Actualmente se dice que existe crisis de valores en la sociedad a pesar de que diversas voces de intelectuales y de organizaciones no gubernamentales han aludido a este problema. Se incrementa la violencia en la sociedad y en el hogar, las violaciones a los derechos humanos, el abuso físico y sexual a mujeres y niños. Aumenta la mendicidad, los niños de la calle, el hambre, la corrupción, etc. Y, ¿Qué hacemos nosotros como sociedad?, ¿Qué podemos aportar?
Los valores son estudiados por la axiología que constituye la teoría filosófica que conceptualiza las nociones de lo valioso como esencias y cualidades contenidas en las personas, si bien los problemas que estudia la axiología no son ajenos a las situaciones cotidianas de la vida diaria, ya que no hay discusión o desacuerdo que no suponga la reapertura de la problemática sobre los valores. Muchas confrontaciones, acuerdos y desacuerdos se pueden evitar sí tenemos claridad en la jerarquía de valores y por ende una conducta responsable consigo mismo, lo mismo aplica entre familias, sociedad y gobierno.
En nuestro país los valores formales derivan de lo establecido en el artículo tercero constitucional y su relación con la exposición de los elementos valorables para la política educativa del país señalado en la Ley General de Educación con la finalidad de derivar los valores explícitos para la cultura cívica de México: Respeto, Honestidad, Tolerancia, Dignidad de las personas, Integridad de las familias, Amor a la patria, Obediencia a la Ley, actitud solidaria, entre algunas otras que derivan de un estudio profundo de nuestro ordenamiento constitucional y su base filosófica, desde una perspectiva comunitaria y del desarrollo intelectual, hoy observamos que en medio de esta crisis que aqueja a nuestro país, principalmente vemos la carencia de un valor conocido como madurez psicosocial que se refiere al respeto a los valores patrios, la historia y las instituciones de la república, solidaridad nacional, justicia, responsabilidad social, entre otros, ya que en estos momentos necesitamos de ciudadanos responsables, maduros, inteligentes que en bien de ellos y sus familias tomen las decisiones correctas, con base al respeto a las instituciones y los valores patrios, buscando la unidad y solidaridad nacional.
Por otra parte, el modelo fenómeno cultural social económico y político de la interdependencia, que intensifica y hace particularmente evidentes los vínculos que unen a la familia, la cual forma al hombre en la plenitud de su dignidad, así la familia se constituye una comunidad de amor y de solidaridad insustituible para lograr una función original e insustituible en la educación de los hijos. El amor de los padres que se pone al servicio de los hijos para ayudarles a extraer lo mejor de sí mismos. El amor de los padres se transforma en la guía de toda la acción educativa enriqueciéndola con los valores de constancia, bondad, servicio, desinterés, espíritu de sacrificio que son el fruto más precioso del amor. Ese es el reto.
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