Eloina Mendoza, a quien se le conoce como Hemoina por su labor en el departamento de Hemodiálisis del IMSS en Ciudad Madero, supo ganarse el respeto y el afecto de pacientes, familiares y compañeros en sus más de 27 años de labor. Al concluir su vida laboral dijo adiós y fue despedida entre flores y mariachis.
Fueron 27 años de base y seis quincenas al servicio del Instituto Mexicano del Seguro Social, para realizar este pasado fin de semana su última ronda por los pasillos del área de hemodiálisis.
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María Eloína Mendoza Aguilar, especialista en nefrología, comentó que su historia inició un martes 12 de octubre de 1993, cuando entró al IMSS y tres años después obtuvo su base que le aseguraba una carrera llena de retos, logros y en la que encontró también la sonrisa y afecto de sus pacientes.
Su vocación la descubrió desde que era niña
La enfermera Hemoina, como cariñosamente se conoce, platicó a EL SOL DE TAMPICO que desde muy pequeña su vocación de servir se encontraba presente en cada uno de los juegos con sus hermanitos, quienes fueron constantemente curados de heridas imaginarias.
Al concluir la secundaria decidió estudiar la Licenciatura en Enfermería, en aquella época solo existía la de enfermera general, esto no la desánimo y logró cursarla en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) hasta graduarse con honores.
Mientras se encontraba trabajando en el IMSS salió una nueva oportunidad de superarse y estudió el curso complementario de licenciatura en enfermería en 1996, durante ese tiempo se convierte en madre y padre a la vez.
"Era importante sacar adelante a mi hijo, quien fue mi gran motor de vida y superación diaria como enfermera, le di todo hasta convertirlo en todo un ingeniero en Sistemas Computacionales; ahora tengo un hermoso nieto que deseo que vea que su abuelita es la mejor de todas", dijo.
Su interés de seguir preparándose la llevó a cursar el Diplomado en Hemodiálisis en la Universidad del Noreste (UNE), que concluyó con honores en el 2014.
En su graduación dijo las palabras de generación, donde aprovechó para pedir la apertura de la especialidad de Enfermería en Nefrología, la que inició en mayo del 2015 y fue una de las más destacadas, por lo que se unió al cuerpo académico formadores de seis generaciones de profesionistas.
“Me siento muy satisfecha de todos mis logros ya que desde que obtuve la base me han otorgado premios en la conmemoración del Día de la Enfermera, uno fue a nivel nacional en el 2019 por la especialidad en nefrología ya que fui la mejor calificada a nivel institución”, recordó.
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El Covid-19 no frenó su amor por servir
Uno de los retos que enfrentó ella y todos los trabajadores de la salud, fue el comienzo de la pandemia del Covid-19, al ser una enfermedad nueva de la que no existía información y se carecía de vacuna, sufriendo la pérdida de amigos y compañeros.
Recuerda que en los primeros meses de la pandemia subieron una máquina de hemodiálisis al pabellón Covid y Hemoina fue la primera enfermera en manejarla, se puso un traje especial -como de astronauta- para poder realizar el procedimiento en pacientes contagiados.
Una emotiva despedida: los pacientes también eran su familia
El último día en los pasillos de hemodiálisis no faltaron las flores, globos y sobre todo muestras de cariño y amor de parte de compañeros de trabajo, pacientes y familiares a esa gran enfermera del IMSS que contra viento y marea brindó su corazón para hacer menos pesada la insuficiencia renal.
María Isabel Estrada comparte que su esposo, José Antonio López, duró siete año con insuficiencia renal, por lo que acudió periódicamente a realizarse el procedimiento de diálisis y luego hemodiálisis con la enfermera Hemoina, quién les hacía recomendaciones para evitar posibles recaídas.
En medio de la adversidad se volvieron una gran familia, conformada por pacientes y especialistas de la salud, quienes dejaban sus problemas personales para brindar en cada una de esas atenciones el corazón y amor que necesitaban para salir adelante.
"Estoy muy agradecida con Dios y Hemoina, quien en todo momento demostró que el amor y esmero que le tiene a sus pacientes se convirtieron en la mejor medicina para afrontar las eventualidades que conlleva padecer la insuficiencia renal".
Por su parte Samuel del Ángel Castillo con ocho años de tratamiento en el IMSS expresó que "Eloina ha sido la maestra y la pastora de todos nosotros, de los que se fueron y estamos presente. Por tal motivo espero que Dios la Bendiga".
Con voz cortada María Eloína exhortó a sus compañeros a que continúen llevando a cabo un servicio humano y cariñoso hacia los pacientes, los cuales requieren todo ese amor para salir adelante.
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"Quiero darle gracias a Dios y al Instituto Mexicano del Seguro Social quienes me cobijaron con sus alas con las que logré ayudar a mis pacientes que se convirtieron en parte de mi familia”, dijo la enfermera Eloina o Hemoina, quien en el área de Hemodiálisis del IMSS de Ciudad Madero es recordada como un ángel lleno de amor y buen trato.