/ miércoles 3 de octubre de 2018

Una copa que bien pudo darnos la identidad anhelada


Aquel equipo era del gusto de todos los mexicanos, como igual lo fue el de Lapuente, aunque distinto.


¿Cuál es la Selección Mexicana que más les ha convencido? El futbol se califica por tres conceptos que son: Bello, Excitante y Eficaz... Para mí, ha habido dos que curiosamente fueron muy distintos. Uno fue el de Mejía Barón, que desde la Copa América de Ecuador, sorprendió gratamente no sólo a los mexicanos, sino que se ganó el respeto y simpatía de toda América. El otro, que sustentaba su poderío del pundonor, coraje, “garra” de sus jugadores, fue el de Manuel Lapuente, pero ninguno sobrevivió.

El primero se presentó en Ecuador, en donde sobre la base de un futbol que combinaba la exquisitez con la intensidad, un equipo que manejaba perfectamente los cambios de ritmo, haciendo de esa mezcla un infierno para sus rivales, la plantilla aquella se conformaba de la siguiente forma: Jorge Campos, Alex Domínguez, Raúl Gutiérrez, Juan de Dios Ramírez Perales, Claudio Suárez, Ramón Ramírez Ceseña, David Patiño Oviedo, Ignacio Ambriz Espinoza, Alberto García Aspe, Benjamín Galindo Marentes, Hugo Sánchez Márquez, Luís Roberto Alves “Zague”, Luis García Postigo, Miguel Herrera Aguirre y Luis Flores Ocaranza, a los que para ir al Mundial, se agregarían Marcelino Bernal, Hugo Rodríguez y Joaquín del Olmo.

El 16 de junio, México tuvo un debut contrastante. Fue dominado por la potencia de Colombia en el primer tiempo, sufriendo derrota parcial de 0-1. En la segunda mitad el cuadro Azteca mejoró y empató, siguiendo un par de situaciones extrañas. Primero un apagón que obligó la interrupción del partido y permitió reponerse físicamente a los colombianos. Finalmente, un gol fantasma que marcó el árbitro uruguayo Nieves en favor de los cumbiamberos, que selló la derrota de México, que ese día jugó con: Campos, Herrera, Suárez, Ramírez Perales, Ramírez, Patiño, Ambriz, Galindo, García Aspe, Hugo y Zague. El 24 de junio en Portoviejo, México y Bolivia se enfrentaron, terminando empatados 0-0.

El 27 de junio, contra Perú, nuestro Tri salió avante 4-2 con goles de García Aspe a los 21 minutos y después con un penalti a los 45 minutos. Antes Zague había hecho el suyo a los 43 minutos y cerró la cuenta Patiño a los 51, por los peruanos anotaron Del Solar y Juan Reinoso. Ese día alinearon así: Campos, Raúl Gutiérrez, Ramírez Perales, Claudio Suárez, Ramón Ramírez, Patiño, Ambriz, Galindo, García Aspe, Hugo Sánchez y Zague. Contra Ecuador se repitió el mismo cuadro que venció a Perú y. A pesar de que se jugó contra los organizadores, el triunfo nos favoreció al ganar 2-0 con gol de Hugo Sánchez al minuto 23 y de Ramón Ramírez al 54.

Y finalmente el 4 de julio, fuimos por la final ante Argentina. Ellos defendían el campeonato ganado un par de años antes en Chile. Ahora, su debut ante Bolivia fue poco afortunado, incluso por la fractura sufrida por uno de sus mejores hombres, Darío Franco, quien después jugara para el Atlas y con el Morelia. Sin embargo, Bautista se las arregló para darle el triunfo a los chés en un contragolpe. Ahora, ya en la final, México aprovechó que enfrentó a un confiado, logrando un momentáneo empate en un tiro penal cobrado por Benjamín Galindo, pero los mexicanos parecían demasiado presionados por ganar dentro del tiempo reglamentario, sin confiar en el desempate en tiros penales.

Cuando los mexicanos pudieron tocar el balón con mayor tranquilidad y aprovechando la baja física de algunos jugadores argentinos, parecía cuestión de tiempo para que la Copa América dejara el Cono Sur. Sin embargo, dos chispazos de Batistuta, delantero argentino que jugaba en Italia, fueron suficientes para asegurar la victoria pampera. Argentina lograba el bicampeonato y México cumplía un papel sobresaliente en la Copa América.

En la premiación, los nada conformes jugadores mexicanos recibieron la medalla de plata que los acredita como subcampeones de América. Además de que la Federación Mexicana obtuvo el premio de 400 mil dólares destinado al segundo lugar.

Ecuador 93 resultó para México sorprendente y espectacular. Algunos equipos parecieron tomarlo como entrenamiento para las eliminatorias mundialistas con los riesgos físicos y psíquicos que eso implica. Argentina volvió a mostrar su capacidad y disciplina estratégica, aún por encima de su proverbial habilidad individual a lo largo del torneo. Uno de los invitados, EUA, quedó en el último sitio, pero el otro México llegó a la final, exhibiendo un estilo de juego que nunca debió perder... Ese pudo haber sido el sello que nos diera identidad, pero la falta de continuidad en todos nuestros procesos lo impidió. Hasta cuándo continuaremos así.

