/ viernes 4 de enero de 2019

Con café y a media luz | Vamos por la primera del año

Al iniciar este 2019, cada uno de nosotros ya tendrá definido cuáles serán las metas, propósitos y objetivos a realizar en el ciclo que ya está marchando y que, más temprano que tarde, concluirá. Es por ello que también empiezan las encomiendas burocráticas, trámites y presiones por parte de algunos sectores que están demandando aquello que consideran justo

En primer término, debo reconocer la disposición, organización, trabajo y trato a los contribuyentes que acuden al Palacio Municipal de Tampico por parte de los trabajadores de las oficinas de catastro y de cobranza pues, en el primer día para llevar al cabo este compromiso, mostraron disposición, respeto, amabilidad y todo tipo de consideraciones especiales para los ciudadanos de la tercera edad o que estaban en alguna situación especial.

Cuando este servidor llegó a las instalaciones del Ayuntamiento porteño, poco antes de las siete de la mañana, ya había 68 personas más haciendo fila. Afortunadamente las carpas y las sillas colocadas en la banqueta pudieron mitigar un poco la fría brizna que se sentía y era proveniente del río y de la laguna.

Alrededor de las 7 y media apareció una dama con bastón; empleada municipal y, amablemente, pidió a los que estábamos allí, que hiciéramos un espacio para abrir las puertas laterales y permitir el acceso del resto de los trabajadores. No faltó el ciudadano que reclamó, uno más entusiasta que sugirió otra manera de hacer las cosas y otro que, desde más atrás sancionó a manera de pregunta “¿Y por qué nosotros? ¡Que se muevan primero los de enfrente!”.

Admiro la paciencia y educación de la mujer que no perdió la calma. Lamento el comportamiento de los conciudadanos.

Diez minutos antes de las ocho se empezó a mover la fila y, en el interior, los cobros y orientación fueron sumamente ágiles, tanto así que, en dos tandas de ciudadanos, éste que escribe ya se encontraba en el interior del edificio. Allí observé cómo se le buscaba atender primero a una ancianita que se quejaba de un dolor terrible en sus rodillas que se acentuaba por haber estado expuesta al frío. A otro caballero de edad avanzada se le ofreció un dulce o chocolate del mostrador de catastro para hacerle más dulce la espera y a otra mujer que había llegado en silla de ruedas no se le hizo esperar y fue llevada hasta el primer lugar de manera inmediata.

Poco antes de las nueve de la mañana ya estaba camino a mi trabajo; había concluido este trámite.

Quienes también están aprovechando este inicio de año para “hacer ruido”, son los amigos del transporte público de la zona conurbada, particularmente aquellos que colaboran en la ruta más larga que va de Tampico a Altamira, pues aseguran que los 22 pesos que actualmente cobran por este servicio son insuficientes para satisfacer las necesidades más elementales en su hogar.

Este incremento a la cuota se ha estado exigiendo por cerca de año y medio sin recibir respuesta satisfactoria por parte de las autoridades; sin embargo, hoy la situación es distinta, pues con el argumento del aumento al salario mínimo anunciado por el Presidente de la República, sostienen que los dos pesos de más que están solicitando no mermará en lo más mínimo la economía de los ciudadanos que ocupan sus servicios. ¿Recuerda aquella teoría de la espiral inflacionaria?

El transporte público es, quizá, el tema más delicado en Tamaulipas por varios factores que inciden en él: Los compromisos con grandes empresas dedicadas al transporte público en grandes unidades, el reclamo de la población que demanda vehículos en buen estado, choferes responsables, respetuosos y preparados, la desaparición de carros obsoletos o en malas condiciones, la irregularidad de algunas rutas y la llegada de los nuevos servicios digitales de transporte privado.

Los concesionarios aseguran que “ya no es negocio” con los constantes incrementos a la gasolina, el costo de las refacciones, los pagos que deben hacer en las oficinas de Transporte, el mantenimiento que se le debe dar al vehículo o, cuando así lo amerita, el hacerse de uno nuevo.

Difícil, ¿verdad? Tácheme de iluso, inocente, burdo y otros adjetivos más por la oración que escribo a continuación, pero no la puedo dejar en el tintero: Vamos a suponer que gracias a las gestiones del Gobierno Federal disminuye el costo de la gasolina, ¿Seremos testigos de una disminución del costo del pasaje en la zona sur de Tamaulipas?

Insisto, nuevamente, en la necesidad imperiosa de un tren suburbano.

Por último, quien cerró el 2018 de manera exitosa y está arrancando el 2019 mejor que nunca es quien fuera la subdelegada de la Secretaría de Economía en la zona sur, Elsa Vázquez Borrego quien, con su labor al frente de un extraordinario equipo de trabajo, superó las metas encomendadas, lo que la llevó a ocupar actualmente la titularidad en la Notaría Pública Número 2. Encomienda que, estoy seguro, sabrá llevar a buen puerto.

¡Hasta la próxima!

