/ domingo 31 de mayo de 2020

Tramoya | La voz de los sueños

Una fresca madrugada de primavera te sobreviene de golpe, mientras duermes, una idea original. Esta imagen es tan fuerte que te hace levantarte y sentarte en la orilla de la cama. Coges pluma y lápiz, que se encuentran en el buró de tu recámara, para no permitir al olvido que desvanezca tal recuerdo. Con los primeros rayos de sol, te pones de pie aún excitado por ese sueño donde te has vuelto exitoso y brillante.

Llegas a tu trabajo, esperas ansioso el primer receso matutino donde te reúnes con amigos y compañeros para convivir por breve tiempo. Cuando llega el esperado tiempo, en la primera oportunidad les cuentas la maravillosa experiencia que tuviste mientras dormías. Contradictoriamente a lo que tú creerías lo que pensabas, se convertirían en sentimientos de aprobación y palmadas en tu espalda para animarte en tu sueño, se vuelve una avalancha de negatividad.

Esta representación se vuelve repetitiva en todos los ámbitos del planeta. Hombres y mujeres que se despiertan con un hermoso sueño de grandeza son tajantemente callados por voces medianas que no pueden ver más allá de sus rostros. La crítica y la envidia malsana parecieran encontrarse a la orden del día. Una gran parte de la humanidad le apuesta más a estar señalando lo malo, burlándose de lo bueno, comentando a las espaldas.

Los grandes hombres de la humanidad han tenido sueños primero, después los hicieron metas para posteriormente dedicar tiempo de vida en alcanzar sus objetivos. Jesús de Nazaret, Gandhi, Martin Luther King, la madre Teresa de Calcuta, hicieron de su vida un apostolado de servicio al prójimo; esa fue su misión, por eso trascendieron en el mundo, porque su sueño fue más importante que su propia existencia. Cualquiera que sea tu meta, siempre que sea para el bien común, es igual de importante y sabia. No tienes que pensar en salvar el mundo, si tu sueño te vuelve feliz, entonces en automático convertirá en felicidad todo lo que te rodea.

Un rey observó apostado en la rama de un árbol un hermoso pájaro, quedando encantado con el animalito. Entonces hizo traer al mejor pintor de su reino para que hiciera un cuadro del pajarito. El paisajista aceptó el encargo pero le hizo saber a su majestad que tardaría dos años en tener listo su deseo, cosa que no agradó al monarca, pero sabiendo que el hombre era el más excelso de los pintores aceptó de mala gana. Transcurrido el tiempo el propio soberano, desesperado, asistió a la casa del retratista quien le enseñó un cuadro hermoso donde el pájaro pintado de hermosos colores se mecía en la rama. El rey, maravillado del trabajo del artesano, preguntó: “Este es un excelente trabajo, pero siendo tú un gran acuarelista ¿por qué tardaste tanto en hacerlo?”. Entonces el pintor abrió una puerta y de ella emergieron infinidad de bocetos del pájaro. Sólo entonces el monarca comprendió el arduo trabajo que tuvo que realizar el pintor para cumplir su empresa.

Cuando tengas nítida la imagen del sueño que quieres lograr camina hacia él con pasos firmes y valientes, nunca abandones tu sueño. Usa una de las herramientas de las que todos los grandes hombres de la humanidad se han valido, que es la perseverancia. Sé intrépido y audaz para conseguir lo que deseas. Escucha la voz de tu sueño, que sea más fuerte que la adversidad para que en el día a día tus acciones puedan conquistar paso a paso el éxito. En tu peregrinar podrá haber tormentas que parecieran nunca fenecer, pero hasta esos instantes oscuros se puede observar un halo de luz, si tu deseo de triunfar es realmente honesto.

Una fresca madrugada de primavera te sobreviene de golpe, mientras duermes, una idea original. Esta imagen es tan fuerte que te hace levantarte y sentarte en la orilla de la cama. Coges pluma y lápiz, que se encuentran en el buró de tu recámara, para no permitir al olvido que desvanezca tal recuerdo. Con los primeros rayos de sol, te pones de pie aún excitado por ese sueño donde te has vuelto exitoso y brillante.

Llegas a tu trabajo, esperas ansioso el primer receso matutino donde te reúnes con amigos y compañeros para convivir por breve tiempo. Cuando llega el esperado tiempo, en la primera oportunidad les cuentas la maravillosa experiencia que tuviste mientras dormías. Contradictoriamente a lo que tú creerías lo que pensabas, se convertirían en sentimientos de aprobación y palmadas en tu espalda para animarte en tu sueño, se vuelve una avalancha de negatividad.

Esta representación se vuelve repetitiva en todos los ámbitos del planeta. Hombres y mujeres que se despiertan con un hermoso sueño de grandeza son tajantemente callados por voces medianas que no pueden ver más allá de sus rostros. La crítica y la envidia malsana parecieran encontrarse a la orden del día. Una gran parte de la humanidad le apuesta más a estar señalando lo malo, burlándose de lo bueno, comentando a las espaldas.

Los grandes hombres de la humanidad han tenido sueños primero, después los hicieron metas para posteriormente dedicar tiempo de vida en alcanzar sus objetivos. Jesús de Nazaret, Gandhi, Martin Luther King, la madre Teresa de Calcuta, hicieron de su vida un apostolado de servicio al prójimo; esa fue su misión, por eso trascendieron en el mundo, porque su sueño fue más importante que su propia existencia. Cualquiera que sea tu meta, siempre que sea para el bien común, es igual de importante y sabia. No tienes que pensar en salvar el mundo, si tu sueño te vuelve feliz, entonces en automático convertirá en felicidad todo lo que te rodea.

Un rey observó apostado en la rama de un árbol un hermoso pájaro, quedando encantado con el animalito. Entonces hizo traer al mejor pintor de su reino para que hiciera un cuadro del pajarito. El paisajista aceptó el encargo pero le hizo saber a su majestad que tardaría dos años en tener listo su deseo, cosa que no agradó al monarca, pero sabiendo que el hombre era el más excelso de los pintores aceptó de mala gana. Transcurrido el tiempo el propio soberano, desesperado, asistió a la casa del retratista quien le enseñó un cuadro hermoso donde el pájaro pintado de hermosos colores se mecía en la rama. El rey, maravillado del trabajo del artesano, preguntó: “Este es un excelente trabajo, pero siendo tú un gran acuarelista ¿por qué tardaste tanto en hacerlo?”. Entonces el pintor abrió una puerta y de ella emergieron infinidad de bocetos del pájaro. Sólo entonces el monarca comprendió el arduo trabajo que tuvo que realizar el pintor para cumplir su empresa.

Cuando tengas nítida la imagen del sueño que quieres lograr camina hacia él con pasos firmes y valientes, nunca abandones tu sueño. Usa una de las herramientas de las que todos los grandes hombres de la humanidad se han valido, que es la perseverancia. Sé intrépido y audaz para conseguir lo que deseas. Escucha la voz de tu sueño, que sea más fuerte que la adversidad para que en el día a día tus acciones puedan conquistar paso a paso el éxito. En tu peregrinar podrá haber tormentas que parecieran nunca fenecer, pero hasta esos instantes oscuros se puede observar un halo de luz, si tu deseo de triunfar es realmente honesto.