Hay un dicho que dice que el futbol americano es un deporte de centímetros, aunque en esta ocasión, habría que decir milímetros. En la última jugada del partido, Isaiah Likely parecía darle a los Ravens el touchdown del empate ante los Chiefs, sin embargo, pisó fuera por muy poco. Arrowhead detuvo el aliento por unos minutos, pero al final pudieron celebrar el triunfo de los suyos, 27-20, un inicio inmejorable en busca del tricampeonato.
Si el año pasado los Chiefs lograron ganar el Super Bowl con poco arsenal ofensivo, salvo el genio de Mahomes, que ya es mucho, la realidad es que Andy Reid consiguió muy pronto dotar a su quarterback de un equipo poderoso. Aunque la semana 1 suele extrapolar las sensaciones, más de uno estará preguntándose cómo harán las defensivas para frenar semejante ataque.
Si la campaña pasada los Chiefs encomendaban el juego por el centro a la presencia de Travis Kelce, Andy Reid sabía que había que darle tiempo a Rashee Rice para convertirlo en ese hombre indefendible entre los números. La velocidad del receptor le permitió superar las 100 yardas por tercera vez en su carrera, toda una declaración de intenciones, por la forma en la que se dio.
Los Chiefs, sin embargo, fueron mucho más que Rice, porque en el ataque también destacó el novato Xavier Worthy. La velocidad del receptor era algo parecido a un mito, hasta que se le vio en acción. El egresado de Texas le dio una nueva dimensión a la ofensiva con esa dualidad para correr o recibir, según sea el caso. El jugador terminó con dos anotaciones y como uno de los hombres diferenciales del ataque.
Patrick Mahomes supera un nuevo récord a lado de Kansas City
Tampoco falló el corredor Isiah Pacheco, con esa forma desbocada de correr, esas yardas que gana por no dejar de mover las piernas y que le permitieron ingresar a la zona prometida en una ocasión. El abuso de armas a la ofensiva sacó lo mejor de Mahomes, al menos en lo atlético. El mariscal de campo se dio vuelo con los pases imposibles, aquellos en los que apela a la fuerza de su brazo para lanzar sin siquiera estar plantado, o a media carrera. La noche fue histórica para él, porque superó a Len Dawson como el líder histórico en yardas por aire.
Lamar Jackson hizo que los Chiefs sufrieran al final
El buen juego al ataque le permitió a Kansas City soportar los embates de los Ravens, apagados en la primera mitad, cuando Lamar parecía obedecer a un plan. Todo cambió en los últimos dos cuartos, cuando la necesidad volvió a sacar su instinto y el mariscal regresó al juego por tierra. Jackson hizo daño con sus pies y en la suma de yardas, otra vez más de cien, le permitieron colocarse por debajo de Michael Vick y Cam Newton como los quarterbacks con más yardas terrestres de la historia.
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El encontrar los espacios le permitió al mariscal de campo retomar confianza y los Ravens se mantuvieron en un partido que por momentos parecía perdido. No fue fácil superar a la defensa de los Chiefs, la cual mantuvo el nivel superlativo con el que cerró la campaña pasada. Baltimore pudo acercarse gracias a un touchdown de Likely apenas al comenzar el último cuarto, y pudo firmar el empate en la última jugada, pero el ala cerrada pisó fuera por milímetros y el juego terminó.
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