/ lunes 10 de junio de 2019

Sólo necesitamos un corazón valeroso para no espantarnos ante lo que sólo son vanas sombras.

La transición generacional tiene un precio que algunas veces suele ser alto.

La mayoría de nuestros informadores no lo ven así y, comienzan a criticar a Estados Unidos por sus últimos fracasos: Jamaica 0-1 y Venezuela 0-3, como si el haber ganado estos dos juegos amistosos, hubiera servido para pensar en un avance considerable para el futbol de los gringos.

En su forma fácil de encarar este tipo de transición, los güerejos no se andan con rodeos, lo que se vaya a pelar, que se vaya remojando, tienen tres años y medio para retirar la chatarra y, los mismos para encontrarles sustitutos y, para eso, ganar o perder no tiene relevancia. En un año estarán comprobando los resultados, confiados en que los nuevos valores se habrán ajustado a su nueva condición, sin que las derrotas sufridas en el intento influyan en la balanza.

Esa es la filosofía gringa, ¿quien recuerda a Landon Donovan? ¿Quien extraña a Bradley? Los berrinches que hacemos porque a fulano y mengano no les da la gana acudir a las convocatorias, para ellos significa una plaza libre para que sea ocupada por los que si quieren estar en la selección, lo que no los hace más gringos o mejores personas.

Pues me equivoqué, la alineación de México que apareció el sábado no fue la que finalmente ordenó Martino, en la que aparecieron diez cambios y, es que semejante al procedimiento gringo, el Tata priorisa la oportunidad para todos los jugadores, que el triunfo que no otorga bien alguno. Así que en relación a los que iniciaron contra Venezuela, hoy jugaron: *Guillermo Ochoa; *Luís Rodríguez, *César Montes, Héctor Moreno (*Carlos Salcedo), *Jorge Sánchez, *Luís Montes, *Jonathan dos Santos, *Andrés Guardado, Orbelín Pineda, *Uriel Antuna, Raúl Jiménez, aparecen señalados los que no iniciaron en el juego anterior.

Con el acostumbrado escarceo de todo inicio de juego, uno y otro equipo buscaba acomodarse al contrario y al terreno de juego (el pasto había sido cambiado un día antes) siendo hasta el minuto 28, cuando Jonathan dos Santos robó un balón en tres cuartos de cancha, se internó y al no encontrar quie se le opusiera, llegando a las proximidades del área, soltó un derechazo no muy potente, pero si bien colocado y raso, que tanto daño hace a los porteros grandotes, haciendo inútil la estirada del arquero, que no sirvió para impedir el gol.

Tal y como lo esperaba, conceder oportunidad a los jugadores nuevos, es algo tan necesario como riesgoso, así fue que con el ingreso en la segunda parte de Gallardo por Sánchez, de Alvarado por Orbelin y sobre todo el de Pizarro por Antuna, le dieron un giro a un juego que estaba por irse de las manos al Tata. En pro de los nuestros, habremos de observar que el primer gol de Ecuador, es producto de la marcación de una falta inexistente, que en el colmo de la mala suerte, al ser cobrada por Mena, fue desviada por César Montes, engñando a Ochoa que ya se había movido, pero México ya había iniciado el tacataca de los recien ingresados, así, una falta fuera del área de los sureñosa, es cobrada por Luís Montes, que semejante a Ramón Morales, siempre responde cuando se le necesita, colocando el balón muy lejos del portero para volver a darle delantera al equipo.

Y lo único lamentable, ese aspecto tan trillado que hasta ahora, ningún director técnico ha podido corregir, se presentó, cuando al cobrarse un tiro de esquina, nuestros defensores se descuidan, apareciendo solo Preciado, para cabecear a placer venciendo a Ochoa. Pero repito, los nuestros ya estaban bien metidos en su juego de un toque, llegando por el lado de Gallardo para sacar un centro exacto al que llegó el “Chaca”, realizando una volea que dejó viendo visiones al portero ecuatoriano. Para entonces, Carlos Salcedo, Jesús Gallardo, Diego Reyes, Roberto Alvarado, Alexis Vega y Rodolfo Pizarro ya se encontraban en el terreno de juego, cumpliendo así la intención de que todos jueguen.

Riesgoso si, pero de que tamaño es el riesgo si el objetivo primero, es encontrar a los jugadores que formarán la plantilla, lo cual se logró con el quinto triunfo en la era Gerardo “Tata” Martino. Claro que de estas pruebas nos encontremos con aquellos que finalmente quedarán fuera de la lista, pero con los que ya se han visto, más los que por una razón u otra no se han presentado, tenemos suficiente como para ganar la Copa de Oro, haciéndolo ya con un estilo propio de juego, que me atrevo a decir que es el que nos conviene por la sencilla razón de que los jugadores se identifican con él y, al igual que nosotros, lo disfrutan. Ahora, vamos por la Copa de Oro, conscientes de que el verdadero objetivo es el hexagonal de Concacaf que nos de el pase para Qatar 22.

