/ jueves 26 de diciembre de 2019

Tarea de todos

El dólar se ha mantenido durante meses por debajo de los 20 pesos, los banqueros y los principales organismos empresariales, incluyendo a los muy reticentes regiomontanos, han expresado su confianza en la política económica del gobierno federal y los centros comerciales lucieron abarrotados en los días previos a la Navidad, lo cual indica que pese a los tropiezos, el país sigue su marcha.

Por primera vez en la historia nacional, la vida pública se discute amplia y libremente con opiniones encontradas y hasta irreconciliables. Todo ello es parte de un escenario que enriquece nuestra democracia. Ya no hay censura oficial ni represalias contra quienes disienten del gobernante en turno.

Recuerdo que en mis inicios de reportero había una regla no escrita pero rotunda: no te metas con el presidente de la república, ni con el secretario de Gobernación ni con el secretario de la Defensa Nacional. Hoy, eso es historia.

Ya no hay figuras intocables. Y eso no es, de forma alguna, una graciosa concesión atribuible al actual régimen. Es una libertad de expresión ganada a pulso por el pueblo mexicano que gradualmente ha reclamado un derecho que le pertenece.

Por eso las redes sociales son reflejo de un pluralismo que, a pesar de sus divergencias, es benéfico para el país. Se podrá estar o no de acuerdo con lo que haga el jefe del ejecutivo federal, pero lo saludable es que se puede decir lo que se piensa.

Y para que se confirme la libertad de expresión, tenemos el caso de los gobernadores emanados del PAN, quienes sin empacho alguno hacen reclamaciones y reproches al presidente cuando sienten que algunas medidas federales, principalmente en materia de presupuestos, afectan a sus entidades, algo que antes era impensable en los mandatarios estatales de oposición.

Está próximo a concluir el año 2019 que fue marcado por una ola de criminalidad que parece interminable, lo que indica que aún hay materias básicas que atender de manera firme y decidida, so pena de que se socaven las instituciones.

Pero México prosigue su marcha pese a todos los avatares. Lo que no se puede soslayar es que una Nación no se construye únicamente con actos oficiales. Es una tarea que compete desde la individualidad para que se traduzca en logros colectivos. Si cada quien realiza el papel que le corresponde, el país tendrá forzosamente que encontrar el camino hacia su bienestar.

Y, complementariamente, se requiere de partidos políticos fuertes que se conecten con las aspiraciones populares y que justifiquen a plenitud el financiamiento que reciben de los contribuyentes. ¿Habrá alguno que cumpla con estos requisitos?

En pláticas con algunos priístas tampiqueños apareció una coincidencia. No son pocos los que consideran que si el tricolor quiere fortalecerse en tierra de jaibas, debe contar con una dirigencia local prestigiada, con experiencia y con claro sello de lealtad. Y es así como surge el nombre de la licenciada REBECA ARZOLA MUÑOZ, quien ha desempeñado diversas funciones dentro del comité municipal a lo largo de muchos años.

Ella, junto con la maestra ASTRID LATTUADA y GINA BARRIOS, del sector femenil, se la han jugado con su partido aún en las circunstancias más adversas. ¿Volteará EDGAR MELHEM a verlas? Por lo pronto, el actual encargado de la conducción priísta, CARLOS DE LOS REYES, se ha convertido en un fantasma al que muy pocos ven.

Y hablando de figuras poco visibles, es notoria la poca comunicación que la actual diputada federal por Tampico OLGA SOSA RUIZ, mantiene con sus electores. Debe estar muy ocupada con sus quehaceres legislativos.

Pero hoy, todos se olvidarán de la política, pues lo que acaparará la atención general es el juego del América contra el Monterrey, que también polariza las opiniones. No cabe duda de que la uniformidad es algo imposible.

raulpazos45@gmail.com

El dólar se ha mantenido durante meses por debajo de los 20 pesos, los banqueros y los principales organismos empresariales, incluyendo a los muy reticentes regiomontanos, han expresado su confianza en la política económica del gobierno federal y los centros comerciales lucieron abarrotados en los días previos a la Navidad, lo cual indica que pese a los tropiezos, el país sigue su marcha.

Por primera vez en la historia nacional, la vida pública se discute amplia y libremente con opiniones encontradas y hasta irreconciliables. Todo ello es parte de un escenario que enriquece nuestra democracia. Ya no hay censura oficial ni represalias contra quienes disienten del gobernante en turno.

Recuerdo que en mis inicios de reportero había una regla no escrita pero rotunda: no te metas con el presidente de la república, ni con el secretario de Gobernación ni con el secretario de la Defensa Nacional. Hoy, eso es historia.

Ya no hay figuras intocables. Y eso no es, de forma alguna, una graciosa concesión atribuible al actual régimen. Es una libertad de expresión ganada a pulso por el pueblo mexicano que gradualmente ha reclamado un derecho que le pertenece.

Por eso las redes sociales son reflejo de un pluralismo que, a pesar de sus divergencias, es benéfico para el país. Se podrá estar o no de acuerdo con lo que haga el jefe del ejecutivo federal, pero lo saludable es que se puede decir lo que se piensa.

Y para que se confirme la libertad de expresión, tenemos el caso de los gobernadores emanados del PAN, quienes sin empacho alguno hacen reclamaciones y reproches al presidente cuando sienten que algunas medidas federales, principalmente en materia de presupuestos, afectan a sus entidades, algo que antes era impensable en los mandatarios estatales de oposición.

Está próximo a concluir el año 2019 que fue marcado por una ola de criminalidad que parece interminable, lo que indica que aún hay materias básicas que atender de manera firme y decidida, so pena de que se socaven las instituciones.

Pero México prosigue su marcha pese a todos los avatares. Lo que no se puede soslayar es que una Nación no se construye únicamente con actos oficiales. Es una tarea que compete desde la individualidad para que se traduzca en logros colectivos. Si cada quien realiza el papel que le corresponde, el país tendrá forzosamente que encontrar el camino hacia su bienestar.

Y, complementariamente, se requiere de partidos políticos fuertes que se conecten con las aspiraciones populares y que justifiquen a plenitud el financiamiento que reciben de los contribuyentes. ¿Habrá alguno que cumpla con estos requisitos?

En pláticas con algunos priístas tampiqueños apareció una coincidencia. No son pocos los que consideran que si el tricolor quiere fortalecerse en tierra de jaibas, debe contar con una dirigencia local prestigiada, con experiencia y con claro sello de lealtad. Y es así como surge el nombre de la licenciada REBECA ARZOLA MUÑOZ, quien ha desempeñado diversas funciones dentro del comité municipal a lo largo de muchos años.

Ella, junto con la maestra ASTRID LATTUADA y GINA BARRIOS, del sector femenil, se la han jugado con su partido aún en las circunstancias más adversas. ¿Volteará EDGAR MELHEM a verlas? Por lo pronto, el actual encargado de la conducción priísta, CARLOS DE LOS REYES, se ha convertido en un fantasma al que muy pocos ven.

Y hablando de figuras poco visibles, es notoria la poca comunicación que la actual diputada federal por Tampico OLGA SOSA RUIZ, mantiene con sus electores. Debe estar muy ocupada con sus quehaceres legislativos.

Pero hoy, todos se olvidarán de la política, pues lo que acaparará la atención general es el juego del América contra el Monterrey, que también polariza las opiniones. No cabe duda de que la uniformidad es algo imposible.

raulpazos45@gmail.com