/ domingo 5 de julio de 2020

Tramoya | Capitán en el puente de mando

Es común escuchar en las noticias que personas que parecen ser perseguidos por un aura de éxito y que muestran ante el mundo un caminar erguido, majestuoso, con una alegría desbordante sufren de un estado depresivo, que los agobia, que enmudece su llanto y que les sumerge en una terrible apatía. Son seres humanos que el éxito no parece bastarles, porque se sienten atormentados por la soledad del espíritu.

La depresión es una de las causas más comunes de suicidio en nuestros días, arremete sin distingos de clase sociales, se asoma a nuestro mundo por diferentes matices, por no contar con poder económico para solventar deudas, al perder a un ser querido, al finalizar una relación amorosa, por un comentario negativo de alguien que estimamos, del aparente menosprecio de la gente por nosotros. La depresión no debe ser considerada como un estado de tristeza pasajera, es un trastorno que puede durar años.

La mente juega un papel preponderante en estas cuestiones, puede ayudarnos a trascender o sumergirnos en tierras movedizas. Si piensa sólo en problemas, limitaciones, su entorno se volverá negativo, su carrera en esta vida se detendrá, se hundirá en un hoyo del cual tardará tiempo en salir. Si comprende que podemos escoger las imágenes mentales que queramos, podremos apostarle a jugar en una gran carrera, con abundantes escollos sí, pero con momentos de grandeza, de persistencia heroica y de paso firme y luminoso.

Un niño de ciudad pasaba las vacaciones en una granja. En ese lugar le mostraron una gallina empollando huevos, le comentaron que saldría un pollito por cada huevo. Al jovencito le gustó la idea: cada mañana corría al nido, esperando que surgiera el milagro, pero pasó el tiempo y los huevos se contemplaban igual que antes. El chico empezó a perder la fe y desechó sus esperanzas. Hasta que una tarde se aproximó al nido, y cual sería su asombro al ver a un grupo de alegres pollitos. De esta manera, vislumbró que todo el tiempo había ocurrido cambios maravillosos bajo las cáscaras de los huevos, pero ninguno se manifestó hasta el último momento.

Aunque su carrera por esta vida se encuentre en este momento pasando por un camino empedrado, lleno de enfermedades, mala suerte, experiencias negativas, no se aleje de la vida, arrópela, valórela, en cualquier instante cambiará su universo. Manifieste fortaleza, fe absoluta, existe una fuerza espiritual que sostiene el universo entero, poderosa, inquebrantable, en perfecta armonía, cercano a un manantial de paz. Consérvate cerca de Dios.

Emmet Fox (1886-1951) que fue un sabio ministro del siglo pasado, pronunció estas esperanzadoras palabras: “El mundo no va hacia el abismo. El capitán está en el puente de mando. La humanidad atraviesa tiempos difíciles, pero la humanidad ha atravesado tiempos difíciles muchas veces en su larga historia y siempre los ha superado, fortalecida y purificada. No se preocupe por el colapso del universo. El universo no se va desplomar y de todos modos, esa cuestión no es de su incumbencia. El capitán está en el puente de mando. Dios sigue trabajando, todo lo que tiene que hacer es advertir la presencia de Dios donde parece haber problemas, cumplir su deber inmediato como mejor pueda hacerlo y mantener la ecuanimidad hasta que pase la tormenta”.

Un reformado de tiempos y hombre iluminado Jesucristo mencionó: “Sois Dioses” y San Pablo dijo: “Somos transformados por la renovación de nuestras mentes”. No sigamos lamentándonos, hagamos un esfuerzo inteligente, si tienes problemas busca ayuda, pero no te sientas vencido; cuando la derrota navegue por la mente, abriga tu interior de pensamientos positivos, encuentra la luz del amor divino que no tiene límites. Hazlo en forma consciente, ningún poder bajará de los cielos: Dios se encuentra en el corazón humano, su fuerza es poderosísima. Ponte en manos de Dios, Él reside en todas partes. Expresar amor, sentir el amor, rescatará y sanará tu espíritu.

