/ viernes 21 de abril de 2023

Estadio Tamaulipas, un coloso del futbol entre Tampico y Ciudad Madero

Inolvidable la noche del sábado 30 de abril de 1966, fecha de su inauguración

Sábado 30 de abril de 1966, noche de estrellas sobre el naciente Estadio Tamaulipas, único en el mundo donde la geometría de su campo se encuentra dividida entre dos ciudades, Tampico y Madero. La fanaticada abarrota el inmueble, orgullosa de contar con un lugar majestuoso para ver partidos de Primera División.

“Se firmó el contrato para el estadio”, publicaba “El Sol de Tampico” en su edición deportiva del 10 de julio de 1964, para continuar leyendo que en el restaurante “Flamboyán”, del Hotel Camino Real, se reunieron para refrendar el contrato de construcción los Clubes Unidos de Tamaulipas A. C., constituido por Club Deportivo Tampico y Club de Fútbol Ciudad Madero, y la constructora ARVA, representada por el Ing. Felipe Arregui Vázquez.

De los primeros obstáculos que ARVA afrontó fue conseguir crédito para la compra del terreno, ya que los interesados en vender sus propiedades elevaron sus precios para obtener mayor ingreso con la venta, aunado a que los Clubes Unidos no contaban con dinero, ya que ambas plantillas en cada torneo sufrían una odisea económica para solventar la plantilla de jugadores.

Club de futbol Mónaco, quien fue el equipo que inauguró el estadio “Tamaulipas” | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales

Una gestión pensada para el Estadio Tamaulipas

Al mismo tiempo, tanto las escuadras “Celestes” y Orinegros”, pretendían que “El coloso” se fincara en su ciudad hasta que otro constructor, el arquitecto Paulino Lomas Delgado, sugeriría que el recinto estuviera enclavado en medio de las dos metrópolis para que el sentido de pertenencia fuera repartido. Precisamente, el 1 de julio del 64 llegó a la ciudad el Ing. Antonio Valdez Balboa, director de Obras Públicas del Estado para autorizar los deslindes de los municipios.

Hugo Pinda, padre y jugadores llevando la bandera del Club Mónaco | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales

Ya resueltas las controversias, empezarían las excavaciones, donde antes se encontraba un cerro tuvo que dinamitarse, convirtiéndose en un descomunal socavón que a lo largo de 17 meses se transformaría en un escenario para, como externaba el cronista deportivo Ángel Fernández, se desarrollara “El juego del hombre”. La primera piedra sería colocada por el gobernador Praxedis Balboa el 3 de enero de 1965.

Los Clubes Unidos de Tamaulipas, encabezado por su director y presidente del Club de fútbol Ciudad Madero ingeniero Antonio Islas Soublette, invitaban a la gente por medio de los periódicos a la compra de palcos y butacas a precios módicos, pagaderos a largo plazo, asegurando que los equipos locales pelearían bravíamente cada balón en la cancha para obtener el ascenso a Primera División, promesa que el Ciudad Madero cumpliría, consiguiendo el 26 de diciembre del 64 el campeonato invicto, un hito de alcance mundial.

Aspecto de la ceremonia de inauguración del juego Tampico-Madero- Mónaco | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales

El sueño de un campo de primer nivel sería realidad el viernes 1 de abril de 1966 cuando, en una elegante ceremonia, la compañía ARVA de Felipe Arregui entregaba las instalaciones a Clubes Unidos de Tamaulipas. En el acta quedó asentado que el costo de la obra ascendió a nueve millones doscientos siete mil veintiocho pesos.

El sábado 30, a las 11:00 a.m. arribaría a nuestro puerto un avión con los jugadores del Club de Fut-bol Mónaco, quienes externaron que venían a ganar. A las 13:26 comenzó la ceremonia litúrgica de bendición del Tamaulipas a cargo del Obispo Ernesto Corripio Ahumada, quien al concluir el acto en forma jocosa solicitó un balón para pegar un simbólico saque inicial.

Combinado Tampico-Madero, en la noche del sábado 30 de abril del 66 | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales

La majestuosidad del Tamaulipas

Las luces se encienden en su totalidad iluminando por completo el césped virgen del Tamaulipas. Instantes después, a las 20:10, la algarabía aumenta con la presencia en la cancha del conjunto rojiblanco, el Mónaco, que principia una vuelta olímpica cargando nuestro Lábaro Patrio para que tres minutos después aparezca el combinado Tampico-Madero, volcándose la fanaticada en una grandiosa bienvenida.