Hasta pronto amigo.



Aquel equipo era del gusto de todos los mexicanos, como igual lo fue el de Lapuente, aunque distinto.


¿Cuál es la Selección Mexicana que más les ha convencido? El futbol se califica por tres conceptos que son: Bello, Excitante y Eficaz... Para mí, ha habido dos que curiosamente fueron muy distintos. Uno fue el de Mejía Barón, que desde la Copa América de Ecuador, sorprendió gratamente no sólo a los mexicanos, sino que se ganó el respeto y simpatía de toda América. El otro, que sustentaba su poderío del pundonor, coraje, “garra” de sus jugadores, fue el de Manuel Lapuente, pero ninguno sobrevivió.

El primero se presentó en Ecuador, en donde sobre la base de un futbol que combinaba la exquisitez con la intensidad, un equipo que manejaba perfectamente los cambios de ritmo, haciendo de esa mezcla un infierno para sus rivales, la plantilla aquella se conformaba de la siguiente forma: Jorge Campos, Alex Domínguez, Raúl Gutiérrez, Juan de Dios Ramírez Perales, Claudio Suárez, Ramón Ramírez Ceseña, David Patiño Oviedo, Ignacio Ambriz Espinoza, Alberto García Aspe, Benjamín Galindo Marentes, Hugo Sánchez Márquez, Luís Roberto Alves “Zague”, Luis García Postigo, Miguel Herrera Aguirre y Luis Flores Ocaranza, a los que para ir al Mundial, se agregarían Marcelino Bernal, Hugo Rodríguez y Joaquín del Olmo.

El 16 de junio, México tuvo un debut contrastante. Fue dominado por la potencia de Colombia en el primer tiempo, sufriendo derrota parcial de 0-1. En la segunda mitad el cuadro Azteca mejoró y empató, siguiendo un par de situaciones extrañas. Primero un apagón que obligó la interrupción del partido y permitió reponerse físicamente a los colombianos. Finalmente, un gol fantasma que marcó el árbitro uruguayo Nieves en favor de los cumbiamberos, que selló la derrota de México, que ese día jugó con: Campos, Herrera, Suárez, Ramírez Perales, Ramírez, Patiño, Ambriz, Galindo, García Aspe, Hugo y Zague. El 24 de junio en Portoviejo, México y Bolivia se enfrentaron, terminando empatados 0-0.

El 27 de junio, contra Perú, nuestro Tri salió avante 4-2 con goles de García Aspe a los 21 minutos y después con un penalti a los 45 minutos. Antes Zague había hecho el suyo a los 43 minutos y cerró la cuenta Patiño a los 51, por los peruanos anotaron Del Solar y Juan Reinoso. Ese día alinearon así: Campos, Raúl Gutiérrez, Ramírez Perales, Claudio Suárez, Ramón Ramírez, Patiño, Ambriz, Galindo, García Aspe, Hugo Sánchez y Zague. Contra Ecuador se repitió el mismo cuadro que venció a Perú y. A pesar de que se jugó contra los organizadores, el triunfo nos favoreció al ganar 2-0 con gol de Hugo Sánchez al minuto 23 y de Ramón Ramírez al 54.

Y finalmente el 4 de julio, fuimos por la final ante Argentina. Ellos defendían el campeonato ganado un par de años antes en Chile. Ahora, su debut ante Bolivia fue poco afortunado, incluso por la fractura sufrida por uno de sus mejores hombres, Darío Franco, quien después jugara para el Atlas y con el Morelia. Sin embargo, Bautista se las arregló para darle el triunfo a los chés en un contragolpe. Ahora, ya en la final, México aprovechó que enfrentó a un confiado, logrando un momentáneo empate en un tiro penal cobrado por Benjamín Galindo, pero los mexicanos parecían demasiado presionados por ganar dentro del tiempo reglamentario, sin confiar en el desempate en tiros penales.

Cuando los mexicanos pudieron tocar el balón con mayor tranquilidad y aprovechando la baja física de algunos jugadores argentinos, parecía cuestión de tiempo para que la Copa América dejara el Cono Sur. Sin embargo, dos chispazos de Batistuta, delantero argentino que jugaba en Italia, fueron suficientes para asegurar la victoria pampera. Argentina lograba el bicampeonato y México cumplía un papel sobresaliente en la Copa América.

En la premiación, los nada conformes jugadores mexicanos recibieron la medalla de plata que los acredita como subcampeones de América. Además de que la Federación Mexicana obtuvo el premio de 400 mil dólares destinado al segundo lugar.

Ecuador 93 resultó para México sorprendente y espectacular. Algunos equipos parecieron tomarlo como entrenamiento para las eliminatorias mundialistas con los riesgos físicos y psíquicos que eso implica. Argentina volvió a mostrar su capacidad y disciplina estratégica, aún por encima de su proverbial habilidad individual a lo largo del torneo. Uno de los invitados, EUA, quedó en el último sitio, pero el otro México llegó a la final, exhibiendo un estilo de juego que nunca debió perder... Ese pudo haber sido el sello que nos diera identidad, pero la falta de continuidad en todos nuestros procesos lo impidió. Hasta cuándo continuaremos así.

Hasta pronto amigo.