/ martes 11 de febrero de 2020

Verba Luminis | Abogacía y Derecho

El Derecho es experiencia histórica, vital, que es necesario captar y entender.

Es una experiencia cultural cuyo espíritu está en la norma que yo identifico con la Juridicidad. La norma cultural se vuelve así Jurídica. Por consiguiente la ciencia del Derecho no estriba solamente el conocer casos concretos, si no saber los principios jurídicos conforme los cuales se deben analizar y resolver.

Tampoco el sólo conocimiento de la Ley escrita comprende y agota nuestra ciencia. Saber lo que prescribe un texto legal con desconocimiento de sus antecedentes históricos y de los principios filosóficos, sociológicos, políticos, culturales, morales o económicos que hayan influido en su contenido normativo no integra la ciencia de Derecho.

Lo que se comprende que el solo conocimiento de la Ley positiva sólo es un aspecto de la ciencia Jurídica. La gente cree que el escueto conocimiento de la Ley y su aplicación resumen la cultura Jurídica, lo cual no lo es todo.

La sabiduría del Derecho se adquiere con el permanente estudio y con la constante experiencia en el ejercicio de la abogacía. En los mandamientos del abogado, Eduardo J. Counture advierte “Estudia: El Derecho se transforma constantemente, si no sigue sus pasos serás cada día un poco menos abogado”, lo que es indiscutible es que los abogados debemos tener una preparación práctica y científica muy amplia para el ejercicio de la profesión y la nuestra es sin duda alguna, la que mayor cúmulo de conocimientos necesita, la que requiere una cultura más variada, la que más exige constante estudio, pues para ser un buen abogado no basta ser solamente un conocedor de la Ley. En la personalidad del abogado deben concurrir cualidades psíquicas, éticas y cívicas y ante todo debemos tener vocación profesional que es el llamado interior que nos impulsa a ejercer el Derecho con amor.

El Derecho es experiencia histórica, vital, que es necesario captar y entender.

Es una experiencia cultural cuyo espíritu está en la norma que yo identifico con la Juridicidad. La norma cultural se vuelve así Jurídica. Por consiguiente la ciencia del Derecho no estriba solamente el conocer casos concretos, si no saber los principios jurídicos conforme los cuales se deben analizar y resolver.

Tampoco el sólo conocimiento de la Ley escrita comprende y agota nuestra ciencia. Saber lo que prescribe un texto legal con desconocimiento de sus antecedentes históricos y de los principios filosóficos, sociológicos, políticos, culturales, morales o económicos que hayan influido en su contenido normativo no integra la ciencia de Derecho.

Lo que se comprende que el solo conocimiento de la Ley positiva sólo es un aspecto de la ciencia Jurídica. La gente cree que el escueto conocimiento de la Ley y su aplicación resumen la cultura Jurídica, lo cual no lo es todo.

La sabiduría del Derecho se adquiere con el permanente estudio y con la constante experiencia en el ejercicio de la abogacía. En los mandamientos del abogado, Eduardo J. Counture advierte “Estudia: El Derecho se transforma constantemente, si no sigue sus pasos serás cada día un poco menos abogado”, lo que es indiscutible es que los abogados debemos tener una preparación práctica y científica muy amplia para el ejercicio de la profesión y la nuestra es sin duda alguna, la que mayor cúmulo de conocimientos necesita, la que requiere una cultura más variada, la que más exige constante estudio, pues para ser un buen abogado no basta ser solamente un conocedor de la Ley. En la personalidad del abogado deben concurrir cualidades psíquicas, éticas y cívicas y ante todo debemos tener vocación profesional que es el llamado interior que nos impulsa a ejercer el Derecho con amor.