/ domingo 24 de mayo de 2020

Tramoya | Más fuerte que el destino

Existen momentos en que consideramos poseerlo todo, amor, alegría, salud, éxito; así, la vida parece dotarnos de sus mayores placeres cuando de pronto una calamidad toca nuestra puerta sin avisar, golpeándonos de una manera devastadora que hace desaparecer por unos instantes el mundo perfecto en el que vivíamos. La desesperanza, depresión y amargura amenazan con estancarse para siempre en nuestro horizonte, logrando trocarse en sombras que anuncian una tormenta torrencial que subyuga nuestros sentidos, mostrándonos un cielo umbroso y corrupto.

Cuando surge la desolación también florece la oportunidad de mostrar la verdadera fortaleza del espíritu, debido a que el ser humano cuenta en su interior con herramientas suficientes para lograr alcanzar las estrellas. Estamos conformados de la energía con la que están constituidos los planetas, las galaxias, las constelaciones más lejanas (todo lo que existe en este mundo hasta lo imaginable puede ser conquistado por el hombre).

Viktor Frankl, fundador de la logoterapia, que sabía mucho de los tiempos difíciles, pues estuvo confinado en un campo de concentración nazi, mencionó: “La última gran libertad de una persona es poder escoger la actitud que adoptará ante cualquier conjunto dado de circunstancias”. Eres el único que puede decidir cómo enfrentar la adversidad, hazlo sabiamente, nutre de buenas ideas tu mente, pues como eres por dentro serás por fuera, lo que tú pienses se cristalizará, toma ahora el control de tu existencia y camina derecho hacia la victoria.

Si mostramos una buena actitud ante la fatalidad, podemos empezar a cambiar nuestro mundo más prontamente. La mejor manera de crear un futuro halagador es trabajar diariamente para resolver nuestros infortunios. Lo que nuestra mente conciba se realizará, debemos creer y nunca traicionar nuestro espíritu olvidando de qué estamos formados. Mahatma Gandhi manifestó: “Sé el cambio que anhelas ver en el mundo”. No optes por derrochar energía en culpar a los demás de tus contrariedades, todo cambio positivo se deriva en tu interior, nada proviene de afuera, el mundo es como tú consideres, muéstrate pronto a la acción, sé consciente de lo que te sucede; examinando nuestros actos lograremos retomar el camino de la esperanza y el optimismo.

El desaparecido actor de cine Christopher Reeve, quien consiguió éxito y fama mundial con la saga de las películas de Superman en la década de los ochenta, era un consumado deportista, buceaba, esquiaba, nadaba, practicaba el ciclismo y la equitación. En un desventurado torneo ecuestre salió disparado de su caballo rompiéndose su medula espinal condenándole a permanecer recluido en una fría silla de ruedas, cuadrapléjico, dependiendo de un ventilador para poder respirar, terminando de tajo con una gran carrera actoral y un mundo de ensueño. El otrora hombre de acero que podía volar alrededor del mundo en la pantalla grande naufragó en una terrible depresión, aunque sólo fue por un momento. Reeve mostró el valor y el sabor del altruismo, decidió junto con su esposa Dana instituir la "Christopher and Dana Reeve Fundación para el estudio de la parálisis y el cultivo de la células madre". Christopher Reeve decidió usar su fama para conseguir dinero para su causa, visitar orfanatos, asilos, ciudades, impartir conferencias, levantar una voz positiva contra la adversidad, incluso visitaba clínicas donde se encontraban personas desahuciadas cuyo único objetivo era conocer al actor.

Un poco antes de fallecer, Reeve escribió un libro titulado: “Todo es posible”, en el que mencionaba: “Dado todos los actos inexplicables de violencia, injusticia y crueldad, mezclados con inesperados y pequeños milagros de bondad y felicidad que vemos en el mundo todos los días, sigo convencido de que la vida es un caos, pero está en nuestras manos establecer el orden y el significado”. Ante la adversidad encuentra tu significado, siempre que acontece una desgracia renacen nuevos amaneceres y cielos más esplendorosos, el espíritu se engrandece, se vuelve más fuerte que el destino.

El otrora hombre de acero que podía volar alrededor del mundo en la pantalla grande naufragó en una terrible depresión, aunque solo fue por un momento.

