/ lunes 4 de noviembre de 2019

Con café y a media luz | Terminología de riesgo

Uno de los cantantes de música contemporánea de finales del siglo pasado declaró su sentir en torno al papel de los medios de comunicación y el efecto del consumo de información tamizada políticamente en una sociedad ávida de una conducción que partiera desde una realidad para la transformación de esta en bien de los individuos que la conformasen, me refiero a Jim Morrison

No obstante, los mitos que se ciernen en torno a la figura de este personaje del rock, referentes al consumo de sustancias impropias para lograr niveles de inspiración más altos que el común de la sociedad, Morrison, indicó algo que, si bien es cierto en nuestros días es un tanto radicalista, no deja de ser una verdad que nos debería llamar a la reflexión: “Quien controla los medios (de comunicación), controla las mentes”.

Y no se trata propiamente de “los medios” como tal en plural, pues en la actualidad, gracias al avance de la tecnología incesante, cualquiera de nosotros, de la noche a la mañana, se puede convertir en propietario de un medio de comunicación como tal y producir cuanto contenido considere idóneo, con la línea editorial que así lo prefiera.

“Tener control sobre los medios”, en este momento, es una frase que debe ser concebida en una transversalidad sumamente interesante, pues no basta con poseer “el canal” por el cual se difundirá el mensaje. Se debe considerar, además, la infraestructura, la audiencia, las fuentes, los recursos técnicos, el tiempo, el espacio y el interés generado en el espectador; no obstante, el costo económico que todo ello represente.

“La mañanera”, del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador cuenta con todos esos requisitos y es por eso por lo que cada mañana cumple con una función sumamente interesante y propositiva, que es la de mantener a la gente al pendiente de sus declaraciones. En realidad, la presencia de los representantes de la prensa en ese salón, todas las mañanas es un mero formalismo, pues la gran mayoría de nosotros lo seguimos en directo desde nuestras respectivas redes sociales.

Sin embargo, esto ha motivado a que los mismos representantes de la prensa busquen otras fuentes de declaraciones y, el encontrarlas y divulgarlas, ha convertido en más de una ocasión a “La mañanera”, en un espacio de confrontación ideológica en el que se está haciendo uso, a mi juicio, de terminologías estremecedoras que no tendrían, en un momento dado, una razón de ser.

Si recapitulamos la historia del llamado “Culiacanazo”, al final de esta, cuando todo parecía enfriarse mediáticamente, dos empresas mediáticas dan a la luz, sendas declaraciones de altos mandos militares, con los que dan atisbo de cierta inconformidad con respecto a las decisiones que tomó el Ejecutivo federal.

En primer lugar, se menciona al general retirado Sergio Aponte Pólito, figura importante en el combate al crimen organizado durante los últimos sexenios quien, según un medio impreso de circulación nacional, señaló que “La orden de liberar al hijo de Joaquín Guzmán Loera, “El chapo”; la carga política del Ejército en el fracaso de la detención y la reacción contra las críticas a la estrategia, atizan silenciosamente el bajo estado de ánimo entre las tropas y los oficiales”.

Es válido en esta declaración, si usted gusta, gentil amigo lector, el recordar que el General se encuentra retirado de las actividades castrenses y que su ideología pertenece a otras corrientes políticas por haber servido activamente en la época en que los personajes presidenciales eran emanados de diferentes escaparates políticos.

Empero, aparece en el aire otro argumento proveniente de un militar en activo, emitido durante un desayuno que en encabezó el propio Secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval.

“…En México, la sociedad está polarizada políticamente, porque la ideología dominante, que no mayoritaria, se basa en corrientes pretendidamente de izquierda que acumularon durante años gran resentimiento”, dijo el general Carlos Gaytán Ochoa, para proseguir de la siguiente manera “…Los frágiles contrapesos existentes han permitido un fortalecimiento del Ejecutivo que propicia decisiones estratégicas que no han convencido a todos, para decirlo con suavidad”.

Ambas posturas las dejo a su consideración gentil amigo lector, pues el eje de esta mañana gira en torno a la respuesta del mandatario mexicano quien en sus redes sociales desestimó un “golpe de Estado”, hecho que resulta preocupante al utilizar así la frase.

No se debe confundir la inconformidad manifestada por los representantes de las fuerzas castrenses con algo tan severo que lleve a una situación de tal crisis, como lo es un intento de derrocamiento de quien representa el Poder Ejecutivo federal. Hasta el momento nadie ha declarado tal situación. El término usado por AMLO debió ser otro y no el implementado. Ojalá y no veamos una retahíla de declaraciones como esta en las conferencias de cada día puesto que sería “darle vuelo” a una nota que no debe ocurrir.

¿Cuál es la intención de ocupar un término tan riesgoso como ese?, ¿Qué consecuencias puede traer en el ánimo social y militar?, ¿No fue un tanto aventurado usarlo?, ¿No se estará usando la vieja filosofía de “amarrarse el dedo , antes de cortarse la mano”? Solo el tiempo lo dirá.

