/ sábado 29 de mayo de 2021

Tampico hermoso | Las vacaciones

Como todos los años desde que llegamos del Salvador con mi familia, venían las ansiadas vacaciones, aunque ahora ya no estoy muy seguro de cuándo. Por aquello de la pandemia y los semáforos, no sé si comienzan o terminan las clases en julio y agosto, en la escuela, en la casa o en el autobús.

Mis hermanas del Tamaulipas y yo del Félix; nos preparábamos para el viaje al D.F., con las tías en la colonia Roma. Recuerdo las calles Zacatecas y Córdoba. Empezaban los preparativos de cada quien, con sus belices arreglando sus cosas. Mi papá mandaba revisar el coche, todavía me acuerdo un “Hudson” negro 4 puertas, que nos llevaba a México.

Salíamos temprano a las 7:00 am, por la carretera a Valles, no sin antes pasar por Tamós, la “Y” de Pánuco, ya en el estado de San Luis, Ébano y Tamuín; el famoso pueblo de Xilitla con su extraño Hotel debido a la imaginación de Edward James. Antes de la desviación a Valles a unos cuantos kilómetros el Hotel Taninul, tranquilo lugar de descanso muy visitado por sus aguas sulfurosas.

En algunas ocasiones por salir tarde, dormíamos en Valles o nos seguíamos hacia Tamazunchale, hermoso pueblo de la Huasteca Potosina, en donde empezaba la peligrosa pero atractiva sierra, pasando por Zimapan, Zacualtipan, Ixmiquilpan y México, D.F. (Pido una disculpa si me equivoco en los lugares).

En México las tías nos esperaban, Clementina, Cordelia y Eda, siempre sonrientes y amorosas.

Empezaba con ellas sobre todo con la tía Cordelia en su viejo Chevy, recorridos, inevitable el Bosque de Chapultepec y su hermoso Castillo. Museos y la obligada salida a Cuernavaca y sus balnearios que nunca olvidaré.

Como todos los años desde que llegamos del Salvador con mi familia, venían las ansiadas vacaciones, aunque ahora ya no estoy muy seguro de cuándo. Por aquello de la pandemia y los semáforos, no sé si comienzan o terminan las clases en julio y agosto, en la escuela, en la casa o en el autobús.

Mis hermanas del Tamaulipas y yo del Félix; nos preparábamos para el viaje al D.F., con las tías en la colonia Roma. Recuerdo las calles Zacatecas y Córdoba. Empezaban los preparativos de cada quien, con sus belices arreglando sus cosas. Mi papá mandaba revisar el coche, todavía me acuerdo un “Hudson” negro 4 puertas, que nos llevaba a México.

Salíamos temprano a las 7:00 am, por la carretera a Valles, no sin antes pasar por Tamós, la “Y” de Pánuco, ya en el estado de San Luis, Ébano y Tamuín; el famoso pueblo de Xilitla con su extraño Hotel debido a la imaginación de Edward James. Antes de la desviación a Valles a unos cuantos kilómetros el Hotel Taninul, tranquilo lugar de descanso muy visitado por sus aguas sulfurosas.

En algunas ocasiones por salir tarde, dormíamos en Valles o nos seguíamos hacia Tamazunchale, hermoso pueblo de la Huasteca Potosina, en donde empezaba la peligrosa pero atractiva sierra, pasando por Zimapan, Zacualtipan, Ixmiquilpan y México, D.F. (Pido una disculpa si me equivoco en los lugares).

En México las tías nos esperaban, Clementina, Cordelia y Eda, siempre sonrientes y amorosas.

Empezaba con ellas sobre todo con la tía Cordelia en su viejo Chevy, recorridos, inevitable el Bosque de Chapultepec y su hermoso Castillo. Museos y la obligada salida a Cuernavaca y sus balnearios que nunca olvidaré.