Todos los pueblos cuentan con un mito fundacional, una historia que combina hechos reales con otros ficticios acerca de su origen. Se trata de relatos fantásticos creados por las comunidades con la finalidad de que sus integrantes cuenten con un sentido de identidad y arraigo.
Así como en México tenemos el mito del sitio donde un águila devoraba a una serpiente, y en el cual se estableció Tenochtitlán, así Corea cuenta con su propia historia.
LA PRUEBA DEL TIGRE Y DEL OSO
En las Crónicas de los Tres Reinos, una colección de mitos del siglo XII, se relata la historia de Hwanung, hijo del señor del cielo, quien bajó un día a la Tierra.
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Hwanung puso el pie en una de las montañas de la península coreana, en la cima del monte Paekdu, actualmente en la frontera entre Corea del Norte y China. Entonces un tigre y un oso le rogaron que los convirtiera en humanos, así que les puso una prueba: sobrevivir en una cueva durante 100 días sin comer más que ajo y hierbas.
El tigre se rindió pronto, pero el oso persistió y el día 21 se transformó en una mujer. Así que Hwanung la convirtió en su esposa.
Con el tiempo, la mujer se sintió sola y rogó a Hwanung tener un hijo, y nació Dangun, un nombre que tiene dos significados: "Príncipe del altar" y sándalo.
Dangun, el primer coreano, se estableció en lo que hoy es Pyongyang -aunque la ubicación exacta es discutida- y llamó al reino Joseun -o Chosun: tierra de la calma matutina-, como se conoció al país hasta 1945. De tal manera que todos los años, el 3 de octubre, se celebra la fundación Corea.
SÍMBOLO DE IDENTIDAD
De acuerdo a lo afirmado por historiadores, la leyenda de Dangun se volvió un mito fundacional tras la ocupación de Japón. Enfrentados a una crisis de identidad causada por la determinación de Japón de erradicar las particularidades locales, los coreanos vieron en el gran ancestro los orígenes de una nación.
En Corea del Norte, Dangun fue calificado como una superstición, pero posteriormente fue revalorizado. En 1993, su tumba y sus restos fueron presuntamente descubiertos al pie del monte Taebak, cerca de Pyongyang.
Los arqueólogos se muestran escépticos sobre este "estupendo descubrimiento", pero se ha construido un gigantesco mausoleo en el lugar y se celebran allí ceremonias para venerar al primer coreano.