/ jueves 14 de febrero de 2019

Un servidor es leal hasta que le ofrezcan algo mejor... Jules Renard

Un servidor es leal hasta que le ofrezcan algo mejor... Jules Renard

El juramento de lealtad a un solo equipo significa despojarte de todo lo tuyo... Montigne.

Resulta tan difícil analizar y después explicar las razones que hacen grande a un equipo como el Real Madrid, nombrado el equipo del siglo XX, cuando además en el XXI ya le ha tomado una distancia considerable a los que le compiten, como el Barcelona, Milán, Juventus, los Manchester y el Bayern. ¿Cómo se arma un equipo de tal consistencia? Los mejores jugadores del mundo se encuentran ahí, disponibles no solo para el Real Madrid. Pero resulta que los merengues no tienen ni a Messi, ni a Cristiano Ronaldo, ni a Neymar, ni a Suárez, ni a Salah, ni a Kane, ni a Cavani o a Lewandovsky, ¿entonces? El Real Madrid tiene a puros jugadores merengues, jugadores que no se rinden, que siendo vapuleados en el terreno de juego, a veces rayando en lo ridículo, no se rinden, siendo ejemplo para los jóvenes de reciente ingreso, que ante la imagen de lucha permanente de Ramos, Benzema, Modric, Kross y Casemiro, se convierten en guerreros que venden carísimas sus derrotas.

No es la primera vez que siendo dominados se alzan con una victoria que nadie, quizas ni ellos, adivinaba, y cuando superando a los diez jugadores de campo, el rival se planta solo frente a Courtois, este agiganta aún más su 1.99 metros de estatura, haciendo que el espacio de 7.32 de longitud por 2.40 de alto que mide la portería, se convierta en un ojo de aguja por el que se dificulta la entrada de un balón. Antes de él fueron Keylor Navas e Iker Casillas y una larga lista de fieros guardianes velando celosos el prestigio de la Casa Blanca del futbol español.

Hoy ocurrió igual que muchas otras veces, en las que el rival, que antes de iniciar el juego suponía ser tres fáciles puntos, ahí, a la mano, se convirtió en un feroz oponente al que el espíritu de Johan Cruyff otorgaba el axiomático poder de antaño, el heredado de aquel irrepetible estilo de juego mejor conocido como futbol total, y que ahora nos repetía al correr de los minutos que sus goles eran inevitables, sí, pero no para el Real Madrid, que no solo los impidió, sino que se adelantó para ser alcanzado y después de un segundo esfuerzo, anotar el del triunfo. Forma ésta, tan poco ortodoxa de conseguir los objetivos, a la que ya nos hemos ido acostumbrando.

¿Quiere decir esto que ya tenemos otro Madrid?, ¡NO! Quienes son adeptos al equipo merengue, seguirán sufriendo hasta que Solari logre superar esta difícil transición generacional, en la que ha de conseguir que cada uno de los jugadores, que después de mucho tiempo se encuentran ya a la baja, si no total sí muy notoria, sea sustituido en forma eficaz por alguno de los canteranos que ya están siendo usados, o por la contratación de alguna de las estrellas que hoy brillan en el firmamento del futbol mundial, que cuenten con los atributos que distinguen a un futbolista merengue, siendo el más importante no bajar la guardia jamás.

No me agrada la forma en que se promueve la jornada 7 del torneo Clausura 2019, en donde se prioriza el juego entre Pumas y América, en donde los amarranavajas, después de pasarse la semana incitando como siempre lo han hecho, subliminalmente, a los seguidores Pumas, a darle una “bienvenida” a Nicolás Castillo, quien ha cometido el delito imperdonable de mirar por su familia, firmando con un equipo que le paga lo que los Pumas no pueden. Ese tipo de reclamos me parece de lo más estúpido, como igual me parece que algún jugador afirme que juegan por amor a los colores.

Hay jugadores a los que admiro por haber demostrado su valía jugando con un número increíble de equipos, en los que siempre cumplieron. “El Loco” Abreu, Toño de Nigris, Cuauhtémoc Blanco entre otros, o aquellos que jugando para un gran equipo se cambiaron al odioso rival, como los del Barcelona para el Real Madrid y viceversa. Primero los que del Barcelona pasaron al Real Madrid: Ronaldo Nazario, Luis Figo, Michael Laudrup, Berdn Schuster, Albert Celades, Nando Muñoz y Ricardo Zamora... del Real Madrid para el Barcelona: Samuel Etoo, Luis Enrique, Gheorghe Hagi, Julen Lopetegui, Robert Prosinecki, Alfonso Pérez y Dani García. Un caso curioso lo es Alfonso Pérez, que jugando para los merengues quedó en segundo lugar de goleo solo abajo del barcelonista Ronaldo y, jugando como blaugrana, repitió el segundo lugar abajo del merengue Ronaldo.

Jugadores de un solo equipo, tenemos a Cristóbal Ortega con más de 700 juegos con el América, a Francesco Toti, 24 años jugando con la Roma; actualmente al español Joaquín Sánchez, jugando por 18 años aún activo, solo con el Betis, equipo del cual es capitán. Manuel Sanchiz, seleccionado nacional por España, que jugó 710 partidos solo con el Real Madrid. Pero el más fiel de todos, lo es el italiano Paolo Maldini, 648 juegos con el Milán durante 24 años, seleccionado por Italia en 1990, 1994, 1998 y 2002 ganó al menos una vez, todo lo que compitió.

