/ sábado 16 de abril de 2022

Tampico hermoso | "El Doble Bolazo"

Entre mis amigos de café, algunos los más pocos, leen y comentan mis colaboraciones. Uno de ellos me dijo: - A propósito, tú que te sientes el cronista de Tampico, ¿qué es eso del "doble bolazo" y La Ferrolana?, nunca he sabido.

Yo le contesté: "No te hagas, tú eres del Tampico Viejo cuando este llegaba hasta la Bene, en donde ahora empieza la “zona dorada”.

Todos estuvieron de acuerdo y empezaron a recordar la avenida Hidalgo. La súper tienda de la calle Guayalejo (antecedente de los Oxxo), muy buena tienda de conveniencia. El restaurant San Antonio, centro de reunión de los hombres más sabios de Tampico y cruzando la calle la gasolinera Rebogo. Un poco más adelante el restaurant Flamingo del Dr. Palma, reunión de ganaderos. La gasolinera La Terminal, en la esquina con Ejército Mexicano, y el Café de su mismo nombre en la esquina.

Después de la panadería El Recreo, una famosa cantina conocida como “El Coliseo” y “Gladiadores” a los que iban y un poco más adelante donde estaba “Tormento de Tampico”, la central de los autobuses azules. Enseguida la famosa miscelánea “El Avión”, con sus riquísimas huapillas. El Camino Real, que acaba de ser transformado con otra firma. En la esquina el famoso restaurant Jardín Corona, que aún sigue funcionando.

Enfrente a la Iglesia del Rosario, una gasolinera y unas cuadras adelante la famosa calle Palma. Una cuadra o dos más adelante, termina la colonia Altavista, siempre recordada. En la calle Olmo al lado del cementerio y enfrente “El Porvenir”.

Continuando la gasolinera Ongay y más adelante la Santa Rosa. Después la cantina “La Ferrolana”, cerca de la Farmacia San Antonio, el Colegio La Luz y donde ahora está la Secretaría de Tránsito y Vialidad. La salida a Pánuco en la calle Torreón y la Casa del Pastel de doña Carlotita en la esquina.

La colonia Aragón, el American Business Schooll del conocido maestro y también la desaparecida Tintorería Francesa, que fuera propiedad del Sr. Leo Fleishman (hermano del magnate). Y ahora sí, en la esquina a la vuelta, enfrente del Sr. Menchaca la “Mercury Ford”, que se trasladó a la zona dorada. El famoso “Doble Bolazo”, todo esto que relato antes de la ampliación de la avenida Hidalgo.

Salvo error, la investigación de La Ferrolana y "El Doble Bolazo" arrojó lo siguiente: En “el Tampico aquel” de la señora Salazar, nos dice, “el hombre se acostumbra a la misma peluquería para los chismes y a la misma cantina para desahogarse”. La Ferrolana no era lujosa, era una sencilla, fresca y cómoda cantina, atendida por su dueño un amable español muy conocido, tan conocida que siempre se le tomó como referencia “ahí me dejas en La Ferrolana”, “pasando La Ferrolana”.

"El Doble Bolazo", por fin descubrí su misterio, fue llamado así por su autor, ya que le pegó doble vez a unos premios de lotería, y él se dijo “mi doble bolazo”, es decir, doble premio. Para recordar su momento de suerte, construyó un edificio al que lo llamó “El Doble Bolazo”, puso varios negocios, una botica de nombre la Luz, una veterinaria y hasta un taller mecánico, ¿saben cómo se llamó? “El Doble Bolazo”.

¡Felicidades! Tampico Hermoso por su aniversario.

No se quiten el tapaboca, el peligro aún no pasa.

Entre mis amigos de café, algunos los más pocos, leen y comentan mis colaboraciones. Uno de ellos me dijo: - A propósito, tú que te sientes el cronista de Tampico, ¿qué es eso del "doble bolazo" y La Ferrolana?, nunca he sabido.

Yo le contesté: "No te hagas, tú eres del Tampico Viejo cuando este llegaba hasta la Bene, en donde ahora empieza la “zona dorada”.

Todos estuvieron de acuerdo y empezaron a recordar la avenida Hidalgo. La súper tienda de la calle Guayalejo (antecedente de los Oxxo), muy buena tienda de conveniencia. El restaurant San Antonio, centro de reunión de los hombres más sabios de Tampico y cruzando la calle la gasolinera Rebogo. Un poco más adelante el restaurant Flamingo del Dr. Palma, reunión de ganaderos. La gasolinera La Terminal, en la esquina con Ejército Mexicano, y el Café de su mismo nombre en la esquina.

Después de la panadería El Recreo, una famosa cantina conocida como “El Coliseo” y “Gladiadores” a los que iban y un poco más adelante donde estaba “Tormento de Tampico”, la central de los autobuses azules. Enseguida la famosa miscelánea “El Avión”, con sus riquísimas huapillas. El Camino Real, que acaba de ser transformado con otra firma. En la esquina el famoso restaurant Jardín Corona, que aún sigue funcionando.

Enfrente a la Iglesia del Rosario, una gasolinera y unas cuadras adelante la famosa calle Palma. Una cuadra o dos más adelante, termina la colonia Altavista, siempre recordada. En la calle Olmo al lado del cementerio y enfrente “El Porvenir”.

Continuando la gasolinera Ongay y más adelante la Santa Rosa. Después la cantina “La Ferrolana”, cerca de la Farmacia San Antonio, el Colegio La Luz y donde ahora está la Secretaría de Tránsito y Vialidad. La salida a Pánuco en la calle Torreón y la Casa del Pastel de doña Carlotita en la esquina.

La colonia Aragón, el American Business Schooll del conocido maestro y también la desaparecida Tintorería Francesa, que fuera propiedad del Sr. Leo Fleishman (hermano del magnate). Y ahora sí, en la esquina a la vuelta, enfrente del Sr. Menchaca la “Mercury Ford”, que se trasladó a la zona dorada. El famoso “Doble Bolazo”, todo esto que relato antes de la ampliación de la avenida Hidalgo.

Salvo error, la investigación de La Ferrolana y "El Doble Bolazo" arrojó lo siguiente: En “el Tampico aquel” de la señora Salazar, nos dice, “el hombre se acostumbra a la misma peluquería para los chismes y a la misma cantina para desahogarse”. La Ferrolana no era lujosa, era una sencilla, fresca y cómoda cantina, atendida por su dueño un amable español muy conocido, tan conocida que siempre se le tomó como referencia “ahí me dejas en La Ferrolana”, “pasando La Ferrolana”.

"El Doble Bolazo", por fin descubrí su misterio, fue llamado así por su autor, ya que le pegó doble vez a unos premios de lotería, y él se dijo “mi doble bolazo”, es decir, doble premio. Para recordar su momento de suerte, construyó un edificio al que lo llamó “El Doble Bolazo”, puso varios negocios, una botica de nombre la Luz, una veterinaria y hasta un taller mecánico, ¿saben cómo se llamó? “El Doble Bolazo”.

¡Felicidades! Tampico Hermoso por su aniversario.

No se quiten el tapaboca, el peligro aún no pasa.