El próximo martes 3 de noviembre del 2020, se celebrarán las elecciones presidenciales en Estados Unidos de Norteamérica, por lo que los ciudadanos de aquel país deberán elegir al nuevo presidente y vicepresidente a través del colegio electoral, en este caso entre el presidente actual Donald Trump y el candidato demócrata Joe Biden, a quien analistas políticos lo señalan como favorito para ganar esta contienda.
De igual manera en nuestro país se observa con cierta inquietud el resultado de estas elecciones presidenciales ya que es de sobra conocido que la relación de México con los Estados Unidos es la más importante en nuestra política exterior debido a que nuestro comercio mayormente lo realizamos con ellos, la inversión extranjera directa proviene de aquel país, además del reciente tratado internacional, y el fenómeno migratorio, y la influencia cultural del país vecino.
Considero que es el Derecho la base de la relación con este país y en general con las relaciones internacionales, porque nuestros principios básicos de la política exterior Mexicana, elevados a rango constitucional, son los siguientes: La autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la solución pacífica de las controversias, la igualdad jurídica de los estados; la cooperación internacional para el desarrollo y la lucha por la paz y seguridad internacionales.
Nuestra política exterior por su propia naturaleza ha sido el factor destacado en la estrategia adoptada por nuestro país porque contribuye a consolidar nuestro carácter nacionalista y nuestra tradición que se basa fundamentalmente en el respeto a nuestra soberanía. La cual es concebida cómo la capacidad exclusiva de los Mexicanos para tomar sus propias decisiones, para trazar y avanzar de una manera libre y autónoma. México es un país fundado en un Estado de Derecho y siempre nuestra política exterior se ha aplicado como corolario de una política interna plural participativa e intensa. Las relaciones entre México y Estados Unidos son prioritarias para los dos países. No solo por la circunstancia geográfica que nos une, sino también por la dinámica de contactos e intercambios que han desarrollado los dos países, siempre impulsando reglas claras y la actualización de las normas de la relación bilateral.
En la actualidad los vínculos entre ambos países son maduros y responsables y las relaciones cordiales y amistosas dentro de un tono de dignidad y respeto mutuo. En el marco global de las relaciones mexicano-americanas se observa una constante comunicación respetuosa y política sobre problemas internacionales, así como sobre negociaciones comerciales por lo que la diplomacia mexicana basada en nuestras normas jurídicas de tradición, deberá ser el principio rector con una actitud constructiva partiendo de la convicción de defender, firme y decididamente nuestra soberanía nacional. Gane quien gane, México se mantiene firme en su constitución, como base del Estado de Derecho rector de nuestra política exterior.
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