Hasta pronto amigo.

La transición generacional tiene un precio que algunas veces suele ser alto.

La mayoría de nuestros informadores no lo ven así y, comienzan a criticar a Estados Unidos por sus últimos fracasos: Jamaica 0-1 y Venezuela 0-3, como si el haber ganado estos dos juegos amistosos, hubiera servido para pensar en un avance considerable para el futbol de los gringos.

En su forma fácil de encarar este tipo de transición, los güerejos no se andan con rodeos, lo que se vaya a pelar, que se vaya remojando, tienen tres años y medio para retirar la chatarra y, los mismos para encontrarles sustitutos y, para eso, ganar o perder no tiene relevancia. En un año estarán comprobando los resultados, confiados en que los nuevos valores se habrán ajustado a su nueva condición, sin que las derrotas sufridas en el intento influyan en la balanza.

Esa es la filosofía gringa, ¿quien recuerda a Landon Donovan? ¿Quien extraña a Bradley? Los berrinches que hacemos porque a fulano y mengano no les da la gana acudir a las convocatorias, para ellos significa una plaza libre para que sea ocupada por los que si quieren estar en la selección, lo que no los hace más gringos o mejores personas.

Pues me equivoqué, la alineación de México que apareció el sábado no fue la que finalmente ordenó Martino, en la que aparecieron diez cambios y, es que semejante al procedimiento gringo, el Tata priorisa la oportunidad para todos los jugadores, que el triunfo que no otorga bien alguno. Así que en relación a los que iniciaron contra Venezuela, hoy jugaron: *Guillermo Ochoa; *Luís Rodríguez, *César Montes, Héctor Moreno (*Carlos Salcedo), *Jorge Sánchez, *Luís Montes, *Jonathan dos Santos, *Andrés Guardado, Orbelín Pineda, *Uriel Antuna, Raúl Jiménez, aparecen señalados los que no iniciaron en el juego anterior.

Con el acostumbrado escarceo de todo inicio de juego, uno y otro equipo buscaba acomodarse al contrario y al terreno de juego (el pasto había sido cambiado un día antes) siendo hasta el minuto 28, cuando Jonathan dos Santos robó un balón en tres cuartos de cancha, se internó y al no encontrar quie se le opusiera, llegando a las proximidades del área, soltó un derechazo no muy potente, pero si bien colocado y raso, que tanto daño hace a los porteros grandotes, haciendo inútil la estirada del arquero, que no sirvió para impedir el gol.

Tal y como lo esperaba, conceder oportunidad a los jugadores nuevos, es algo tan necesario como riesgoso, así fue que con el ingreso en la segunda parte de Gallardo por Sánchez, de Alvarado por Orbelin y sobre todo el de Pizarro por Antuna, le dieron un giro a un juego que estaba por irse de las manos al Tata. En pro de los nuestros, habremos de observar que el primer gol de Ecuador, es producto de la marcación de una falta inexistente, que en el colmo de la mala suerte, al ser cobrada por Mena, fue desviada por César Montes, engñando a Ochoa que ya se había movido, pero México ya había iniciado el tacataca de los recien ingresados, así, una falta fuera del área de los sureñosa, es cobrada por Luís Montes, que semejante a Ramón Morales, siempre responde cuando se le necesita, colocando el balón muy lejos del portero para volver a darle delantera al equipo.

Y lo único lamentable, ese aspecto tan trillado que hasta ahora, ningún director técnico ha podido corregir, se presentó, cuando al cobrarse un tiro de esquina, nuestros defensores se descuidan, apareciendo solo Preciado, para cabecear a placer venciendo a Ochoa. Pero repito, los nuestros ya estaban bien metidos en su juego de un toque, llegando por el lado de Gallardo para sacar un centro exacto al que llegó el “Chaca”, realizando una volea que dejó viendo visiones al portero ecuatoriano. Para entonces, Carlos Salcedo, Jesús Gallardo, Diego Reyes, Roberto Alvarado, Alexis Vega y Rodolfo Pizarro ya se encontraban en el terreno de juego, cumpliendo así la intención de que todos jueguen.

Riesgoso si, pero de que tamaño es el riesgo si el objetivo primero, es encontrar a los jugadores que formarán la plantilla, lo cual se logró con el quinto triunfo en la era Gerardo “Tata” Martino. Claro que de estas pruebas nos encontremos con aquellos que finalmente quedarán fuera de la lista, pero con los que ya se han visto, más los que por una razón u otra no se han presentado, tenemos suficiente como para ganar la Copa de Oro, haciéndolo ya con un estilo propio de juego, que me atrevo a decir que es el que nos conviene por la sencilla razón de que los jugadores se identifican con él y, al igual que nosotros, lo disfrutan. Ahora, vamos por la Copa de Oro, conscientes de que el verdadero objetivo es el hexagonal de Concacaf que nos de el pase para Qatar 22.

Hasta pronto amigo.