¡Hasta la próxima!

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!


Uno de los cantantes de música contemporánea de finales del siglo pasado declaró su sentir en torno al papel de los medios de comunicación y el efecto del consumo de información tamizada políticamente en una sociedad ávida de una conducción que partiera desde una realidad para la transformación de esta en bien de los individuos que la conformasen, me refiero a Jim Morrison

No obstante, los mitos que se ciernen en torno a la figura de este personaje del rock, referentes al consumo de sustancias impropias para lograr niveles de inspiración más altos que el común de la sociedad, Morrison, indicó algo que, si bien es cierto en nuestros días es un tanto radicalista, no deja de ser una verdad que nos debería llamar a la reflexión: “Quien controla los medios (de comunicación), controla las mentes”.

Y no se trata propiamente de “los medios” como tal en plural, pues en la actualidad, gracias al avance de la tecnología incesante, cualquiera de nosotros, de la noche a la mañana, se puede convertir en propietario de un medio de comunicación como tal y producir cuanto contenido considere idóneo, con la línea editorial que así lo prefiera.

“Tener control sobre los medios”, en este momento, es una frase que debe ser concebida en una transversalidad sumamente interesante, pues no basta con poseer “el canal” por el cual se difundirá el mensaje. Se debe considerar, además, la infraestructura, la audiencia, las fuentes, los recursos técnicos, el tiempo, el espacio y el interés generado en el espectador; no obstante, el costo económico que todo ello represente.

“La mañanera”, del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador cuenta con todos esos requisitos y es por eso por lo que cada mañana cumple con una función sumamente interesante y propositiva, que es la de mantener a la gente al pendiente de sus declaraciones. En realidad, la presencia de los representantes de la prensa en ese salón, todas las mañanas es un mero formalismo, pues la gran mayoría de nosotros lo seguimos en directo desde nuestras respectivas redes sociales.

Sin embargo, esto ha motivado a que los mismos representantes de la prensa busquen otras fuentes de declaraciones y, el encontrarlas y divulgarlas, ha convertido en más de una ocasión a “La mañanera”, en un espacio de confrontación ideológica en el que se está haciendo uso, a mi juicio, de terminologías estremecedoras que no tendrían, en un momento dado, una razón de ser.

Si recapitulamos la historia del llamado “Culiacanazo”, al final de esta, cuando todo parecía enfriarse mediáticamente, dos empresas mediáticas dan a la luz, sendas declaraciones de altos mandos militares, con los que dan atisbo de cierta inconformidad con respecto a las decisiones que tomó el Ejecutivo federal.

En primer lugar, se menciona al general retirado Sergio Aponte Pólito, figura importante en el combate al crimen organizado durante los últimos sexenios quien, según un medio impreso de circulación nacional, señaló que “La orden de liberar al hijo de Joaquín Guzmán Loera, “El chapo”; la carga política del Ejército en el fracaso de la detención y la reacción contra las críticas a la estrategia, atizan silenciosamente el bajo estado de ánimo entre las tropas y los oficiales”.

Es válido en esta declaración, si usted gusta, gentil amigo lector, el recordar que el General se encuentra retirado de las actividades castrenses y que su ideología pertenece a otras corrientes políticas por haber servido activamente en la época en que los personajes presidenciales eran emanados de diferentes escaparates políticos.

Empero, aparece en el aire otro argumento proveniente de un militar en activo, emitido durante un desayuno que en encabezó el propio Secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval.

“…En México, la sociedad está polarizada políticamente, porque la ideología dominante, que no mayoritaria, se basa en corrientes pretendidamente de izquierda que acumularon durante años gran resentimiento”, dijo el general Carlos Gaytán Ochoa, para proseguir de la siguiente manera “…Los frágiles contrapesos existentes han permitido un fortalecimiento del Ejecutivo que propicia decisiones estratégicas que no han convencido a todos, para decirlo con suavidad”.

Ambas posturas las dejo a su consideración gentil amigo lector, pues el eje de esta mañana gira en torno a la respuesta del mandatario mexicano quien en sus redes sociales desestimó un “golpe de Estado”, hecho que resulta preocupante al utilizar así la frase.

No se debe confundir la inconformidad manifestada por los representantes de las fuerzas castrenses con algo tan severo que lleve a una situación de tal crisis, como lo es un intento de derrocamiento de quien representa el Poder Ejecutivo federal. Hasta el momento nadie ha declarado tal situación. El término usado por AMLO debió ser otro y no el implementado. Ojalá y no veamos una retahíla de declaraciones como esta en las conferencias de cada día puesto que sería “darle vuelo” a una nota que no debe ocurrir.

¿Cuál es la intención de ocupar un término tan riesgoso como ese?, ¿Qué consecuencias puede traer en el ánimo social y militar?, ¿No fue un tanto aventurado usarlo?, ¿No se estará usando la vieja filosofía de “amarrarse el dedo , antes de cortarse la mano”? Solo el tiempo lo dirá.

¡Hasta la próxima!

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!