/ domingo 6 de octubre de 2019

Yo Soy


“Pienso, luego existo”, la frase del filósofo francés René Descartes...

Resume en su esencia el planteamiento de que solo en la razón se puede encontrar la verdad, aunque la aplicación más frecuente es en el sentido de que el hombre “es” porque tiene la capacidad de discernir, de pensar; cuestión de enfoques, pues.

Dios, según los relatos bíblicos, se presentó ante Moisés como “Yo Soy”, así simplemente, ocultando su esencia Divina, sin revelarse físicamente; a todos diles que te envía “Yo Soy”, no necesitarán más explicación, ellos entenderán. Esas eran palabras surgidas de la Verdad.

Luego entonces, Dios Es y Existe y su esencia Divina es la Verdad eterna, los hombres, la humanidad entera, somos su descendencia y su legado más importante es el amor.

Por lo tanto, quienes creemos en el Padre Eterno bien podemos decir “Amo, luego existo”, como una premisa de nuestra presencia en este mundo.

El amor que se incuba en lo más íntimo de nuestra conciencia, es como el “fiat” o aprobación que viene de Dios para concedernos el título de verdaderos seres humanos.

El amor no es más que el afecto que sentimos por todo aquel que nos rodea, es el respeto que les profesamos a los demás por el simple hecho de estar cerca de nosotros, el amor es el sentimiento sublime del alma, despojado de intereses materiales.

Por supuesto que no es una definición científica, ni teológica o filosófica del amor, es simplemente como yo lo percibo y trato de aplicarlo al rol de mi existencia, porque sé además, que el amor no solo es herencia y privilegio otorgado por el Creador, es también un mandato Divino base de la salvación espiritual.

Si cada uno de nosotros derramara cuando menos una gota de amor en ese mar de odios que nos ahoga, creo que el mundo cambiaría hacia aguas más tranquilas, menos contaminadas.

Es pues el amor la base de una existencia pacífica que nos puede conducir hacia una verdadera paz universal, hacia la concordia de los hombres y de las naciones.

Lástima que la modernidad nos esté empujando más hacia el disfrute de las comodidades y hacia los espejismos de la vanidad y de la frivolidad, alejándonos sin darnos cuenta del verdadero privilegio de Ser.

Porque si viviéramos rodeados de amor, del verdadero sentimiento de afecto y cariño de nuestra familia, de nuestros amigos, de los compañeros de trabajo, del vecino, es decir, de todos, no necesitaríamos más, porque como Dios lo prometió, todo lo demás vendría por añadidura.

Podría ser, incluso, que algún día logremos identificarnos ante quien sea, con un simple “YO SOY”.

P.D.- Como el Alfa y el Omega que lo Es Todo, así el YO SOY, es lo mismo de izquierda a derecha, que de derecha a izquierda, es decir, lo Es Todo.

e-mail: armando_juarezbecerra@hotmail.com


“Pienso, luego existo”, la frase del filósofo francés René Descartes...

Resume en su esencia el planteamiento de que solo en la razón se puede encontrar la verdad, aunque la aplicación más frecuente es en el sentido de que el hombre “es” porque tiene la capacidad de discernir, de pensar; cuestión de enfoques, pues.

Dios, según los relatos bíblicos, se presentó ante Moisés como “Yo Soy”, así simplemente, ocultando su esencia Divina, sin revelarse físicamente; a todos diles que te envía “Yo Soy”, no necesitarán más explicación, ellos entenderán. Esas eran palabras surgidas de la Verdad.

Luego entonces, Dios Es y Existe y su esencia Divina es la Verdad eterna, los hombres, la humanidad entera, somos su descendencia y su legado más importante es el amor.

Por lo tanto, quienes creemos en el Padre Eterno bien podemos decir “Amo, luego existo”, como una premisa de nuestra presencia en este mundo.

El amor que se incuba en lo más íntimo de nuestra conciencia, es como el “fiat” o aprobación que viene de Dios para concedernos el título de verdaderos seres humanos.

El amor no es más que el afecto que sentimos por todo aquel que nos rodea, es el respeto que les profesamos a los demás por el simple hecho de estar cerca de nosotros, el amor es el sentimiento sublime del alma, despojado de intereses materiales.

Por supuesto que no es una definición científica, ni teológica o filosófica del amor, es simplemente como yo lo percibo y trato de aplicarlo al rol de mi existencia, porque sé además, que el amor no solo es herencia y privilegio otorgado por el Creador, es también un mandato Divino base de la salvación espiritual.

Si cada uno de nosotros derramara cuando menos una gota de amor en ese mar de odios que nos ahoga, creo que el mundo cambiaría hacia aguas más tranquilas, menos contaminadas.

Es pues el amor la base de una existencia pacífica que nos puede conducir hacia una verdadera paz universal, hacia la concordia de los hombres y de las naciones.

Lástima que la modernidad nos esté empujando más hacia el disfrute de las comodidades y hacia los espejismos de la vanidad y de la frivolidad, alejándonos sin darnos cuenta del verdadero privilegio de Ser.

Porque si viviéramos rodeados de amor, del verdadero sentimiento de afecto y cariño de nuestra familia, de nuestros amigos, de los compañeros de trabajo, del vecino, es decir, de todos, no necesitaríamos más, porque como Dios lo prometió, todo lo demás vendría por añadidura.

Podría ser, incluso, que algún día logremos identificarnos ante quien sea, con un simple “YO SOY”.

P.D.- Como el Alfa y el Omega que lo Es Todo, así el YO SOY, es lo mismo de izquierda a derecha, que de derecha a izquierda, es decir, lo Es Todo.

e-mail: armando_juarezbecerra@hotmail.com