Cada 14 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Costurera. Por definición, se le denomina así a quien tiene por oficio coser o arreglar ropa blanca y prendas de vestir. Sin embargo, quienes conocemos a alguien dedicado a esta noble actividad, sabemos que su labor va mucho más allá.
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Entre los hilos, agujas, telas, cintas de medir y parches, en compañía de las emblemáticas máquinas que muchos asociamos a talleres o a las casas de nuestra abuela, se confeccionan miles de historias.
Algunas propias de quienes se dedican a la costura, como sus trabajos más memorables, su mejor vestido o aquel traje que representó todo un reto. Otras ajenas, como los recuerdos de la novia que acudió confiándoles el diseño que la acompañaría al altar; la quinceañera que emocionada pedía más bordados o un toque de originalidad; los alegres e inquietos niños que acudieron a remendar sus uniformes tras largas horas de juego o el caballero que solicitó de urgencia una bastilla porque al día siguiente debía presentarse a trabajar.
Quienes ejercen este noble oficio pasan las largas horas al “pie del cañón”, evolucionando en sus técnicas y buscando la manera de mantenerse vigentes en un mundo globalizado donde la industria de la moda y el consumismo avanzan a pasos agigantados.
Hoy, 14 de octubre se celebra el Día Mundial de la Costurera por lo que en esta fecha te invitamos a reconocer el arduo esfuerzo de estos expertos que saben mejor que todos como adaptar cualquier prenda a nuestro cuerpo, diseñarla e incluso arreglarla.