/ sábado 23 de enero de 2021

Tampico hermoso | Año nuevo

Año nuevo, vida nueva; dice la mayoría cuando se acerca el final del año que estamos viviendo. Durante el año que termina las promesas de cambio quedaron incumplidas, vienen las nuevas con el nuevo año, pronto nos daremos cuenta que es lo mismo, se olvidan y vuelta a empezar.

En estos tiempos lo único que el año nuevo nos está trayendo es “la maldita peste del Covid”, que sin darnos cuenta cambia la manera de vivir, alterando nuestras costumbres sociales y económicas. Abriendo una brecha en nuestra manera de ser y creando una distinta de convivir.

La fecha del año nuevo, depende del calendario que se use; el más común para casi toda la humanidad es el “Gregoriano”, instaurado por el papa Gregorio XIII en 1582. Las fiestas de despedida y bienvenida del año viejo y año nuevo, se han convertido en la celebración más famosa del mundo, grandes fiestas se realizaban en las ciudades más importantes como Nueva York, Río, París, etc.; acompañadas de vinos, cuetes, abrazos, tradiciones y supersticiones (tapabocas y sana distancia ahora).

Dentro de las celebraciones de diciembre, la Nochebuena es considerada junto con el fin de año, la cena más importante, familias y amigos se reúnen (se reunían), la medianoche es el momento fulminante, los minutos se cuentan para que nazca el nuevo año, después la comilona que suele prolongarse hasta el amanecer. Las viandas son distintas, en nuestro país se acostumbra: pavo, pierna, bacalao, romeritos, dulce de manzana y cuetes, desvelarte en un antro o en la casa de un amigo.

Sin embargo, algo permanece, algo es nuestro; a pesar de lo que está pasando, “nosotros los de entonces ya no somos los mismos, algo se queda, algo perdura, aunque los años pasen y mientras más pasen, más rápido pasan, algo queda en nosotros” como dijo Borges. . . . . . . .

Año nuevo, vida nueva; dice la mayoría cuando se acerca el final del año que estamos viviendo. Durante el año que termina las promesas de cambio quedaron incumplidas, vienen las nuevas con el nuevo año, pronto nos daremos cuenta que es lo mismo, se olvidan y vuelta a empezar.

En estos tiempos lo único que el año nuevo nos está trayendo es “la maldita peste del Covid”, que sin darnos cuenta cambia la manera de vivir, alterando nuestras costumbres sociales y económicas. Abriendo una brecha en nuestra manera de ser y creando una distinta de convivir.

La fecha del año nuevo, depende del calendario que se use; el más común para casi toda la humanidad es el “Gregoriano”, instaurado por el papa Gregorio XIII en 1582. Las fiestas de despedida y bienvenida del año viejo y año nuevo, se han convertido en la celebración más famosa del mundo, grandes fiestas se realizaban en las ciudades más importantes como Nueva York, Río, París, etc.; acompañadas de vinos, cuetes, abrazos, tradiciones y supersticiones (tapabocas y sana distancia ahora).

Dentro de las celebraciones de diciembre, la Nochebuena es considerada junto con el fin de año, la cena más importante, familias y amigos se reúnen (se reunían), la medianoche es el momento fulminante, los minutos se cuentan para que nazca el nuevo año, después la comilona que suele prolongarse hasta el amanecer. Las viandas son distintas, en nuestro país se acostumbra: pavo, pierna, bacalao, romeritos, dulce de manzana y cuetes, desvelarte en un antro o en la casa de un amigo.

Sin embargo, algo permanece, algo es nuestro; a pesar de lo que está pasando, “nosotros los de entonces ya no somos los mismos, algo se queda, algo perdura, aunque los años pasen y mientras más pasen, más rápido pasan, algo queda en nosotros” como dijo Borges. . . . . . . .