Un estudio señala que esperar por el transporte público genera problemas en la salud mental de la población, mermando su sentido de confianza y seguridad.
En 1952, Beckett escribió “Esperando a Godot”, una obra donde dos personajes aguardan por una tercera persona, Godot, quien nunca llega. Lo mismo le sucede a los pasajeros del transporte público, quienes a diario aguardan por camiones y carros de ruta que demoran en aparecer.
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Esperando a Godot: las largas filas del transporte público
La siguiente escena es un referente en la rutina de cualquier ciudad: las personas están formadas en la banqueta esperando por el transporte urbano. La espera a veces es corta, pero en ocasiones es extrema.
En la Zona Conurbada, de acuerdo a la experiencia de los pasajeros, los camiones y carros de ruta, pueden demorar de diez hasta cincuenta minutos en “pasar”. Conforme el reloj avanza y el transporte no aparece, las personas cunden a la desesperación y al mal humor.
Las consecuencias de la incertidumbre
De acuerdo al reporte de los “Sistemas de transporte urbano en América Latina y el Caribe”, elaborado por la Corporación Interamericana de Inversiones (CII), lograr un sistema de transporte sostenible, accesible y rápido es un factor clave para el bienestar humano.
Cuando una persona pierde mucho tiempo esperando en las filas del transporte público, sufre una pérdida en sus niveles de seguridad y confianza. Los pasajeros se enfrentan a una situación de incertidumbre mental, lo cual aumenta su grado de estrés.
Acorde a la misma Corporación, cuando se incentiva la movilidad dentro de una ciudad, el público puede dedicar más tiempo a otro tipo de actividades: educativas, recreativas o familiares. Lo cual fomenta un ambiente de estabilidad y certidumbre.
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El problema tiene distintas aristas
Además de repercutir de manera directa en la salud mental de los pasajeros, las largas esperas por el transporte público afectan el bienestar emocional de las familias. Padres, madres, parejas e hijos aguardan por sus seres queridos, mientras el tiempo avanza, sus niveles de ansiedad también aumentan.
¿Cuál es la solución?
Día tras día, los pasajeros de transporte público esperan a Godot. Formados bajo el sol o a la sombra, en horas pico o en horario normal, cientos y cientos de personas aguardan por camiones y carros de ruta. La “larga espera” repercute de manera negativa en su salud mental. Para no cundir ante la frustración, es vital mantener el buen ánimo y respirar.