/ jueves 16 de agosto de 2018

Une tu alma con vínculos de acero a los amigos que adoptaste después de examinada su conducta

Tal vez ustedes recuerden aquel grupo de haitianos que se reunían para jugar futbol, atrás del parque de beisbol "Heriberto Kehoe", justo en donde se construyó un campito para un equipo infantil de futbol americano, que no fue muy utilizado y que acabó sirviendo para jugar futbol.

Ese campito fue de muchísima utilidad para la preparación de un equipo exclusivamente de médicos, creado por la idea del Dr. Sergio Flores, con la asesoría del inolvidable Dr. Ricardo Escandón Ruiz, equipo que se coronó invicto en la Liga Petrolera, dirigida por Jesús Muñoz.

Aquellos haitianos, de constitución distinta de la nuestra, practicaban un futbol que para ellos era normal y para nosotros temerario. Aquellas moles morenas, de la misma raza afro de aquel que hizo pinole la rodilla de Cuauhtémoc Blanco. Fue en el minuto 58 de aquel 8 de octubre de 2000 en el que disputándose la calificación par asistir al Mundial Japón-Corea 2002 y que finalizó con un rotundo 6-0. Ansil Elckoc, jugador haitiano, se fue sobre la rodilla que en ese le servía de apoyo y que no resistió semejante agresión, que le costó al Cuauh renunciar a la aventura de triunfar en España, en donde se rumoraba que terminaría vistiendo la camiseta blanca de los merengues del Real Madrid. Ocho meses se llevó Cuauhtémoc para que su pierna volviera a funcionar bien.

Fuera de la cancha en la mayoría de los casos el panorama es más difícil. El defensa español Adrián Zarzuela se sincera y reconoce que algunos de sus compañeros africanos no tienen papeles migratorios, o simplemente, no tienen casa. Es muy complicado así... Zarzuela, como le dicen todos, se sintió muy conmovido al conocer las historias de sus compañeros y decidió quedarse en el equipo y ser uno más, pese a tener otras ofertas en categorías superiores. “Me sensibilizó mucho conocerlos”, dicen de este joven informático y programador de páginas en Internet.

El centrocampista Issa Abdou relata que se vio obligado a abandonar Camerún en 2008 por el alto riesgo que se vivía en su país debido a las revueltas y a los secuestros. Unos meses después consiguió brincar la valla de Melilla y España le concedió el asilo político. Sin embargo, tiempo después le retiraron esa tarjeta. Hoy nuevamente logró cumplir con los trámites nece-sarios y ya tiene su carnet de residencia. El senegalés Abdul Diouf, fuera desde las canchas se gana la vida lavando coches en la calle, como lo hacen otros de sus compañeros; sin embargo, tiene claro que su único propósito es seguirse preparando en Alma de África y después buscar un fichaje con equipos de categorías superiores. “El futbol es mi pasión”, dice con toda certeza. Su paisano y segundo entrenador Christian, quien como Abdul pasó el estrecho en una especie de pequeña lancha, explica que trabaja en un puesto vendiendo zapatos en el centro de Jerez.

No, no es lo mismo que los inmigrantes americanos que con trabajos de lavaplatos o meseros ganan suficiente como para enviar dinero a los familiares en sus respectivos países. Me cuentan algunos amigos que hoy radican en Estados Unidos y en Canadá que se agrupan en la misma forma en la que lo hacen los africanos que hoy me ocupan, solo que lo hacen en una mezcla de nacionalidades distintas, aprovechando que en la mayoría de los países de América hablan español.

Aquí mismo, en Tampico, existió el “Libanés”, un equipo conformado por argentinos como Vucetich, Magnusi y Casaubón, mexicanos de origen libanés y mexicanos como Alfredo Contreras, Popo Atencio y Pepe Plascencia, resultando de esto un gran equipo de futbol que campeonó en el futbol tampiqueño haciendo historia.

Shakespeare, en su gran obra “Hamlet”, nos ha dejado reflexiones extraordinarias... Polonio aconseja a su hijo Laertes, próximo a partir para París... Recibe mis bendiciones y procura imprimir en la memoria estos pocos preceptos. No publiques con facilidad lo que pienses, ni ejecutes cosas no bien premeditadas primero. Debes ser afable pero no vulgar en el trato. Une a tu alma con vínculos de acero a los amigos que adoptaste después de examinada su conducta, pero no acaricies con mano pródiga a los que acaban de salir del cascarón y aún están sin plumas. Huye siempre de meterte en disputas, pero una vez metido en ellas, obra de manera que tu contrario huya de ti. Presta oído a los demás , pero reserva tu propia opinión. Sea tu vestido tan costoso cuando tus facultades lo permitan, pero no afectado en su hechura; rico, no extravagante, porque el traje por lo común dice quién es el sujeto y los caballeros principales señores franceses tienen el gusto muy delicado. Procura no dar ni pedir prestado a nadie porque el que presta suele perder a un tiempo el amigo y el dinero y el que se acostumbra a pedir prestado falta al principio de economía y buen orden que nos es tan útil. Pero sobre topdo, busca veracidad contigo mismo y así no podrás ser falso con los demás, consecuencia tan preciosa, como que la noche sucede al día. Adiós, que mi bendición haga fructificar en ti estos consejos.

