SEGUNDA PARTE
Miguel Barquiarena, como Mariana Enríquez, tiene una filia muy marcada por los viajes y en particular por visitar los cementerios. Acude con frecuencia a los camposantos para conocer las tumbas de famosos escritores en el mundo. De Amado Nervo a Allan Poe, dos de sus escritores de cabecera; Miguel es un viajero atemporal.
- ¿Antes de enviar tus trabajos a concurso, se los das a alguien en particular para que los lea y opine?
No. Antes sí, pero pierdes comunicación, no es que no quiera, las otras personas andan con sus cosas. Pero cuando pude lo hice y espero hacerlo de nuevo, porque ayuda mucho a darte una idea de cómo te leen y que partes no funcionan. Pero esa persona (Cristina Rivera Garza me recomendaba tener dos), debe cumplir ciertos requisitos de complicidad.
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-En tus redes sociales muestras tus recorridos por el mundo, en particular, visitas las tumbas de grandes escritores como Edgar Allan Poe y Lovecraft, ¿eres un escritor aventurero?
Sí, cuando he podido salir a conocer lo he hecho. Y no lo hago con un guía ni todo planeado, tengo una idea de lo que quiero hacer, pero no de cómo va a resultar. Lo de las tumbas igual, tengo debilidad por los cementerios, ahora le llaman turismo negro.
-De Tamaulipas han surgido escritores como tú con un reconocimiento nacional e internacional; sin embargo, no se realizan ferias deL libro, y algunos festivales dejaron de organizarse. ¿Cuál es tu opinión?
Es muy triste ese tema. Tiene que ver con la burocracia y su desconocimiento del medio en que trabajan, además de cobardía. Tamaulipas es de los Estados con mayor retraso en literatura, y no es de ahora, ocurrió bajo la batuta del PRI, ocurre en el PAN y seguro ocurrirá con MORENA. Mi experiencia ha sido que veo llegar empleados con sus preferencias o que son escritores y tratan de darle trabajo a escritores de fuera para fortalecer sus relaciones públicas, parece que no creen en el talento local, nos subestiman todo el tiempo.
Pero, además, los funcionarios de cultura no se atreven a exigir apoyos para bajarlos, porque tienen miedo de que los despidan o regañen por generar gastos, entonces dejan de pedir recursos para literatura. No sienten esa pasión o compromiso, sólo quieren proteger su chamba, más bien su sueldo y de paso se ensañan con los artistas que son críticos, se dan el lujo de vetarlos por insubordinarse a sus majestades, es ridículo y es cíclico, por desgracia.
-¿Tienes alguna manía o coleccionas algo?
Colecciono cómics y juguetes de Star Wars, aunque últimamente soy más selectivo para gastar, no compro todo lo que veo. Y libros también, desde luego.
-¿Qué prefieres, libros impresos o digitales?
Hace unos tres años me metí más de lleno al libro electrónico, y ahora con la pandemia resultó muy útil. Digamos que cuando son de esos libros que tienen algo por lo que vas a volver a ellos, los quiero impresos, cuando son lecturas casuales o de compromiso, los prefiero electrónicos, para que no ocupen espacio.
-¿Has considerado escribir narrativa sobre la pandemia?
No, no lo he considerado con narrativa. Cuando he pensado en esa posibilidad, lo hago desde la poesía. Al principio me juré que no lo haría, pero estuve muy radical, hoy me digo ¿por qué no? Lo que sí hice fue leer libros de otras pandemias y tomar un curso sobre la enfermedad en la literatura.
-¿Qué libro te habría gustado escribir?
Mi tío Oswald, de Roald Dahl, porque lo disfruté como no recuerdo haber disfrutado uno, quizá fue el momento, es buenísimo, se me hace raro que no sea tan popular, pero sobre todo porque siento que va de la mano con mis ondas. Tengo que releerlo muy pronto.
-¿Vives de tus libros?
No, por ahora no entro en esa categoría, aunque sí me han dado satisfacciones. El dinero de los premios se va rápido si no tienes otros ingresos, ni puedes apostar tu vida a eso, porque nunca sabes lo que va a ocurrir.
Lo otro viene de forma indirecta, que gracias a esos libros te dan un empleo en una institución cultural, o llegan becas o te contratan de jurado o para participar en festivales.
Y la tercera entrada, que es la que me falta, son las regalías y venta de derechos para otros medios, para eso necesitas estar en una editorial trasnacional, quizá firmar con una agencia literaria, que además te tenga un buen contrato y tus libros se muevan lo suficiente (con eso y todo, no siempre es suficiente para vivir de los libros en México).
Yo, como el poema de Jaime Sabines, soy un lento, amargo animal, pésimo para las relaciones públicas y el trabajo en equipo. Pero ya veremos.
-¿Existe la inspiración o es solo disciplina?
Como dije antes, yo creo que sí existe la inspiración, al menos en mi caso, pero se requiere la disciplina para estar ahí cuando la inspiración ocurra. La inspiración es muy juguetona, a mí me llega en mis caminatas por el parque. No todo lo que hagas te va a salir bien, pero si estás dándole y dándole, de pronto ocurre la magia. Parece que me contradigo, pero no, si hablo de dos cosas que creo distintas.
-¿Cuál es tu palabra favorita?
Surrealismo.