Es común escuchar en las noticias que personas que parecen ser perseguidos por un aura de éxito y que muestran ante el mundo un caminar erguido, majestuoso, con una alegría desbordante sufren de un estado depresivo, que los agobia, que enmudece su llanto y que les sumerge en una terrible apatía. Son seres humanos que el éxito no parece bastarles, porque se sienten atormentados por la soledad del espíritu.

La depresión es una de las causas más comunes de suicidio en nuestros días, arremete sin distingos de clase sociales, se asoma a nuestro mundo por diferentes matices, por no contar con poder económico para solventar deudas, al perder a un ser querido, al finalizar una relación amorosa, por un comentario negativo de alguien que estimamos, del aparente menosprecio de la gente por nosotros. La depresión no debe ser considerada como un estado de tristeza pasajera, es un trastorno que puede durar años.

La mente juega un papel preponderante en estas cuestiones, puede ayudarnos a trascender o sumergirnos en tierras movedizas. Si piensa sólo en problemas, limitaciones, su entorno se volverá negativo, su carrera en esta vida se detendrá, se hundirá en un hoyo del cual tardará tiempo en salir. Si comprende que podemos escoger las imágenes mentales que queramos, podremos apostarle a jugar en una gran carrera, con abundantes escollos sí, pero con momentos de grandeza, de persistencia heroica y de paso firme y luminoso.

Un niño de ciudad pasaba las vacaciones en una granja. En ese lugar le mostraron una gallina empollando huevos, le comentaron que saldría un pollito por cada huevo. Al jovencito le gustó la idea: cada mañana corría al nido, esperando que surgiera el milagro, pero pasó el tiempo y los huevos se contemplaban igual que antes. El chico empezó a perder la fe y desechó sus esperanzas. Hasta que una tarde se aproximó al nido, y cual sería su asombro al ver a un grupo de alegres pollitos. De esta manera, vislumbró que todo el tiempo había ocurrido cambios maravillosos bajo las cáscaras de los huevos, pero ninguno se manifestó hasta el último momento.

Aunque su carrera por esta vida se encuentre en este momento pasando por un camino empedrado, lleno de enfermedades, mala suerte, experiencias negativas, no se aleje de la vida, arrópela, valórela, en cualquier instante cambiará su universo. Manifieste fortaleza, fe absoluta, existe una fuerza espiritual que sostiene el universo entero, poderosa, inquebrantable, en perfecta armonía, cercano a un manantial de paz. Consérvate cerca de Dios.

Emmet Fox (1886-1951) que fue un sabio ministro del siglo pasado, pronunció estas esperanzadoras palabras: “El mundo no va hacia el abismo. El capitán está en el puente de mando. La humanidad atraviesa tiempos difíciles, pero la humanidad ha atravesado tiempos difíciles muchas veces en su larga historia y siempre los ha superado, fortalecida y purificada. No se preocupe por el colapso del universo. El universo no se va desplomar y de todos modos, esa cuestión no es de su incumbencia. El capitán está en el puente de mando. Dios sigue trabajando, todo lo que tiene que hacer es advertir la presencia de Dios donde parece haber problemas, cumplir su deber inmediato como mejor pueda hacerlo y mantener la ecuanimidad hasta que pase la tormenta”.

Un reformado de tiempos y hombre iluminado Jesucristo mencionó: “Sois Dioses” y San Pablo dijo: “Somos transformados por la renovación de nuestras mentes”. No sigamos lamentándonos, hagamos un esfuerzo inteligente, si tienes problemas busca ayuda, pero no te sientas vencido; cuando la derrota navegue por la mente, abriga tu interior de pensamientos positivos, encuentra la luz del amor divino que no tiene límites. Hazlo en forma consciente, ningún poder bajará de los cielos: Dios se encuentra en el corazón humano, su fuerza es poderosísima. Ponte en manos de Dios, Él reside en todas partes. Expresar amor, sentir el amor, rescatará y sanará tu espíritu.