➡️ Te recomendamos: Mantenimiento del Estadio Tamaulipas era compromiso de la directiva de la Jaiba Brava: STPRM

Arranca el partido, los galos quieren imponer condiciones mediante velocidad y toque de primera intención, mientras Tampico-Madero es fortaleza, juego enérgico. Los dos cuadros juegan con el de 4-2-4. Minuto 16, la afición arenga a sus celestes-orinegros, quienes muestran desacoplamiento en sus líneas. Novak galopando por la banda izquierda, burla magistralmente a Macario Espinosa para enviar el esférico al área chica, a la espera de Blanc, que sólo toca para concretar, apagando de golpe el bullicio del público y quedando en la historia como el primer anotador en la cancha del “Tamaulipas”.

Patada simbólica de parte del Obispo Ernesto Corripio Ahumada | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales

El 21 de abril de 1966, El Sol de Tampico informaba: “La Selección de Paraguay inaugurará el “Tamaulipas”, hecho corroborado por “Los Clubes Unidos” que señalaba que la fecha sería el 30 de abril del 66, en un partido Paraguay enfrentando a un combinado de Tampico-Ciudad Madero. Posteriormente la nota mencionaba el calendario de los guaranís el domingo 24, contra la Selección Mexicana, para después el martes 26 enfrentar en el estadio del pedregal a la Unión de Curtidores del León, para concluir el sábado por la noche, desafiando al Tampico-Madero.

➡️ También te puede interesar: Estadio Tamaulipas cumple 56 años: un aniversario sin afición ni celebración

La Selección Paraguaya dejó un pésimo sabor cuando el equipo nacional lo goleó 7 a 0; después contra el Curtidores se suspendería el juego por disturbios estudiantiles, conservando los guaraníes una fama negativa que no pudieron revertir desde la despiadada lluvia de goles azteca.

Caricatura del enfrentamiento Club Mónaco contra combinado Tampico-Madero | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales

Los Clubes Unidos pasaban por una etapa complicada para conformar el once titular. Primero, porque se encontraban fuera de competencia ya que el torneo había concluido apenas en febrero, con el descenso del Ciudad Madero a Segunda División, hecho que nadie esperaba, pues fincaban sus esperanzas de ventas bajo la premisa de que los compradores disfrutarían de los clubes de Primera División.

El 28 de abril, el presidente de “Clubes Unidos” Antonio Islas, mediante El Sol de Tampico, explicaría que debido a la mala actuación de los paraguayos, y buscando privilegiar el espectáculo, después de numerosas gestiones se lograba la contratación del Club Mónaco para inaugurar el estadio.

En la maqueta del “Tamaulipas”, entre los que destacan Arq. Paulino Lomas Delgado, Ingeniero Antonio Valdez Balboa e Ing. Felipe Arregui Vázquez. 1 de julio del 64 | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales

El partido sube de intensidad, mientras Malazzo impone respeto en la defensa local. “La pina” Arrellano lanza un trallazo que pega en el larguero, salvándose milagrosamente “El Mónaco”. La dupla de entrenadores locales, Rogelio Becerra-Augusto Arrasco, en el segundo tiempo realiza cambios, entra Juan Aguirre como cuarto defensa, enviando a la media al “Papy” Navarro y adelante “Chorejas” y Juracy; además, Ventura suple a Pineda. Minuto 3, falta fuera del área que cobra Theo, interior izquierdo, soltando zurdazo imponente para batir a Ventura que nada pudo hacer ante un golazo de antología.

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El partido concluye con el silbatazo del árbitro internacional Diego Di Leo. El Tampico-Madero luchó, sólo que nunca pudo acoplar a sus componentes. Nicola Gravina fue el mejor jugador local, acompañado de Genaro Torres, quien fue el único jugador al que se le hizo marca personal pegándose Torchiu, quien por momentos usó la rudeza para detenerlo.

El Club Mónaco, llevando nuestro Lábaro Patrio | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales

Alineaciones. Mónaco: Hernández; Casolari, Torchiu, Arteleza y Novak; Pietri y Guilas; Simiain, Douis, Theo, y Blanc. Tampico-Madero: Hugo Pineda (Julián Ventura); Espinosa, Malazzo, Navarro y Narro; Del Peral (Aguirre) y Nicola; Garrido (Contreras), Genaro Torres, Tafoya (Juracy) y Arellano.

