con muerto y todo, ahorcados, baleados, secuestrados, o víctimas de algún enfrentamiento.

La famosa avenida Hidalgo convertida en estacionamiento, tiendas gringas por todos lados hasta parecer frontera.

Independientemente de la inseguridad que reina en el país, jamás veíamos soldados en las calles, ahora es común que transiten por toda la ciudad, nunca antes, y eso si sucedía marchando ordenadamente en un pelotón, y aun así todo mundo se espantaba manifestando: “ah cabrón, los soldados”.

Cuando íbamos a ver amas de casa de todas las edades protestando, insultando, pintarrajeando, lo que se les ponga en frente, alegando paridad de género, feminismo, violaciones, de toda clase, muertes y cuanto más.

La paz se terminó, todo esto con razón, no hace mucho se habló de las muertas de Juárez y la autoridad ni se enteró.

Sin embargo, como dijo un famoso escribidor, “No hay problema que no se pueda resolver escuchando”. Por lo que a mí respecta, será porque todavía soy de los que manda flores a las mujeres, mis respetos en todas las situaciones sociales y además tengo la convicción que siempre han sido y serán las reinas, como dicen “atrás de un gran hombre hay una gran mujer”.

Les deseo suerte en esta aventura política, y deseo que nunca termine la famosa disparidad de género, qué vamos a hacer sin novias, esposas y madres que comparten nuestra existencia.