/ sábado 27 de febrero de 2021

Tampico hermoso | Paseo Bellavista

Hace más años de los que quiero acordarme llegué con mi familia, papá, mamá y tres hermanas, a una casa en la esquina de las calles Pino y Naranjo, de ahí me fui a vivir a la Colonia Flores en una casa de techo de teja blanca de dos pisos con vista al Chairel; teniendo como vecinos enfrente al Sr. Salomón Fisher, a la familia García y por los costados a los Mendo, al Dr. Septhien, al Dr. Sid, los Gochicoa, Héctor Frimont, Víctor Flores y la Pirámide de las Flores.

Pues bien, en la esquina de las Calles Miraflores y Violeta donde vivía, pasaban los autobuses Azules de Bellavista, que iniciaban su ruta bordeando la Laguna del Chairel. Todavía recuerdo algunos de los vecinos de ese tiempo, Don Teodoro Meza Moreno, el Sr. Ceballos Director de la Provincia. En la primera curva subiendo del lado del Chairel el Lic. José Juan Rodríguez de León, la casa del Sr. Víctor Flores, la escuela Motolinia; la Calle Palmera, como don Héctor Hernández gran amigo, continuando por la avenida se entraba a la curva que ocupaba la casa de los Sutton y por el lado de adentro los departamentos del General Cueto, Jefe de la zona en ese tiempo. Saliendo de la curva inmediatamente se encuentra la bajada del Chairel y al Club de Regatas Corona.

Los Jefes de las Compañías Petroleras allí construyeron sus residencias, con la hermosa vista de la Laguna del Chairel; algunas de ellas todavía sobreviven, junto con los árboles de naranja cucha que sembraron en sus banquetas.

Continuando por la Bellavista la casa de los Fernández, el famosísimo tenis águila, la familia de Doris Machado, los Sanjinés, los González Terán, la Jassad (ahora Comapa) y un Hospital que se encontraba antes, donde decían asustaban (el Hospital Gorgas), donde jugábamos a las escondidas mis amigos del Félix, Jorge, Fidel y la Borrega, ahí propiamente empezaba la Altavista inolvidable.

La Calle Mango con el famoso “TEC” escuela de mis recuerdos y otra vez sobre la Bellavista junto a la rinconada Chairel, la casa de los De la Cabada, mis amigos el Curro, Rudy y Juan. En la esquina la casa del Dr. Cano, afamado dentista de la localidad; la casa de los Mirages, compañeros de escuela. La calle Moral de muchos amigos, los Treviños, los Garesche, los Adame, los Morales, los Lescrenier. después la famosa e inolvidable Pino y terminaba con la calle Olmo, vecina al cementerio en donde según yo se encuentra el más bello paisaje de nuestro puerto. Después del cementerio la Colonia Peralta, la Compañía de Luz, la Colonia Eléctrica, y una alberca pública llamada “La Pagana”.

Desde la calle Pino esquina con Naranjo donde vivía, hasta el Félix en la curva de la Bellavista (en donde ahora se encuentra prestigiado centro educativo), todos los días iba y venía en bicicleta, después de esquivar las pedradas de Kiko Guzmán, me detenía en la tienda la Aurora a tomarme una coca.

Continuando por la curva, ya para terminar el Paseo Bellavista que desembocaba en la Avenida Hidalgo, no sin antes llegar al Súper Servicio Ford del señor Menchaca, dejando a la izquierda el doble bolazo de la colonia Campbell.

Después del cementerio la Colonia Peralta, la Compañía de Luz, la Colonia Eléctrica y una alberca pública llamada “La Pagana”.

Hace más años de los que quiero acordarme llegué con mi familia, papá, mamá y tres hermanas, a una casa en la esquina de las calles Pino y Naranjo, de ahí me fui a vivir a la Colonia Flores en una casa de techo de teja blanca de dos pisos con vista al Chairel; teniendo como vecinos enfrente al Sr. Salomón Fisher, a la familia García y por los costados a los Mendo, al Dr. Septhien, al Dr. Sid, los Gochicoa, Héctor Frimont, Víctor Flores y la Pirámide de las Flores.

Pues bien, en la esquina de las Calles Miraflores y Violeta donde vivía, pasaban los autobuses Azules de Bellavista, que iniciaban su ruta bordeando la Laguna del Chairel. Todavía recuerdo algunos de los vecinos de ese tiempo, Don Teodoro Meza Moreno, el Sr. Ceballos Director de la Provincia. En la primera curva subiendo del lado del Chairel el Lic. José Juan Rodríguez de León, la casa del Sr. Víctor Flores, la escuela Motolinia; la Calle Palmera, como don Héctor Hernández gran amigo, continuando por la avenida se entraba a la curva que ocupaba la casa de los Sutton y por el lado de adentro los departamentos del General Cueto, Jefe de la zona en ese tiempo. Saliendo de la curva inmediatamente se encuentra la bajada del Chairel y al Club de Regatas Corona.

Los Jefes de las Compañías Petroleras allí construyeron sus residencias, con la hermosa vista de la Laguna del Chairel; algunas de ellas todavía sobreviven, junto con los árboles de naranja cucha que sembraron en sus banquetas.

Continuando por la Bellavista la casa de los Fernández, el famosísimo tenis águila, la familia de Doris Machado, los Sanjinés, los González Terán, la Jassad (ahora Comapa) y un Hospital que se encontraba antes, donde decían asustaban (el Hospital Gorgas), donde jugábamos a las escondidas mis amigos del Félix, Jorge, Fidel y la Borrega, ahí propiamente empezaba la Altavista inolvidable.

La Calle Mango con el famoso “TEC” escuela de mis recuerdos y otra vez sobre la Bellavista junto a la rinconada Chairel, la casa de los De la Cabada, mis amigos el Curro, Rudy y Juan. En la esquina la casa del Dr. Cano, afamado dentista de la localidad; la casa de los Mirages, compañeros de escuela. La calle Moral de muchos amigos, los Treviños, los Garesche, los Adame, los Morales, los Lescrenier. después la famosa e inolvidable Pino y terminaba con la calle Olmo, vecina al cementerio en donde según yo se encuentra el más bello paisaje de nuestro puerto. Después del cementerio la Colonia Peralta, la Compañía de Luz, la Colonia Eléctrica, y una alberca pública llamada “La Pagana”.

Desde la calle Pino esquina con Naranjo donde vivía, hasta el Félix en la curva de la Bellavista (en donde ahora se encuentra prestigiado centro educativo), todos los días iba y venía en bicicleta, después de esquivar las pedradas de Kiko Guzmán, me detenía en la tienda la Aurora a tomarme una coca.

Continuando por la curva, ya para terminar el Paseo Bellavista que desembocaba en la Avenida Hidalgo, no sin antes llegar al Súper Servicio Ford del señor Menchaca, dejando a la izquierda el doble bolazo de la colonia Campbell.

Después del cementerio la Colonia Peralta, la Compañía de Luz, la Colonia Eléctrica y una alberca pública llamada “La Pagana”.