/ lunes 14 de diciembre de 2020

Verba luminis | Día Internacional Contra la Corrupción

El 9 de diciembre se celebró el Día Internacional Contra la Corrupción.

En nuestro país, el combate a la corrupción como política de Estado emprendida por el Gobierno federal debe sustentarse en un marco constitucional y legislativo acorde a la nueva realidad. Los fondos públicos y el poder del Estado para actuar, son patrimonio de la nación el cual tiene un derecho inalienable sobre ellos. Hacer que estos derechos prevalezcan es tarea fundamental de la lucha en contra de la corrupción. Se debe reconocer las causas que promueven las desviaciones, tanto en el servicio público cómo en la vida particular y debemos prevenir la corrupción, corrigiendo esas causas en el funcionamiento del Estado y de la sociedad.

Una observación atenta de lo que ha estado aconteciendo en el País, nos debe convencer que las leyes vigentes parecen ser que han sido desbordadas por la realidad política y que ya no ofrecen bases sólidas para prevenir y sancionar los hechos de corrupción. ¿Cuáles son las conductas tipificadas como delito previstas en la ley? El ejercicio ilícito del servicio público, abuso de autoridad, coalición de servidores públicos, uso lícito de atribuciones y facultades, concusión, intimidación, ejercicio abusivo de funciones, tráfico de influencia, cohecho, cohecho a servidores públicos extranjeros, peculado y enriquecimiento ilícito, entre otras, las penas establecidas para estos delitos son de prisión y multa, las cuales varían en cada uno de ellos. Con la reciente reforma se determinaron también conductas graves relacionadas con hechos de corrupción en los que se establece que también se tomarán en cuenta los bienes del cónyugue o de los dependientes económicos, cuando el servidor público no pudiere acreditar el legítimo aumento de su patrimonio.

Los mexicanos esperamos un efectivo combate a la corrupción, la cual es el eje de la política del actual gobierno de la república. El titular del Poder Ejecutivo debe ser un guía nacional, y no solo un árbitro de intereses, como lamentablemente parece. Los actos solitarios de un hombre no deciden el destino de México si no que el presente y el futuro del país debe ser el resultado de un auténtico liderazgo ya que el presidente no actúa en el vacío, si no en una sociedad viva, con una economía que reacciona a las decisiones gubernamentales y con una opinión pública, prensa y demás medios de comunicación que gozan de la más alta libertad de expresión. Además no deben olvidarse de atender las causas que originan la corrupción no sólo en México sino en cualquier país del mundo, desde luego cada uno con sus características particulares, como lo son los factores económicos, esto es una economía en crisis, genera perturbaciones sociales y además una legalidad defectuosa promueve injusticias económicas. Además que desde un punto de vista cultural se estima que la corrupción lamentablemente empieza en los hogares mexicanos.

  • cesar.fentanesbanda@gmail.com

El 9 de diciembre se celebró el Día Internacional Contra la Corrupción.

En nuestro país, el combate a la corrupción como política de Estado emprendida por el Gobierno federal debe sustentarse en un marco constitucional y legislativo acorde a la nueva realidad. Los fondos públicos y el poder del Estado para actuar, son patrimonio de la nación el cual tiene un derecho inalienable sobre ellos. Hacer que estos derechos prevalezcan es tarea fundamental de la lucha en contra de la corrupción. Se debe reconocer las causas que promueven las desviaciones, tanto en el servicio público cómo en la vida particular y debemos prevenir la corrupción, corrigiendo esas causas en el funcionamiento del Estado y de la sociedad.

Una observación atenta de lo que ha estado aconteciendo en el País, nos debe convencer que las leyes vigentes parecen ser que han sido desbordadas por la realidad política y que ya no ofrecen bases sólidas para prevenir y sancionar los hechos de corrupción. ¿Cuáles son las conductas tipificadas como delito previstas en la ley? El ejercicio ilícito del servicio público, abuso de autoridad, coalición de servidores públicos, uso lícito de atribuciones y facultades, concusión, intimidación, ejercicio abusivo de funciones, tráfico de influencia, cohecho, cohecho a servidores públicos extranjeros, peculado y enriquecimiento ilícito, entre otras, las penas establecidas para estos delitos son de prisión y multa, las cuales varían en cada uno de ellos. Con la reciente reforma se determinaron también conductas graves relacionadas con hechos de corrupción en los que se establece que también se tomarán en cuenta los bienes del cónyugue o de los dependientes económicos, cuando el servidor público no pudiere acreditar el legítimo aumento de su patrimonio.

Los mexicanos esperamos un efectivo combate a la corrupción, la cual es el eje de la política del actual gobierno de la república. El titular del Poder Ejecutivo debe ser un guía nacional, y no solo un árbitro de intereses, como lamentablemente parece. Los actos solitarios de un hombre no deciden el destino de México si no que el presente y el futuro del país debe ser el resultado de un auténtico liderazgo ya que el presidente no actúa en el vacío, si no en una sociedad viva, con una economía que reacciona a las decisiones gubernamentales y con una opinión pública, prensa y demás medios de comunicación que gozan de la más alta libertad de expresión. Además no deben olvidarse de atender las causas que originan la corrupción no sólo en México sino en cualquier país del mundo, desde luego cada uno con sus características particulares, como lo son los factores económicos, esto es una economía en crisis, genera perturbaciones sociales y además una legalidad defectuosa promueve injusticias económicas. Además que desde un punto de vista cultural se estima que la corrupción lamentablemente empieza en los hogares mexicanos.

  • cesar.fentanesbanda@gmail.com