/ lunes 2 de marzo de 2020

Verba Luminis | Violencia contra la mujer... ¿Cuestión legal o cultural?

¿Por qué con tanta legislación vigente respecto a las mujeres víctimas de violencia, en la práctica seguimos observando en las estadísticas oficiales tantos casos de violencia contra las mujeres o por qué las mujeres que son víctimas de violencia familiar en su caso, no perciben que se les hace justicia cuando acuden ante las autoridades correspondientes al denunciar?

Es importante realizar este análisis con el fin de aplicar estas leyes generales, federales y locales e inclusive normas internacionales como es el caso de la ley general de acceso a las mujeres a una vida libre de violencia, la convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, y demás instrumentos internacionales en la materia.

La violencia de Género es histórica en el sentido en que responde a un contexto específico donde estructuralmente se reproducen relaciones de poder que definen a la mujer como inferior respecto al hombre y que han funcionado en la medida en que han permitido la reproducción de un orden institucional. La violencia de Género en las sociedades modernas ha tomado diferentes matices. Es en las grandes ciudades donde se ha detectado un incremento a la violencia doméstica y laboral hacia las mujeres. El maltrato que ha ejercido el hombre hacia la mujer a lo largo de la historia de la humanidad ha permanecido oculto no solo para las miradas ajenas sino incluso para las propias víctimas quienes han aprendido gracias a ese discurso de naturalización, en que las relaciones de denominación son las únicas posibles y que la supremacía masculina no se cuestiona. La violencia sexual en las parejas suele pasar inadvertida y casi se considera como algo normal y natural esa forma de violencia. La violencia psicológica existe, y se presenta regularmente en la vida cotidiana y se va incorporando al trato diario entre hombres y mujeres.

Por ello debemos asumir el compromiso y materializar los cambios necesarios para hacer de este país un lugar libre de violencia, en donde ser mujer sea una calidad de vida. Y que goce del respeto a la dignidad humana, a la igualdad jurídica, a la no discriminación y a la plena libertad de ser mujer.

cesar.fentanesbanda@gmail.com

¿Por qué con tanta legislación vigente respecto a las mujeres víctimas de violencia, en la práctica seguimos observando en las estadísticas oficiales tantos casos de violencia contra las mujeres o por qué las mujeres que son víctimas de violencia familiar en su caso, no perciben que se les hace justicia cuando acuden ante las autoridades correspondientes al denunciar?

Es importante realizar este análisis con el fin de aplicar estas leyes generales, federales y locales e inclusive normas internacionales como es el caso de la ley general de acceso a las mujeres a una vida libre de violencia, la convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, y demás instrumentos internacionales en la materia.

La violencia de Género es histórica en el sentido en que responde a un contexto específico donde estructuralmente se reproducen relaciones de poder que definen a la mujer como inferior respecto al hombre y que han funcionado en la medida en que han permitido la reproducción de un orden institucional. La violencia de Género en las sociedades modernas ha tomado diferentes matices. Es en las grandes ciudades donde se ha detectado un incremento a la violencia doméstica y laboral hacia las mujeres. El maltrato que ha ejercido el hombre hacia la mujer a lo largo de la historia de la humanidad ha permanecido oculto no solo para las miradas ajenas sino incluso para las propias víctimas quienes han aprendido gracias a ese discurso de naturalización, en que las relaciones de denominación son las únicas posibles y que la supremacía masculina no se cuestiona. La violencia sexual en las parejas suele pasar inadvertida y casi se considera como algo normal y natural esa forma de violencia. La violencia psicológica existe, y se presenta regularmente en la vida cotidiana y se va incorporando al trato diario entre hombres y mujeres.

Por ello debemos asumir el compromiso y materializar los cambios necesarios para hacer de este país un lugar libre de violencia, en donde ser mujer sea una calidad de vida. Y que goce del respeto a la dignidad humana, a la igualdad jurídica, a la no discriminación y a la plena libertad de ser mujer.

cesar.fentanesbanda@gmail.com