Existen momentos en que consideramos poseerlo todo, amor, alegría, salud, éxito; así, la vida parece dotarnos de sus mayores placeres cuando de pronto una calamidad toca nuestra puerta sin avisar, golpeándonos de una manera devastadora que hace desaparecer por unos instantes el mundo perfecto en el que vivíamos. La desesperanza, depresión y amargura amenazan con estancarse para siempre en nuestro horizonte, logrando trocarse en sombras que anuncian una tormenta torrencial que subyuga nuestros sentidos, mostrándonos un cielo umbroso y corrupto.

Cuando surge la desolación también florece la oportunidad de mostrar la verdadera fortaleza del espíritu, debido a que el ser humano cuenta en su interior con herramientas suficientes para lograr alcanzar las estrellas. Estamos conformados de la energía con la que están constituidos los planetas, las galaxias, las constelaciones más lejanas (todo lo que existe en este mundo hasta lo imaginable puede ser conquistado por el hombre).

Viktor Frankl, fundador de la logoterapia, que sabía mucho de los tiempos difíciles, pues estuvo confinado en un campo de concentración nazi, mencionó: “La última gran libertad de una persona es poder escoger la actitud que adoptará ante cualquier conjunto dado de circunstancias”. Eres el único que puede decidir cómo enfrentar la adversidad, hazlo sabiamente, nutre de buenas ideas tu mente, pues como eres por dentro serás por fuera, lo que tú pienses se cristalizará, toma ahora el control de tu existencia y camina derecho hacia la victoria.

Si mostramos una buena actitud ante la fatalidad, podemos empezar a cambiar nuestro mundo más prontamente. La mejor manera de crear un futuro halagador es trabajar diariamente para resolver nuestros infortunios. Lo que nuestra mente conciba se realizará, debemos creer y nunca traicionar nuestro espíritu olvidando de qué estamos formados. Mahatma Gandhi manifestó: “Sé el cambio que anhelas ver en el mundo”. No optes por derrochar energía en culpar a los demás de tus contrariedades, todo cambio positivo se deriva en tu interior, nada proviene de afuera, el mundo es como tú consideres, muéstrate pronto a la acción, sé consciente de lo que te sucede; examinando nuestros actos lograremos retomar el camino de la esperanza y el optimismo.

El desaparecido actor de cine Christopher Reeve, quien consiguió éxito y fama mundial con la saga de las películas de Superman en la década de los ochenta, era un consumado deportista, buceaba, esquiaba, nadaba, practicaba el ciclismo y la equitación. En un desventurado torneo ecuestre salió disparado de su caballo rompiéndose su medula espinal condenándole a permanecer recluido en una fría silla de ruedas, cuadrapléjico, dependiendo de un ventilador para poder respirar, terminando de tajo con una gran carrera actoral y un mundo de ensueño. El otrora hombre de acero que podía volar alrededor del mundo en la pantalla grande naufragó en una terrible depresión, aunque sólo fue por un momento. Reeve mostró el valor y el sabor del altruismo, decidió junto con su esposa Dana instituir la "Christopher and Dana Reeve Fundación para el estudio de la parálisis y el cultivo de la células madre". Christopher Reeve decidió usar su fama para conseguir dinero para su causa, visitar orfanatos, asilos, ciudades, impartir conferencias, levantar una voz positiva contra la adversidad, incluso visitaba clínicas donde se encontraban personas desahuciadas cuyo único objetivo era conocer al actor.

Un poco antes de fallecer, Reeve escribió un libro titulado: “Todo es posible”, en el que mencionaba: “Dado todos los actos inexplicables de violencia, injusticia y crueldad, mezclados con inesperados y pequeños milagros de bondad y felicidad que vemos en el mundo todos los días, sigo convencido de que la vida es un caos, pero está en nuestras manos establecer el orden y el significado”. Ante la adversidad encuentra tu significado, siempre que acontece una desgracia renacen nuevos amaneceres y cielos más esplendorosos, el espíritu se engrandece, se vuelve más fuerte que el destino.

El otrora hombre de acero que podía volar alrededor del mundo en la pantalla grande naufragó en una terrible depresión, aunque solo fue por un momento.