/ sábado 12 de mayo de 2018

Un futbolista de recia voluntad moldea el mundo a su gusto

“Luego en la preparatoria, el músculo bien templado, va disputando victorias a quien lo haya retado; etapa de confusiones, dos caminos a escoger, en uno están los estudios con muy pocas diversiones y, como premio, SABER... En el otro, la ilusión, garantía de mil combates entregando el corazón en muchos lances constantes... ¿Y la bola? Rueda y rueda entre muchos contrincantes”. Para todos, la preocupación más importante es el cultivo de la voluntad. A tal fin deberían tender principalmente los estudios, la educación social y las instituciones del Estado.

Nos resulta muy fácil identificar a las personas que gozan de una recia voluntad. Esta facultad, esta potencia del alma, todos quisiéramos tenerla. Y cada uno de nosotros sufre cuando nos damos cuenta que gran cantidad de metas que no hemos logrado ha sido, precisamente, porque nos ha faltado voluntad. Siendo esta facultad tan poderosa para forjarnos una vida exitosa, no es de extrañar que jamás nadie nos haya enseñado cómo adquirirla.

Una de las cosas que más nos ha impedido captar la esencia de la voluntad, es el hecho de que creemos que se trata de una simple idea de una facultad que se tiene o no se tiene.

Hay personas que sin haber jamás pensado en qué consiste la voluntad, gozan de esta capacidad. Estas personas no necesitan conscientemente saber en qué consiste esta facultad, pues su inconsciente sí lo sabe, y por eso gozan de una poderosa voluntad.

Muchos de nosotros cometemos el error de desoír a la vocación, esto es una clara prueba de falta de voluntad. Vencidos por las dificultades, preferimos dedicarnos a lo que no nos complace con tal de no batallar. El uruguayo Sergio Markadián, con una formación empresarial, además de futbolística, se hizo cargo un tiempo de la dirección del Cruz Azul. La suya es una historia compleja, se podría decir que hasta impensable, hasta podría venderse en panfletos de autoayuda, ofreciéndolos como “Mira, se puede hacer en este mundo todo lo que quieras, si te gusta”. De ser gerente de una empresa distribuidora de combustibles pasó a ser director técnico de futbol, de ganar ocho mil dólares pasó a percibir solo cien, por decisión propia.

Markarián cuenta que la tarde en que Holanda venció 2-0 a Uruguay en Alemania 74 su vida cambió. Sintió vergüenza, lloró, no solo fue el marcador, Uruguay ni siquiera pasó de la media cancha. En aquella pequeña crisis personal, fue su mujer la de la idea: "Sergio, si te gusta tanto, si estás tan interesado, ¿no será que tienes que ser entrenador?" Y él respondió: "Tienes razón, porque creo que puedo hacer algo por el futbol de mi país. Ya al frente del Cruz Azul, Markarián, enfundado en los colores del Cruz Azul, con su figura rechoncha, su sonrisa fácil y sus anteojos de transición solar, antes de ver al éxitoso técnico, pensamos primero en el abuelito feliz... Todos reconocemos su trabajo, pero ni él pudo descifrar el dilema de la Máquina, o tal vez sí pudo y por eso se fue.

Otros dos personajes son ejemplo fiel de una buena voluntad. Me refiero al Lic. Jorge Romo, defensa central del Marte, del Toluca y de la Selección Nacional. Allá por 1992, me encontraba en una convención nacional de las Escuelas de Futbol del Club Necaxa, en donde el licenciado Romo fungía como importante dirigente. Arturo Álvarez, por aquel tiempo director deportivo del Club, dijo a Enrique Borja, presidente de la organización, que yo tenía un escrito interesante: “La Crónica de la Pelota”, y Enrique me pidió que se la dijera a los directores de las escuelas ahí reunidos, lo que hice con gusto. Al terminar, el Lic. Romo me hizo saber que se proyectaba mucho con mi escrito. Jugando para el Marte, mis padres me quitaron del futbol para ponerme a estudiar, con tanta fortuna, que cuando terminé la carrera me contrató el Toluca y fui seleccionado.

Historia semejante le ocurrió al Dr. Ricardo Escandón Ruiz, que con sus hermanos formó la única quinteta de hermanos jugando como titulares para un mismo equipo, el ADO de Orizaba. Igual dejó el futbol para estudiar y, al titularse como médico, fue contratado por el Atlante como interior derecho y seleccionado para Brasil 50. En su estancia en Tampico, el Dr. Escandón fue directivo del equipo de futbol Tampico FC y fundó la Liga Regional de las Huastecas que abarcaba desde Tantoyuca y Cerro Azul, hasta Matamoros y Reynosa, creando además un centro de formación, al que nombró Colegio de Futbol Tampico... Mucha buena voluntad se debe tener para poder atender los asuntos de una Liga tan extensa y con tantos equipos, dándoles el mismo nivel de una Segunda División Profesional, fue en ese tiempo cuando Tamaulipas conquistó tres campeonatos nacionales de Primera Fuerza “Libre”. Los doctores Hugo Sánchez, Miguel Mejía Barón, Javier Zapién, Marcos Calderón, Ernesto Cortés, los arquitectos, Guillermo Vázquez, Antonio de la Torre, los ingenieros Javier de la Torre, Rubén Olmos, Mario Zaragoza, Francisco Goldaracena Castelán, Miguel Domínguez, Fernando Contreras y tantos otros, son una muestra de lo que es una recia voluntad.