Sábado 30 de abril de 1966, noche de estrellas sobre el naciente Estadio Tamaulipas, único en el mundo donde la geometría de su campo se encuentra dividida entre dos ciudades, Tampico y Madero. La fanaticada abarrota el inmueble, orgullosa de contar con un lugar majestuoso para ver partidos de Primera División.

“Se firmó el contrato para el estadio”, publicaba “El Sol de Tampico” en su edición deportiva del 10 de julio de 1964, para continuar leyendo que en el restaurante “Flamboyán”, del Hotel Camino Real, se reunieron para refrendar el contrato de construcción los Clubes Unidos de Tamaulipas A. C., constituido por Club Deportivo Tampico y Club de Fútbol Ciudad Madero, y la constructora ARVA, representada por el Ing. Felipe Arregui Vázquez.

De los primeros obstáculos que ARVA afrontó fue conseguir crédito para la compra del terreno, ya que los interesados en vender sus propiedades elevaron sus precios para obtener mayor ingreso con la venta, aunado a que los Clubes Unidos no contaban con dinero, ya que ambas plantillas en cada torneo sufrían una odisea económica para solventar la plantilla de jugadores.

Club de futbol Mónaco, quien fue el equipo que inauguró el estadio “Tamaulipas” | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales

Una gestión pensada para el Estadio Tamaulipas

Al mismo tiempo, tanto las escuadras “Celestes” y Orinegros”, pretendían que “El coloso” se fincara en su ciudad hasta que otro constructor, el arquitecto Paulino Lomas Delgado, sugeriría que el recinto estuviera enclavado en medio de las dos metrópolis para que el sentido de pertenencia fuera repartido. Precisamente, el 1 de julio del 64 llegó a la ciudad el Ing. Antonio Valdez Balboa, director de Obras Públicas del Estado para autorizar los deslindes de los municipios.

Hugo Pinda, padre y jugadores llevando la bandera del Club Mónaco | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales

Ya resueltas las controversias, empezarían las excavaciones, donde antes se encontraba un cerro tuvo que dinamitarse, convirtiéndose en un descomunal socavón que a lo largo de 17 meses se transformaría en un escenario para, como externaba el cronista deportivo Ángel Fernández, se desarrollara “El juego del hombre”. La primera piedra sería colocada por el gobernador Praxedis Balboa el 3 de enero de 1965.

Los Clubes Unidos de Tamaulipas, encabezado por su director y presidente del Club de fútbol Ciudad Madero ingeniero Antonio Islas Soublette, invitaban a la gente por medio de los periódicos a la compra de palcos y butacas a precios módicos, pagaderos a largo plazo, asegurando que los equipos locales pelearían bravíamente cada balón en la cancha para obtener el ascenso a Primera División, promesa que el Ciudad Madero cumpliría, consiguiendo el 26 de diciembre del 64 el campeonato invicto, un hito de alcance mundial.

Aspecto de la ceremonia de inauguración del juego Tampico-Madero- Mónaco | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales

El sueño de un campo de primer nivel sería realidad el viernes 1 de abril de 1966 cuando, en una elegante ceremonia, la compañía ARVA de Felipe Arregui entregaba las instalaciones a Clubes Unidos de Tamaulipas. En el acta quedó asentado que el costo de la obra ascendió a nueve millones doscientos siete mil veintiocho pesos.

El sábado 30, a las 11:00 a.m. arribaría a nuestro puerto un avión con los jugadores del Club de Fut-bol Mónaco, quienes externaron que venían a ganar. A las 13:26 comenzó la ceremonia litúrgica de bendición del Tamaulipas a cargo del Obispo Ernesto Corripio Ahumada, quien al concluir el acto en forma jocosa solicitó un balón para pegar un simbólico saque inicial.

Combinado Tampico-Madero, en la noche del sábado 30 de abril del 66 | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales

La majestuosidad del Tamaulipas

Las luces se encienden en su totalidad iluminando por completo el césped virgen del Tamaulipas. Instantes después, a las 20:10, la algarabía aumenta con la presencia en la cancha del conjunto rojiblanco, el Mónaco, que principia una vuelta olímpica cargando nuestro Lábaro Patrio para que tres minutos después aparezca el combinado Tampico-Madero, volcándose la fanaticada en una grandiosa bienvenida.

