/ lunes 30 de noviembre de 2020

Verba luminis | Cannabis y legalidad… aspectos sociales

Recientemente se aprobó en la cámara de senadores, una iniciativa denominada Ley General para la regulación del cannabis (Marihuana) en la cual se modificarán, reformarán y adicionarán varios artículos de la Ley General de Salud y del Código Penal Federal. Se creará el Instituto Mexicano para la Regulación y control del Cannabis que será un órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud. Esta ley busca regular el uso del cannabis, permite a las empresas producir y comercializarla, con lo que se pretende dar un paso adelante y colocar a nuestro país a la par de las naciones supuestamente más civilizadas.

Estoy totalmente de acuerdo en que el uso del cannabis conocido como marihuana es lícito con fines terapéuticos y bajo prudente juicio del médico, ya que se ha descubierto las propiedades medicinales de esta sustancia. Pero también no se debe perder de vista que es una droga, que causa adicción y es peligrosa sobre todo entre la juventud e inclusive en la población en general.

Se ha analizado en esta iniciativa el aspecto médico, terapéutico, legal e inclusive económico. ¿Pero, qué hay del aspecto moral y social que como toda actividad humana tiene necesariamente que examinarse? He participado en diversas tribunas y foros con motivo de mi profesión y en mi carácter de conferencista sobre el uso y legalidad de este peligroso estupefaciente denominado cannabis o marihuana y existe un riesgo social y moral en que una persona con una personalidad especialmente inestable, con inmadurez psicológica, con una apreciación equivocada del sentido de la vida y una falsa trascendencia además de una ausencia de vida familiar, la consuma; es decir que los adictos con fines de aventura, escape de la realidad, en busca de compensaciones equivocadas, ya que la marihuana crea el síndrome entre quien las consume de la falta de motivación, falta de interés por la vida, pérdida del poder de concentración, pérdida del poder de la voluntad, indiferencia a la higiene física, etc. Aunque no se puede negar que muchas personas adultas que llevan una vida aparentemente normal y que fuman marihuana. Drogarse es inmoral porque se trata de un acto mediante el cual se ataca directamente la racionalidad del hombre. Esto impide su desarrollo normal y lo aleja de la plenitud a la que por naturaleza tiene derecho. La droga es un freno total al desarrollo personal, ataca las energías intelectuales y morales. Perturba los ideales, trastorna la jerarquía de valores, distorsiona la percepción sensorial, debilita la función psíquica central con las consecuencias de apatías y depresiones. Drogarse es inmoral porque al destrozar la personalidad se empobrece la sociedad y se destruye la comunidad, cuya base es la persona íntegra, consciente, racional y libre. Al dañarse el hombre, se enferma la sociedad. Hay que tener cuidado en lo anterior. Protejamos a nuestros jóvenes, las familias y a la sociedad. Cultivar los verdaderos valores es el secreto para ganar la lucha contra las drogas. Los ideales como el amor, la familia, la sociedad, la patria, la ciencia, el arte, etc. Son de fundamental importancia para la formación del hombre. El uso de la marihuana para fines personales debe quedar claro que no sirven para mejorar ni fisiológica ni psíquicamente al individuo. El hombre normal no siente necesidad de la droga, verdadero veneno de la sociedad moderna.

cesar.fentanesbanda@gmail.com

Recientemente se aprobó en la cámara de senadores, una iniciativa denominada Ley General para la regulación del cannabis (Marihuana) en la cual se modificarán, reformarán y adicionarán varios artículos de la Ley General de Salud y del Código Penal Federal. Se creará el Instituto Mexicano para la Regulación y control del Cannabis que será un órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud. Esta ley busca regular el uso del cannabis, permite a las empresas producir y comercializarla, con lo que se pretende dar un paso adelante y colocar a nuestro país a la par de las naciones supuestamente más civilizadas.

Estoy totalmente de acuerdo en que el uso del cannabis conocido como marihuana es lícito con fines terapéuticos y bajo prudente juicio del médico, ya que se ha descubierto las propiedades medicinales de esta sustancia. Pero también no se debe perder de vista que es una droga, que causa adicción y es peligrosa sobre todo entre la juventud e inclusive en la población en general.

Se ha analizado en esta iniciativa el aspecto médico, terapéutico, legal e inclusive económico. ¿Pero, qué hay del aspecto moral y social que como toda actividad humana tiene necesariamente que examinarse? He participado en diversas tribunas y foros con motivo de mi profesión y en mi carácter de conferencista sobre el uso y legalidad de este peligroso estupefaciente denominado cannabis o marihuana y existe un riesgo social y moral en que una persona con una personalidad especialmente inestable, con inmadurez psicológica, con una apreciación equivocada del sentido de la vida y una falsa trascendencia además de una ausencia de vida familiar, la consuma; es decir que los adictos con fines de aventura, escape de la realidad, en busca de compensaciones equivocadas, ya que la marihuana crea el síndrome entre quien las consume de la falta de motivación, falta de interés por la vida, pérdida del poder de concentración, pérdida del poder de la voluntad, indiferencia a la higiene física, etc. Aunque no se puede negar que muchas personas adultas que llevan una vida aparentemente normal y que fuman marihuana. Drogarse es inmoral porque se trata de un acto mediante el cual se ataca directamente la racionalidad del hombre. Esto impide su desarrollo normal y lo aleja de la plenitud a la que por naturaleza tiene derecho. La droga es un freno total al desarrollo personal, ataca las energías intelectuales y morales. Perturba los ideales, trastorna la jerarquía de valores, distorsiona la percepción sensorial, debilita la función psíquica central con las consecuencias de apatías y depresiones. Drogarse es inmoral porque al destrozar la personalidad se empobrece la sociedad y se destruye la comunidad, cuya base es la persona íntegra, consciente, racional y libre. Al dañarse el hombre, se enferma la sociedad. Hay que tener cuidado en lo anterior. Protejamos a nuestros jóvenes, las familias y a la sociedad. Cultivar los verdaderos valores es el secreto para ganar la lucha contra las drogas. Los ideales como el amor, la familia, la sociedad, la patria, la ciencia, el arte, etc. Son de fundamental importancia para la formación del hombre. El uso de la marihuana para fines personales debe quedar claro que no sirven para mejorar ni fisiológica ni psíquicamente al individuo. El hombre normal no siente necesidad de la droga, verdadero veneno de la sociedad moderna.

cesar.fentanesbanda@gmail.com