Escríbame y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será el 2019!

licajimenezmcc@hotmail.com

Al iniciar este 2019, cada uno de nosotros ya tendrá definido cuáles serán las metas, propósitos y objetivos a realizar en el ciclo que ya está marchando y que, más temprano que tarde, concluirá. Es por ello que también empiezan las encomiendas burocráticas, trámites y presiones por parte de algunos sectores que están demandando aquello que consideran justo

En primer término, debo reconocer la disposición, organización, trabajo y trato a los contribuyentes que acuden al Palacio Municipal de Tampico por parte de los trabajadores de las oficinas de catastro y de cobranza pues, en el primer día para llevar al cabo este compromiso, mostraron disposición, respeto, amabilidad y todo tipo de consideraciones especiales para los ciudadanos de la tercera edad o que estaban en alguna situación especial.

Cuando este servidor llegó a las instalaciones del Ayuntamiento porteño, poco antes de las siete de la mañana, ya había 68 personas más haciendo fila. Afortunadamente las carpas y las sillas colocadas en la banqueta pudieron mitigar un poco la fría brizna que se sentía y era proveniente del río y de la laguna.

Alrededor de las 7 y media apareció una dama con bastón; empleada municipal y, amablemente, pidió a los que estábamos allí, que hiciéramos un espacio para abrir las puertas laterales y permitir el acceso del resto de los trabajadores. No faltó el ciudadano que reclamó, uno más entusiasta que sugirió otra manera de hacer las cosas y otro que, desde más atrás sancionó a manera de pregunta “¿Y por qué nosotros? ¡Que se muevan primero los de enfrente!”.

Admiro la paciencia y educación de la mujer que no perdió la calma. Lamento el comportamiento de los conciudadanos.

Diez minutos antes de las ocho se empezó a mover la fila y, en el interior, los cobros y orientación fueron sumamente ágiles, tanto así que, en dos tandas de ciudadanos, éste que escribe ya se encontraba en el interior del edificio. Allí observé cómo se le buscaba atender primero a una ancianita que se quejaba de un dolor terrible en sus rodillas que se acentuaba por haber estado expuesta al frío. A otro caballero de edad avanzada se le ofreció un dulce o chocolate del mostrador de catastro para hacerle más dulce la espera y a otra mujer que había llegado en silla de ruedas no se le hizo esperar y fue llevada hasta el primer lugar de manera inmediata.

Poco antes de las nueve de la mañana ya estaba camino a mi trabajo; había concluido este trámite.

Quienes también están aprovechando este inicio de año para “hacer ruido”, son los amigos del transporte público de la zona conurbada, particularmente aquellos que colaboran en la ruta más larga que va de Tampico a Altamira, pues aseguran que los 22 pesos que actualmente cobran por este servicio son insuficientes para satisfacer las necesidades más elementales en su hogar.

Este incremento a la cuota se ha estado exigiendo por cerca de año y medio sin recibir respuesta satisfactoria por parte de las autoridades; sin embargo, hoy la situación es distinta, pues con el argumento del aumento al salario mínimo anunciado por el Presidente de la República, sostienen que los dos pesos de más que están solicitando no mermará en lo más mínimo la economía de los ciudadanos que ocupan sus servicios. ¿Recuerda aquella teoría de la espiral inflacionaria?

El transporte público es, quizá, el tema más delicado en Tamaulipas por varios factores que inciden en él: Los compromisos con grandes empresas dedicadas al transporte público en grandes unidades, el reclamo de la población que demanda vehículos en buen estado, choferes responsables, respetuosos y preparados, la desaparición de carros obsoletos o en malas condiciones, la irregularidad de algunas rutas y la llegada de los nuevos servicios digitales de transporte privado.

Los concesionarios aseguran que “ya no es negocio” con los constantes incrementos a la gasolina, el costo de las refacciones, los pagos que deben hacer en las oficinas de Transporte, el mantenimiento que se le debe dar al vehículo o, cuando así lo amerita, el hacerse de uno nuevo.

Difícil, ¿verdad? Tácheme de iluso, inocente, burdo y otros adjetivos más por la oración que escribo a continuación, pero no la puedo dejar en el tintero: Vamos a suponer que gracias a las gestiones del Gobierno Federal disminuye el costo de la gasolina, ¿Seremos testigos de una disminución del costo del pasaje en la zona sur de Tamaulipas?

Insisto, nuevamente, en la necesidad imperiosa de un tren suburbano.

Por último, quien cerró el 2018 de manera exitosa y está arrancando el 2019 mejor que nunca es quien fuera la subdelegada de la Secretaría de Economía en la zona sur, Elsa Vázquez Borrego quien, con su labor al frente de un extraordinario equipo de trabajo, superó las metas encomendadas, lo que la llevó a ocupar actualmente la titularidad en la Notaría Pública Número 2. Encomienda que, estoy seguro, sabrá llevar a buen puerto.

¡Hasta la próxima!

Escríbame y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será el 2019!

licajimenezmcc@hotmail.com