/ domingo 24 de noviembre de 2019

Tomando mezcal con Emiliano


El 20 de noviembre se conmemora el Día de la Revolución Mexicana y como cada año, las mujeres se visten de “adelitas” y los hombres portan sombrero de petate y paliacate al cuello

Se escuchan por todos lados : La Adelita, La Valentina, Heraclio Bernal, El Siete Leguas, Carabina 30-30 y otros corridos. ¿Nos volvemos valentones y patrioteros? ¡Tierra y Libertad!

En este ambiente festivo lo que a mí me gustaría, sería echarme una platicada con el mismísimo Emiliano Zapata. Cierro los ojos y me veo sentada en el rincón de una cantina en Cuernavaca, Morelos.

El General Zapata, sin quitarse el sombrero, frente a una copa de “refino” -mezcal-, fumándose su puro...Emiliano me clava su mirada de fuego. Su gallarda presencia me intimida, pero me armo de valor y le digo: Oiga don Emiliano, Usted fue uno de los caudillos más populares de la Revolución, su lucha por la tierra, por la justicia social y por la igualdad lo convirtieron en símbolo de resistencia ¿su asesinato es leyenda y el Plan de Ayala una utopía?

Me apena decirle que sus ideales no fueron logrados del todo y tristemente, la Revolución todavía no se ha consumado. El pueblo aún padece la marginación de cuando usted, montado en su hermoso caballo “As de Oros” levantó al pueblo en contra del opresor. Sin embargo, seguimos luchando porque a los mexicanos el anhelo de justicia nos mueve.

Le cuento que usted se convirtió en una “Súper Estrella”. La fotografía en donde posa ante la cámara, erguido y desafiante, ha sido difundida hasta la saciedad. Los grandes pintores y muralistas mexicanos como José Clemente Orozco y Diego Rivera, entre otros, lo plasman como crítica social invitando a reflexionar; Hay monumentos e imágenes suyas de pie o a caballo por todo el país, y de su rostro destacan: el bigote, la tez morena, ojos pestañosos y cejudos. Además, destacan, su imagen de cuerpo entero, el imponente sombrero, las cananas y el traje de charro, ya que usted era buenísimo para el “jaripeo”. Ojalá lea mi artículo este veinte de noviembre de 2019.

El lema “Zapata vive y vive entre nosotros” no lo deja morir y repetido en camisetas le confiere al que lo porta una identidad especial. Usted General Emiliano Zapata es un símbolo. Me atrevo afirmar que no hay población mexicana que no cuente con una calle que lleve su nombre, además de bares, restaurantes y hasta zapaterías “Zapata” allende las fronteras.

El general esboza una sonrisa e intenta retirarse, dando por terminada mi cháchara, pero yo me adelanto y le pregunto ¿Nos tomamos otro mezcalito mi General?


El 20 de noviembre se conmemora el Día de la Revolución Mexicana y como cada año, las mujeres se visten de “adelitas” y los hombres portan sombrero de petate y paliacate al cuello

Se escuchan por todos lados : La Adelita, La Valentina, Heraclio Bernal, El Siete Leguas, Carabina 30-30 y otros corridos. ¿Nos volvemos valentones y patrioteros? ¡Tierra y Libertad!

En este ambiente festivo lo que a mí me gustaría, sería echarme una platicada con el mismísimo Emiliano Zapata. Cierro los ojos y me veo sentada en el rincón de una cantina en Cuernavaca, Morelos.

El General Zapata, sin quitarse el sombrero, frente a una copa de “refino” -mezcal-, fumándose su puro...Emiliano me clava su mirada de fuego. Su gallarda presencia me intimida, pero me armo de valor y le digo: Oiga don Emiliano, Usted fue uno de los caudillos más populares de la Revolución, su lucha por la tierra, por la justicia social y por la igualdad lo convirtieron en símbolo de resistencia ¿su asesinato es leyenda y el Plan de Ayala una utopía?

Me apena decirle que sus ideales no fueron logrados del todo y tristemente, la Revolución todavía no se ha consumado. El pueblo aún padece la marginación de cuando usted, montado en su hermoso caballo “As de Oros” levantó al pueblo en contra del opresor. Sin embargo, seguimos luchando porque a los mexicanos el anhelo de justicia nos mueve.

Le cuento que usted se convirtió en una “Súper Estrella”. La fotografía en donde posa ante la cámara, erguido y desafiante, ha sido difundida hasta la saciedad. Los grandes pintores y muralistas mexicanos como José Clemente Orozco y Diego Rivera, entre otros, lo plasman como crítica social invitando a reflexionar; Hay monumentos e imágenes suyas de pie o a caballo por todo el país, y de su rostro destacan: el bigote, la tez morena, ojos pestañosos y cejudos. Además, destacan, su imagen de cuerpo entero, el imponente sombrero, las cananas y el traje de charro, ya que usted era buenísimo para el “jaripeo”. Ojalá lea mi artículo este veinte de noviembre de 2019.

El lema “Zapata vive y vive entre nosotros” no lo deja morir y repetido en camisetas le confiere al que lo porta una identidad especial. Usted General Emiliano Zapata es un símbolo. Me atrevo afirmar que no hay población mexicana que no cuente con una calle que lleve su nombre, además de bares, restaurantes y hasta zapaterías “Zapata” allende las fronteras.

El general esboza una sonrisa e intenta retirarse, dando por terminada mi cháchara, pero yo me adelanto y le pregunto ¿Nos tomamos otro mezcalito mi General?