Hasta pronto amigo.

“Luego en la preparatoria, el músculo bien templado, va disputando victorias a quien lo haya retado; etapa de confusiones, dos caminos a escoger, en uno están los estudios con muy pocas diversiones y, como premio, SABER... En el otro, la ilusión, garantía de mil combates entregando el corazón en muchos lances constantes... ¿Y la bola? Rueda y rueda entre muchos contrincantes”. Para todos, la preocupación más importante es el cultivo de la voluntad. A tal fin deberían tender principalmente los estudios, la educación social y las instituciones del Estado.

Nos resulta muy fácil identificar a las personas que gozan de una recia voluntad. Esta facultad, esta potencia del alma, todos quisiéramos tenerla. Y cada uno de nosotros sufre cuando nos damos cuenta que gran cantidad de metas que no hemos logrado ha sido, precisamente, porque nos ha faltado voluntad. Siendo esta facultad tan poderosa para forjarnos una vida exitosa, no es de extrañar que jamás nadie nos haya enseñado cómo adquirirla.

Una de las cosas que más nos ha impedido captar la esencia de la voluntad, es el hecho de que creemos que se trata de una simple idea de una facultad que se tiene o no se tiene.

Hay personas que sin haber jamás pensado en qué consiste la voluntad, gozan de esta capacidad. Estas personas no necesitan conscientemente saber en qué consiste esta facultad, pues su inconsciente sí lo sabe, y por eso gozan de una poderosa voluntad.

Muchos de nosotros cometemos el error de desoír a la vocación, esto es una clara prueba de falta de voluntad. Vencidos por las dificultades, preferimos dedicarnos a lo que no nos complace con tal de no batallar. El uruguayo Sergio Markadián, con una formación empresarial, además de futbolística, se hizo cargo un tiempo de la dirección del Cruz Azul. La suya es una historia compleja, se podría decir que hasta impensable, hasta podría venderse en panfletos de autoayuda, ofreciéndolos como “Mira, se puede hacer en este mundo todo lo que quieras, si te gusta”. De ser gerente de una empresa distribuidora de combustibles pasó a ser director técnico de futbol, de ganar ocho mil dólares pasó a percibir solo cien, por decisión propia.

Markarián cuenta que la tarde en que Holanda venció 2-0 a Uruguay en Alemania 74 su vida cambió. Sintió vergüenza, lloró, no solo fue el marcador, Uruguay ni siquiera pasó de la media cancha. En aquella pequeña crisis personal, fue su mujer la de la idea: "Sergio, si te gusta tanto, si estás tan interesado, ¿no será que tienes que ser entrenador?" Y él respondió: "Tienes razón, porque creo que puedo hacer algo por el futbol de mi país. Ya al frente del Cruz Azul, Markarián, enfundado en los colores del Cruz Azul, con su figura rechoncha, su sonrisa fácil y sus anteojos de transición solar, antes de ver al éxitoso técnico, pensamos primero en el abuelito feliz... Todos reconocemos su trabajo, pero ni él pudo descifrar el dilema de la Máquina, o tal vez sí pudo y por eso se fue.

Otros dos personajes son ejemplo fiel de una buena voluntad. Me refiero al Lic. Jorge Romo, defensa central del Marte, del Toluca y de la Selección Nacional. Allá por 1992, me encontraba en una convención nacional de las Escuelas de Futbol del Club Necaxa, en donde el licenciado Romo fungía como importante dirigente. Arturo Álvarez, por aquel tiempo director deportivo del Club, dijo a Enrique Borja, presidente de la organización, que yo tenía un escrito interesante: “La Crónica de la Pelota”, y Enrique me pidió que se la dijera a los directores de las escuelas ahí reunidos, lo que hice con gusto. Al terminar, el Lic. Romo me hizo saber que se proyectaba mucho con mi escrito. Jugando para el Marte, mis padres me quitaron del futbol para ponerme a estudiar, con tanta fortuna, que cuando terminé la carrera me contrató el Toluca y fui seleccionado.

Historia semejante le ocurrió al Dr. Ricardo Escandón Ruiz, que con sus hermanos formó la única quinteta de hermanos jugando como titulares para un mismo equipo, el ADO de Orizaba. Igual dejó el futbol para estudiar y, al titularse como médico, fue contratado por el Atlante como interior derecho y seleccionado para Brasil 50. En su estancia en Tampico, el Dr. Escandón fue directivo del equipo de futbol Tampico FC y fundó la Liga Regional de las Huastecas que abarcaba desde Tantoyuca y Cerro Azul, hasta Matamoros y Reynosa, creando además un centro de formación, al que nombró Colegio de Futbol Tampico... Mucha buena voluntad se debe tener para poder atender los asuntos de una Liga tan extensa y con tantos equipos, dándoles el mismo nivel de una Segunda División Profesional, fue en ese tiempo cuando Tamaulipas conquistó tres campeonatos nacionales de Primera Fuerza “Libre”. Los doctores Hugo Sánchez, Miguel Mejía Barón, Javier Zapién, Marcos Calderón, Ernesto Cortés, los arquitectos, Guillermo Vázquez, Antonio de la Torre, los ingenieros Javier de la Torre, Rubén Olmos, Mario Zaragoza, Francisco Goldaracena Castelán, Miguel Domínguez, Fernando Contreras y tantos otros, son una muestra de lo que es una recia voluntad.

Hasta pronto amigo.