➡️ Te recomendamos: Mantenimiento del Estadio Tamaulipas era compromiso de la directiva de la Jaiba Brava: STPRM

Arranca el partido, los galos quieren imponer condiciones mediante velocidad y toque de primera intención, mientras Tampico-Madero es fortaleza, juego enérgico. Los dos cuadros juegan con el de 4-2-4. Minuto 16, la afición arenga a sus celestes-orinegros, quienes muestran desacoplamiento en sus líneas. Novak galopando por la banda izquierda, burla magistralmente a Macario Espinosa para enviar el esférico al área chica, a la espera de Blanc, que sólo toca para concretar, apagando de golpe el bullicio del público y quedando en la historia como el primer anotador en la cancha del “Tamaulipas”.

Patada simbólica de parte del Obispo Ernesto Corripio Ahumada | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales

El 21 de abril de 1966, El Sol de Tampico informaba: “La Selección de Paraguay inaugurará el “Tamaulipas”, hecho corroborado por “Los Clubes Unidos” que señalaba que la fecha sería el 30 de abril del 66, en un partido Paraguay enfrentando a un combinado de Tampico-Ciudad Madero. Posteriormente la nota mencionaba el calendario de los guaranís el domingo 24, contra la Selección Mexicana, para después el martes 26 enfrentar en el estadio del pedregal a la Unión de Curtidores del León, para concluir el sábado por la noche, desafiando al Tampico-Madero.

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La Selección Paraguaya dejó un pésimo sabor cuando el equipo nacional lo goleó 7 a 0; después contra el Curtidores se suspendería el juego por disturbios estudiantiles, conservando los guaraníes una fama negativa que no pudieron revertir desde la despiadada lluvia de goles azteca.

Caricatura del enfrentamiento Club Mónaco contra combinado Tampico-Madero | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales

Los Clubes Unidos pasaban por una etapa complicada para conformar el once titular. Primero, porque se encontraban fuera de competencia ya que el torneo había concluido apenas en febrero, con el descenso del Ciudad Madero a Segunda División, hecho que nadie esperaba, pues fincaban sus esperanzas de ventas bajo la premisa de que los compradores disfrutarían de los clubes de Primera División.

El 28 de abril, el presidente de “Clubes Unidos” Antonio Islas, mediante El Sol de Tampico, explicaría que debido a la mala actuación de los paraguayos, y buscando privilegiar el espectáculo, después de numerosas gestiones se lograba la contratación del Club Mónaco para inaugurar el estadio.

En la maqueta del “Tamaulipas”, entre los que destacan Arq. Paulino Lomas Delgado, Ingeniero Antonio Valdez Balboa e Ing. Felipe Arregui Vázquez. 1 de julio del 64 | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales

El partido sube de intensidad, mientras Malazzo impone respeto en la defensa local. “La pina” Arrellano lanza un trallazo que pega en el larguero, salvándose milagrosamente “El Mónaco”. La dupla de entrenadores locales, Rogelio Becerra-Augusto Arrasco, en el segundo tiempo realiza cambios, entra Juan Aguirre como cuarto defensa, enviando a la media al “Papy” Navarro y adelante “Chorejas” y Juracy; además, Ventura suple a Pineda. Minuto 3, falta fuera del área que cobra Theo, interior izquierdo, soltando zurdazo imponente para batir a Ventura que nada pudo hacer ante un golazo de antología.

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El partido concluye con el silbatazo del árbitro internacional Diego Di Leo. El Tampico-Madero luchó, sólo que nunca pudo acoplar a sus componentes. Nicola Gravina fue el mejor jugador local, acompañado de Genaro Torres, quien fue el único jugador al que se le hizo marca personal pegándose Torchiu, quien por momentos usó la rudeza para detenerlo.

El Club Mónaco, llevando nuestro Lábaro Patrio | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales

Alineaciones. Mónaco: Hernández; Casolari, Torchiu, Arteleza y Novak; Pietri y Guilas; Simiain, Douis, Theo, y Blanc. Tampico-Madero: Hugo Pineda (Julián Ventura); Espinosa, Malazzo, Navarro y Narro; Del Peral (Aguirre) y Nicola; Garrido (Contreras), Genaro Torres, Tafoya (Juracy) y Arellano.

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