/ lunes 30 de agosto de 2021

Verba luminis | Bienestar

Conforme el programa de pensión para el bienestar de las personas adultas mayores, el cual apoya de manera universal a mujeres y hombres mayores de 68 años en todo el país, con la finalidad de contribuir al bienestar de esta población a través del otorgamiento de una pensión no contributiva...

De esta manera, se establece la forma en que el Estado concurre en la protección y la asistencia de las personas adultas mayores. La participación, la perspectiva de género, la no discriminación, la autorrealización, la autonomía y la valorización de estas personas, así como su papel y la sociedad, son principios que rigen el diseño de los programas y las políticas públicas dirigidas a este sector de la población.

Existe el objetivo de elevar a rango constitucional la obligación de prever un piso mínimo de protección para las personas adultas mayores que, independientemente de quien encabece el gobierno federal, esta pensión será entregada para cubrir sus gastos básicos de manutención, con lo cual se logrará la universalidad en la protección. Lamentablemente, de acuerdo con el Estudio Nacional de Salud y Envejecimiento elaborado por el INEGI en nuestro país existe un alto porcentaje de población en este rango de edad que se encuentra en situación de pobreza, careciendo de los ingresos suficientes para adquirir bienes y servicios básicos. El mismo estudio destaca que entre las personas adultas mayores que viven en pobreza 7 de cada 10 son consideradas socialmente vulnerables por no contar con acceso a los servicios de salud o seguridad social, rezago educativo, deficiencia en la calidad y los espacios de vivienda y la carencia de acceso a la alimentación.

El Coneval señala que el 10% de las personas adultas mayores se encuentra en pobreza multidimensional, lo que quiere decir que viven en hogares que no cuentan con el ingreso suficiente para compra de alimentos y presenta carencias sociales. Se trata, en fin, de no solo hacer algo por los ancianos, sino de aceptar también a estas personas con respeto y amor mediante la atención esmerada de los ancianos que viven en la familia. Los ancianos constituyen una importante escuela de vida, capaz de trasmitir valores y tradiciones y de favorecer el crecimiento de los más jóvenes. Si los ancianos se hallan en una situación de sufrimiento y dependencia, no solo necesitan cuidados médicos y asistencia adecuada, sino, sobre todo ser tratados con amor.

A propósito de la reciente celebración del Día del Abuelo, la mayoría de la gente cree que se es abuelo cuando ya se es anciano, pero hay muchos abuelos jóvenes, y como dice el insigne maestro don Rubén Núñez de Cáceres, “no hay nada más bello en este mundo que la visión del abuelo subyugado ante la ternura del nieto que arrulla entre sus brazos. En la imagen esplendorosa de edades tan dispares, que sin embargo se hacen una, vemos el maravilloso privilegio de la vida. En aquel que camina hacia su culminación y en aquel que la inicia apenas y en este cuadro debemos admirar la sabiduría de Dios. Tal vez por eso sea verdad que solo aprendemos a ser hijos cuando somos padres, y a ser padres cuando somos abuelos”… Ese es el reto.

cesar.fentanesbanda@gmail.com

Conforme el programa de pensión para el bienestar de las personas adultas mayores, el cual apoya de manera universal a mujeres y hombres mayores de 68 años en todo el país, con la finalidad de contribuir al bienestar de esta población a través del otorgamiento de una pensión no contributiva...

De esta manera, se establece la forma en que el Estado concurre en la protección y la asistencia de las personas adultas mayores. La participación, la perspectiva de género, la no discriminación, la autorrealización, la autonomía y la valorización de estas personas, así como su papel y la sociedad, son principios que rigen el diseño de los programas y las políticas públicas dirigidas a este sector de la población.

Existe el objetivo de elevar a rango constitucional la obligación de prever un piso mínimo de protección para las personas adultas mayores que, independientemente de quien encabece el gobierno federal, esta pensión será entregada para cubrir sus gastos básicos de manutención, con lo cual se logrará la universalidad en la protección. Lamentablemente, de acuerdo con el Estudio Nacional de Salud y Envejecimiento elaborado por el INEGI en nuestro país existe un alto porcentaje de población en este rango de edad que se encuentra en situación de pobreza, careciendo de los ingresos suficientes para adquirir bienes y servicios básicos. El mismo estudio destaca que entre las personas adultas mayores que viven en pobreza 7 de cada 10 son consideradas socialmente vulnerables por no contar con acceso a los servicios de salud o seguridad social, rezago educativo, deficiencia en la calidad y los espacios de vivienda y la carencia de acceso a la alimentación.

El Coneval señala que el 10% de las personas adultas mayores se encuentra en pobreza multidimensional, lo que quiere decir que viven en hogares que no cuentan con el ingreso suficiente para compra de alimentos y presenta carencias sociales. Se trata, en fin, de no solo hacer algo por los ancianos, sino de aceptar también a estas personas con respeto y amor mediante la atención esmerada de los ancianos que viven en la familia. Los ancianos constituyen una importante escuela de vida, capaz de trasmitir valores y tradiciones y de favorecer el crecimiento de los más jóvenes. Si los ancianos se hallan en una situación de sufrimiento y dependencia, no solo necesitan cuidados médicos y asistencia adecuada, sino, sobre todo ser tratados con amor.

A propósito de la reciente celebración del Día del Abuelo, la mayoría de la gente cree que se es abuelo cuando ya se es anciano, pero hay muchos abuelos jóvenes, y como dice el insigne maestro don Rubén Núñez de Cáceres, “no hay nada más bello en este mundo que la visión del abuelo subyugado ante la ternura del nieto que arrulla entre sus brazos. En la imagen esplendorosa de edades tan dispares, que sin embargo se hacen una, vemos el maravilloso privilegio de la vida. En aquel que camina hacia su culminación y en aquel que la inicia apenas y en este cuadro debemos admirar la sabiduría de Dios. Tal vez por eso sea verdad que solo aprendemos a ser hijos cuando somos padres, y a ser padres cuando somos abuelos”… Ese es el reto.

cesar.fentanesbanda@gmail.com