Al detectarse una tormenta o su evolución a ciclón, la tripulación de los llamados aviones cazadores de huracanes están listos para sobrevolar en medio de la tempestad.
En el Océano Atlántico, Golfo de México y Mar Caribe, así como en el Pacífico el análisis de las tormentas la realizan dos agencias del Gobierno de Estados Unidos.
Se trata del 53º Escuadrón de Reconocimiento Meteorológico de las Reservas de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y el Centro de Operaciones Aéreas (AOC), de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), ya que la Armada de este país dejó de hacerlo desde 1974.
¿De dónde salen los cazahuracanes?
Para poder desarrollar el desplazamiento es necesario que las aeronaves eleven vuelo, para lo que el Escuadrón 53 lo hace dede la base de Keesler en Mississippi. Cuenta con 10 aviones WC-130 modificados con instrumentos especializados de medición climática para evalúa la fuerza del viento, presión, temperatura y punto de rocío.
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En tanto, el AOC mantiene su sede en el aeródromo de Linder en Lakeland, justo en la Florida, mismo que cuenta con una fuerza de dos P-3 Orions, con tres radares cada uno. Desde 1996 se incluyó un jet Gulfstream IV capaz de realizar sobrevuelos hasta de 45 mil pies.
La información recolectada se transmite por satélite a los especialistas meteorólogos que la evalúan y emiten recomendaciones.
¿Quiénes conforman la tripulación de los cazahuracanes?
Pero estos aviones no vuelan solo o con piloto automático, su tripulación cuenta con expertos en meteorología y vuelos.
“Llevan entre seis y quince personas, tanto la tripulación de vuelo como la del clima. La tripulación de vuelo consiste en un comandante de la aeronave, copiloto, ingeniero de vuelo, navegante y técnicos eléctricos y de datos. La tripulación meteorológica puede estar formada por un meteorólogo de vuelo, un científico principal del proyecto, un físico de nubes, un científico de radares y un científico de calidad de sondeo” indicó la NOAA.
Además de las coordenadas y vientos máximos del fenómeno, “las tripulaciones evalúan el tamaño, la estructura y el desarrollo de la tormenta. La mayoría de estos datos, que son críticos para determinar la amenaza del huracán, no pueden ser obtenidos por satélite”.
¿Puedo conseguir un vuelvo en el cazahuracanes?
Aunque para muchas personas puede ser atractivo volar sobre una tormenta, es imposible comprar un boleto para hacerlo en un cazahuracanes.
“Solo se permite subir a los aviones militares y públicos a las personas que forman parte de la misión. Esto puede incluir a miembros acreditados de la prensa, siempre que estén trabajando en una historia actual relacionada con la tormenta” explicó la NOAA quien indica que no siempre hay asientos disponibles en todos los vuelos, y solo se asignan dos asientos por cada medio de comunicación en un vuelo determinado.
¿Qué se ve en un vuelvo de inspección?
Aunque se podría pensar que es una aventura turbulenta, quienes se han subido a estas naves aseguran que suele ser aburrido.
“La mayoría de los vuelos de huracanes son bastante aburridos. Duran 10 horas, hay nubes arriba y nubes abajo, así que todo lo que ves es gris, y no sientes los vientos arremolinándose alrededor del huracán” explica la NOAA en su portal, indicando que en las bandas de lluvia y la pared del ojo pudiera generarse mucho más movimientos que muchas veces generan nauseas a los ocupantes.
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“Pero una vez que el avión entra en el ojo tranquilo de un huracán como Andrew o Gilbert, es un lugar de poderosa belleza: el sol entra en las ventanas del avión desde un círculo perfecto de cielo azul directamente sobre el avión, rodeando el avión por todos lados está la negrura de las tormentas eléctricas de la pared del ojo” relata el organismo estadounidense.
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Debajo del avión se puede ver el violento océano con olas de hasta 20 metros de altura que chocan entre sí.
Los cazadores de huracanes arrojan mediciones más cercanas de las condiciones de las tormentas, los que tras una buena interpretación ayuda a las autoridades a tomar decisiones y salvar vidas.