Hasta pronto amigo.


Tal vez ustedes recuerden aquel grupo de haitianos que se reunían para jugar futbol, atrás del parque de beisbol "Heriberto Kehoe", justo en donde se construyó un campito para un equipo infantil de futbol americano, que no fue muy utilizado y que acabó sirviendo para jugar futbol.

Ese campito fue de muchísima utilidad para la preparación de un equipo exclusivamente de médicos, creado por la idea del Dr. Sergio Flores, con la asesoría del inolvidable Dr. Ricardo Escandón Ruiz, equipo que se coronó invicto en la Liga Petrolera, dirigida por Jesús Muñoz.

Aquellos haitianos, de constitución distinta de la nuestra, practicaban un futbol que para ellos era normal y para nosotros temerario. Aquellas moles morenas, de la misma raza afro de aquel que hizo pinole la rodilla de Cuauhtémoc Blanco. Fue en el minuto 58 de aquel 8 de octubre de 2000 en el que disputándose la calificación par asistir al Mundial Japón-Corea 2002 y que finalizó con un rotundo 6-0. Ansil Elckoc, jugador haitiano, se fue sobre la rodilla que en ese le servía de apoyo y que no resistió semejante agresión, que le costó al Cuauh renunciar a la aventura de triunfar en España, en donde se rumoraba que terminaría vistiendo la camiseta blanca de los merengues del Real Madrid. Ocho meses se llevó Cuauhtémoc para que su pierna volviera a funcionar bien.

Fuera de la cancha en la mayoría de los casos el panorama es más difícil. El defensa español Adrián Zarzuela se sincera y reconoce que algunos de sus compañeros africanos no tienen papeles migratorios, o simplemente, no tienen casa. Es muy complicado así... Zarzuela, como le dicen todos, se sintió muy conmovido al conocer las historias de sus compañeros y decidió quedarse en el equipo y ser uno más, pese a tener otras ofertas en categorías superiores. “Me sensibilizó mucho conocerlos”, dicen de este joven informático y programador de páginas en Internet.

El centrocampista Issa Abdou relata que se vio obligado a abandonar Camerún en 2008 por el alto riesgo que se vivía en su país debido a las revueltas y a los secuestros. Unos meses después consiguió brincar la valla de Melilla y España le concedió el asilo político. Sin embargo, tiempo después le retiraron esa tarjeta. Hoy nuevamente logró cumplir con los trámites nece-sarios y ya tiene su carnet de residencia. El senegalés Abdul Diouf, fuera desde las canchas se gana la vida lavando coches en la calle, como lo hacen otros de sus compañeros; sin embargo, tiene claro que su único propósito es seguirse preparando en Alma de África y después buscar un fichaje con equipos de categorías superiores. “El futbol es mi pasión”, dice con toda certeza. Su paisano y segundo entrenador Christian, quien como Abdul pasó el estrecho en una especie de pequeña lancha, explica que trabaja en un puesto vendiendo zapatos en el centro de Jerez.

No, no es lo mismo que los inmigrantes americanos que con trabajos de lavaplatos o meseros ganan suficiente como para enviar dinero a los familiares en sus respectivos países. Me cuentan algunos amigos que hoy radican en Estados Unidos y en Canadá que se agrupan en la misma forma en la que lo hacen los africanos que hoy me ocupan, solo que lo hacen en una mezcla de nacionalidades distintas, aprovechando que en la mayoría de los países de América hablan español.

Aquí mismo, en Tampico, existió el “Libanés”, un equipo conformado por argentinos como Vucetich, Magnusi y Casaubón, mexicanos de origen libanés y mexicanos como Alfredo Contreras, Popo Atencio y Pepe Plascencia, resultando de esto un gran equipo de futbol que campeonó en el futbol tampiqueño haciendo historia.

Shakespeare, en su gran obra “Hamlet”, nos ha dejado reflexiones extraordinarias... Polonio aconseja a su hijo Laertes, próximo a partir para París... Recibe mis bendiciones y procura imprimir en la memoria estos pocos preceptos. No publiques con facilidad lo que pienses, ni ejecutes cosas no bien premeditadas primero. Debes ser afable pero no vulgar en el trato. Une a tu alma con vínculos de acero a los amigos que adoptaste después de examinada su conducta, pero no acaricies con mano pródiga a los que acaban de salir del cascarón y aún están sin plumas. Huye siempre de meterte en disputas, pero una vez metido en ellas, obra de manera que tu contrario huya de ti. Presta oído a los demás , pero reserva tu propia opinión. Sea tu vestido tan costoso cuando tus facultades lo permitan, pero no afectado en su hechura; rico, no extravagante, porque el traje por lo común dice quién es el sujeto y los caballeros principales señores franceses tienen el gusto muy delicado. Procura no dar ni pedir prestado a nadie porque el que presta suele perder a un tiempo el amigo y el dinero y el que se acostumbra a pedir prestado falta al principio de economía y buen orden que nos es tan útil. Pero sobre topdo, busca veracidad contigo mismo y así no podrás ser falso con los demás, consecuencia tan preciosa, como que la noche sucede al día. Adiós, que mi bendición haga fructificar en ti estos consejos.

Hasta pronto amigo.