Se disfrazan de Pikachu para protestar contra el calentamiento global

Los pokemones gigantes se manifestaron para demandar que Japón deje la industria del carbón

Roberto González | El Sol de Tampico

  · jueves 4 de noviembre de 2021

Los activistas denominados como Extinction Rebellion se reunieron frente a la conferencia Cop26 | Cortesía: Facebook @NoCoalJapan

Activistas ambientales “colorearon” de amarillo las calles de Glasgow, Escocia, al realizar una protesta en el contexto de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cop26). Los manifestantes tienen una demanda específica y para llamar la atención del mundo se disfrazaron del Pokémon más famoso.

Los activistas denominados como Extinction Rebellion se reunieron frente a la conferencia Cop26 para exigir a Japón que deje de financiar a la industria del carbón. Las imágenes de sus manifestaciones se volvieron virales en redes, ya que decidieron aparecer vestidos como Pikachu, el célebre personaje de animación.

“Japón. Es hora de acabar con el carbón”, dice una de las pancartas que estos pokemones gigantes desplegaron durante su protesta. Desde este miércoles 3 de noviembre se llevan a cabo distintas manifestaciones en Glasgow convocadas por grupos ambientalistas, y a las que han asistido cientos de personas.

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Aunque las protestas de los Pikachus han sido pacíficas, la Policía de Escocia informó que, hasta el momento, se habían producido cinco detenciones en la manifestación, dos de ellas después de que un grupo de agentes fueron rociados con pintura.

BUSCAN LIMITAR EL CALENTAMIENTO GLOBAL DESDE GLASGOW

El viernes se espera que miles de personas marchen por Glasgow manifestando su apoyo al movimiento Fridays for Future, movimiento contra el cambio climático y que promueve la erradicación de los combustibles fósiles, fundado por la joven activista Greta Thunberg.

En estos momentos, representantes de todas las naciones se reúnen en Glasgow para tratar de mantener vivo el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, el límite que, según los científicos, evitaría consecuencias más destructivas.

Japón, con su industria de energía nuclear en crisis desde el desastre de Fukushima, ha recurrido al carbón para llenar este déficit, y está construyendo siete grandes centrales eléctricas de carbón nuevas, sin manifestar algún deseo de dejar de emplear estas energías.