Hasta pronto amigo.

Un servidor es leal hasta que le ofrezcan algo mejor... Jules Renard

El juramento de lealtad a un solo equipo significa despojarte de todo lo tuyo... Montigne.

Resulta tan difícil analizar y después explicar las razones que hacen grande a un equipo como el Real Madrid, nombrado el equipo del siglo XX, cuando además en el XXI ya le ha tomado una distancia considerable a los que le compiten, como el Barcelona, Milán, Juventus, los Manchester y el Bayern. ¿Cómo se arma un equipo de tal consistencia? Los mejores jugadores del mundo se encuentran ahí, disponibles no solo para el Real Madrid. Pero resulta que los merengues no tienen ni a Messi, ni a Cristiano Ronaldo, ni a Neymar, ni a Suárez, ni a Salah, ni a Kane, ni a Cavani o a Lewandovsky, ¿entonces? El Real Madrid tiene a puros jugadores merengues, jugadores que no se rinden, que siendo vapuleados en el terreno de juego, a veces rayando en lo ridículo, no se rinden, siendo ejemplo para los jóvenes de reciente ingreso, que ante la imagen de lucha permanente de Ramos, Benzema, Modric, Kross y Casemiro, se convierten en guerreros que venden carísimas sus derrotas.

No es la primera vez que siendo dominados se alzan con una victoria que nadie, quizas ni ellos, adivinaba, y cuando superando a los diez jugadores de campo, el rival se planta solo frente a Courtois, este agiganta aún más su 1.99 metros de estatura, haciendo que el espacio de 7.32 de longitud por 2.40 de alto que mide la portería, se convierta en un ojo de aguja por el que se dificulta la entrada de un balón. Antes de él fueron Keylor Navas e Iker Casillas y una larga lista de fieros guardianes velando celosos el prestigio de la Casa Blanca del futbol español.

Hoy ocurrió igual que muchas otras veces, en las que el rival, que antes de iniciar el juego suponía ser tres fáciles puntos, ahí, a la mano, se convirtió en un feroz oponente al que el espíritu de Johan Cruyff otorgaba el axiomático poder de antaño, el heredado de aquel irrepetible estilo de juego mejor conocido como futbol total, y que ahora nos repetía al correr de los minutos que sus goles eran inevitables, sí, pero no para el Real Madrid, que no solo los impidió, sino que se adelantó para ser alcanzado y después de un segundo esfuerzo, anotar el del triunfo. Forma ésta, tan poco ortodoxa de conseguir los objetivos, a la que ya nos hemos ido acostumbrando.

¿Quiere decir esto que ya tenemos otro Madrid?, ¡NO! Quienes son adeptos al equipo merengue, seguirán sufriendo hasta que Solari logre superar esta difícil transición generacional, en la que ha de conseguir que cada uno de los jugadores, que después de mucho tiempo se encuentran ya a la baja, si no total sí muy notoria, sea sustituido en forma eficaz por alguno de los canteranos que ya están siendo usados, o por la contratación de alguna de las estrellas que hoy brillan en el firmamento del futbol mundial, que cuenten con los atributos que distinguen a un futbolista merengue, siendo el más importante no bajar la guardia jamás.

No me agrada la forma en que se promueve la jornada 7 del torneo Clausura 2019, en donde se prioriza el juego entre Pumas y América, en donde los amarranavajas, después de pasarse la semana incitando como siempre lo han hecho, subliminalmente, a los seguidores Pumas, a darle una “bienvenida” a Nicolás Castillo, quien ha cometido el delito imperdonable de mirar por su familia, firmando con un equipo que le paga lo que los Pumas no pueden. Ese tipo de reclamos me parece de lo más estúpido, como igual me parece que algún jugador afirme que juegan por amor a los colores.

Hay jugadores a los que admiro por haber demostrado su valía jugando con un número increíble de equipos, en los que siempre cumplieron. “El Loco” Abreu, Toño de Nigris, Cuauhtémoc Blanco entre otros, o aquellos que jugando para un gran equipo se cambiaron al odioso rival, como los del Barcelona para el Real Madrid y viceversa. Primero los que del Barcelona pasaron al Real Madrid: Ronaldo Nazario, Luis Figo, Michael Laudrup, Berdn Schuster, Albert Celades, Nando Muñoz y Ricardo Zamora... del Real Madrid para el Barcelona: Samuel Etoo, Luis Enrique, Gheorghe Hagi, Julen Lopetegui, Robert Prosinecki, Alfonso Pérez y Dani García. Un caso curioso lo es Alfonso Pérez, que jugando para los merengues quedó en segundo lugar de goleo solo abajo del barcelonista Ronaldo y, jugando como blaugrana, repitió el segundo lugar abajo del merengue Ronaldo.

Jugadores de un solo equipo, tenemos a Cristóbal Ortega con más de 700 juegos con el América, a Francesco Toti, 24 años jugando con la Roma; actualmente al español Joaquín Sánchez, jugando por 18 años aún activo, solo con el Betis, equipo del cual es capitán. Manuel Sanchiz, seleccionado nacional por España, que jugó 710 partidos solo con el Real Madrid. Pero el más fiel de todos, lo es el italiano Paolo Maldini, 648 juegos con el Milán durante 24 años, seleccionado por Italia en 1990, 1994, 1998 y 2002 ganó al menos una vez, todo lo que compitió.

Hasta pronto amigo.