El último ascenso

Con un equipo que prácticamente se “robó” la temporada 1993-1994, dirigido por el entrenador José Camacho Serratos y plagado de elementos de comprobada calidad

Héctor Rivera | El Sol de Tampico

  · miércoles 20 de noviembre de 2019

A lo largo de 69 años El Sol de Tampico ha dado cuenta de los logros más importantes que en el ámbito deportivo han ocurrido en el puerto jaibo y uno de los más recordados por la afición al futbol tuvo lugar el 16 de abril de 1994, fecha memorable en la que la Jaiba Brava del Tampico-Madero, dirigida por José Camacho, batía en la final por el ascenso a la Primera División a los Freseros del Irapuato.

Con un marcador de tres goles a uno, con un marco inmejorable del Estadio Tamaulipas completamente lleno al grado que hasta las torres del alumbrado y al mismo techo de los palcos se atrevieron a subir arriesgados seguidores del conjunto celeste.

Luego de tres años en la Segunda División el equipo presidido por Antonio Peláez Pier, que en la final de ascenso de la temporada 1992-1993 había sucumbido frente a Toros de la Universidad Tecnológica de Neza, lograba el ansiado boleto para pertenecer al máximo circuito del futbol mexicano.

Con un equipo que prácticamente se “robó” la temporada 1993-1994, dirigido por el entrenador José Camacho Serratos y plagado de elementos de comprobada calidad como es el caso de Sergio Lira Gallardo, uno de los máximos goleadores del fut-bol mexicano, el panameño René Mendieta, el uruguayo Jorge “Chiquilín” Cabrera, Francisco “Panchillo” Fernández, un jovencito Héctor del Ángel y otros más se alzó con el triunfo frente al Irapuato, que al igual que la Jaiba Brava ansiaba llegar a la Primera División.

En aquella campaña la Jaiba Brava terminó en primer lugar general de la Segunda División con 71 puntos, y ya en la liguilla derrotó en cuartos de final al Real San Luis con un global de 4-1 y en las semifinales dio cuenta de Atlético San Francisco con un contundente 7-2.

Así, la mesa quedó servida para la celebración de la gran final y en el partido de ida el conjunto de Irapuato jugando como local en el estadio Sergio León Chávez derrotó por dos goles a uno al Tampico-Madero.

En la final de vuelta, la Jaiba Brava dio un gran partido y con goles de Sergio Lira al minuto 8', Francisco “Panchillo” Fernández al 35' y René Mendieta al 65', se impuso 3-1 al Irapuato en el Tamaulipas, 4-3 en el global, lo que significó el ascenso a la Primera División.

Aquella noche la Jaiba Brava inició en la cancha con Javier Quintero en la portería, Oscar Torres, Ray Rodríguez, Ricardo Moreno, Víctor Moreno, Salvador Vaca, Francisco “Panchillo” Fernández, Jorge “Chiquilín” Cabrera, Héctor del Ángel, René Mendieta y Sergio Lira, todos dirigidos por José Camacho.

EQUIPO HECHO PARA SER CAMPEÓN

Pepe Camacho recuerda que “definitivamente fue para mí una época muy bonita, tengo gratos recuerdos de aquel torneo, fue un torneo muy exigente, pues era un equipo hecho para ser campeón, con jugadores de Primera División y la gente nos seguía porque ansiaba el campeonato”.

Rememora el entrenador potosino de origen, campeón con el San Luis de ascenso, en Segunda División y en Tercera que “el estadio estaba lleno, de hecho, no pude llegar a la puerta principal y debí caminar un par de cuadras, fue algo muy bonito, fue impresionante la manera en que jugó el equipo, es un recuerdo imborrable”.

“Par mí ha sido el máximo logro a nivel personal, fue muy importante este campeonato para hacerme de un nombre como entrenador, algo que ratifiqué en 2001, con otro equipo de allá”, mencionó el entrevistado.

LA CUARTA FUE LA VENCIDA

Para Francisco “Panchillo” Fernández ese triunfo fue una revancha por levantar el trofeo de campeón luego de tres intentos fallidos.

“Yo en lo personal ya había perdido tres finales anteriores, contra América, Monterrey y la UT Neza, entonces imagínate toda mi carrera profesional, perder tres finales y llegaba la cuarta y yo lo que más deseaba era ser campeón”, dijo.

Continuó que “la verdad no pudiera explicar lo que se siente cuando culminas un deseo tan anhelado, yo no tengo explicación es más, yo ni recogí el trofeo de campeón, porque yo me subí a las gradas a festejar con mi mamá, con mi esposa y con mis hijas, con mi familia, ellas se sentaban atrás de la banca de local, entonces cuando termina el partido yo fue lo primero que hice, correr a saludar y abrazar a mi familia, que siempre iban al futbol”.

SIGUEN RECORDANDO

Luego de 25 años, la gente sigue recordando ese gran logro, “es tan impresionante que van 25 años y la gente sigue felicitándonos, saludándonos, pidiéndonos fotos, donde nos encontremos, yo estoy muy agradecido con lo que la vida me ha dado y los momentos duros que he pasado están bien compensados con todo lo que he vivido”, afirma “Panchillo” Fernández.

Y José Camacho concuerda que “la gente siempre me ha tratado muy bien en Tampico, quiero decirte que me conocen más allá en Tampico que en San Luis, tanto así que hace un tiempo que fui a hacer unas visorias en Altamira, el taxista que me transportó me reconoció y no me quiso cobrar”.

Y es que para una afición sedienta de triunfos, sin duda recordar es vivir.