El aprendizaje para quienes viven con una discapacidad física o intelectual suele ser más complicada; no solo aumenta la dificultad para desarrollar algunas tareas, también disminuye la cantidad de espacios abiertos a recibirlos. Es por eso que en el marco de la celebración "Marzo, Mes de la Educación Especial", se reconoce la labor de profesores, tutores, psicólogos y terapeutas que llevan a cabo esta actividad.
Más allá de las aulas
En el ámbito de la cultura y los deportes también hay organizaciones que buscan sumar esfuerzos para seguir con la enseñanza más allá de las aulas. “Hablar de inclusión es hablar del proceso de identificar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los estudiantes a través de una mayor participación en el aprendizaje”, explicó Norma Alicia Flores Romero, presidenta de la Asociación de Baile y Danza Deportiva de Tamaulipas A.C.
Manifestó que es un enfoque que responde positivamente a la diversidad de las personas y a las diferencias individuales, “entendiendo que esto no representa un problema, sino una oportunidad para el enriquecimiento de la sociedad. En las instancias educativas no existe suficiente inclusión y por eso mismo apelo a que se sigan abriendo espacios. Hay alumnos con discapacidad que podrían lograr grandes proyectos si se les diera oportunidad en escuelas regulares”, destacó la entrevistada por EL SOL DE TAMPICO.
Trece años danzando por la inclusión
Con relación al quehacer de la asociación, indicó que ellos se han sumado a la educación especial desde 2007, “el objetivo es fomentar el baile como deporte federado para las competencias estatales, nacionales e internacionales; así como introducir en la entidad el ballroom dance que incluye 10 disciplinas: 5 ritmos latinos como la rumba, chan chan, jive, samba y paso doble y 5 ritmos estándar que son el vals inglés, vienés, fox trot, quick step y tango europeo, “pero lo más importante y que me impulsó a crearla es el deseo de hacer trascender a los mejores bailarines de la localidad para que pudieran competir a nivel nacional con miras de llegar a un mundial”.
En este sentido, Norma Flores detalló que en este período ha logrado aplicar el baile como terapia en personas con discapacidad, lo que les ha permitido integrarse a la sociedad y dar una mejor calidad de vida.
Liz Lara y su deseo de superación
Cuando la pequeña Liz nació, fue una sorpresa su condición, explicó su mamá Rocío González Guerrero, quien detalló que en su familia no había antecedentes de Síndrome de Down y tampoco estaban sensibilizados con las necesidades y áreas oportunidades de quienes presentan esta discapacidad. “Sí batallamos mucho en cuanto a la educación, pero en el camino fuimos encontrando gente muy profesional como psicólogos y maestros que nos guiaron y ella ingresó a una escuela de estimulación temprana”.
Fue ahí donde a lo largo de una década, la joven de 22 años desarrolló sus habilidades, “así fuimos caminando con ella porque nos involucramos todos; desde mis padres hasta mis hermanos y mi suegra, esa es la clave, ir todos juntos”.
El esfuerzo y la dedicación han rendido frutos y Liz Lara logró concluir su educación primaria, confiando en que este año iniciará su secundaria abierta y seguirá preparándose en el Centro de Atención Motriz (CAM) Carmen Sinencio.
Respecto al lado artístico, ella trabaja de la mano de la Mtra. Norma Flores en la agrupación de danza que ensaya en la Unidad Deportiva de Ciudad Madero y, además, en 2016 logró obtener el título de reina en la primera edición del certamen inclusivo “La Flor Especial Más Bella de Tamaulipas”. “Todo ha sido una experiencia inolvidable, Liz me ha demostrado que ellos pueden llegar a alturas insospechadas. Ahora está aprendiendo a leer y escribir con ayuda de una psicóloga y ese es el nuevo reto, hay más tiempo que vida y estoy segura de que ella lo logrará”, concluyó Rocío.
Alejandro y sus ganas de trabajar
Para María de los Ángeles Solís, saber que su pequeño presentaba el Síndrome de West y tenía lesiones en el hemisferio izquierdo de su cerebro, tampoco fue fácil. Sin embargo, las lecciones de fortaleza y valor que Alejandro Flores les ha dado a ella y a su familia han resultado una prueba fehaciente de que la palabra “imposible” solo está en la mente. La primera muestra de su gran deseo por salir adelante surgió a los 2 años cuando dio sus primeros pasos, esto pese al diagnóstico de los doctores que aseguraban que no podría caminar a temprana edad.
“Cuando se habla de discapacidad, la mayoría se enfoca en lo físico y no en lo mental. Le ha costado mucha dedicación, pero ya aprendió a leer y ahora está trabajando con su comprensión”.
Con relación a las actividades que realiza paralelamente a sus terapias, menciona la danza como una de sus mayores alegrías, “aunque lo buscamos de una manera lúdica, estar en la Asociación de Danza le ha servido mucho porque comparte su vida con otros jóvenes que disfrutan lo mismo que él y aprende a socializar y coordinar sus movimientos”.
Pero ahí no acaba la intensa agenda de actividades del joven de 26 años, ya que ahora trabaja elaborando bolsas ecológicas junto a otros cuatro talentos especiales, mismas que además de fabricar, también salen a vender.
Nota: En el marco de “Marzo, Mes de la Educación Especial”, ellos son ejemplo de lo que se puede lograr cuando se cuenta con el respaldo de profesores, terapeutas y tutores que buscan su desarrollo y motivarlos a seguir aprendiendo.