Si no tienes para pagar una deuda que adquiriste, lo más probable es que te embarguen, es decir que con el fin de que cubras tu adeudo serás sometido a una retención de bienes como pueden ser joyas, vehículos, electrodomésticos, muebles... y hasta a tu mascota, sin importar si se trata de un "lomito" o un "michi".
Así es: las mascotas pueden ser embargadas. Aura Guizar, abogada y tiktoker, explica que esto es posible debido a que los animales domésticos están considerados en el Código Civil como cosas.
"Al momento de ser cosas son susceptibles de embargo”, explica la licenciada. "Es decir, llegan a tu casa y no quieres pagar y no señalas qué bienes se llevan, ellos [los abogados] pueden elegir a tu mascota".
¿Y con qué objetivo hacer algo tan cruel? La razón es sencilla: por la carga sentimental que tu peludito representa, misma que puede empujarte a cubrir tu adeudo.
"Gracias a ese valor sentimental se cree que tú pagarías o en ese momento o de la manera más pronta posible, por eso algunos abogados tienen la práctica de llevarse a las mascotas”, afirma Guizar.
PRÁCTICA POSIBLE, PERO MUY IMPROBABLE
Pero no caigas en pánico si no le has pagado a Coppel. Si bien el que confisquen a tu mascota es posible es algo bastante inusual, señala Guizar.
"Jamás me ha tocado ver esto en la vida real, en el ejercicio de la profesión, pero se pudiera llegar a hacer, porque desafortunadamente todavía no se les ha protegido [a las mascotas] lo suficiente”.
Añade que retener mascotas no es nada común, porque si el animalito sufre algún daño durante la enajenación, la persona que embargó puede meterse en graves problemas legales. "Cuando tú embargas algo lo debes de devolver en el estado que tú te lo llevaste".
La abogada explica que incluso si llegan a llevarse a tu perrito o gatito, puedes recurrir a un amparo para que te lo devuelvan.
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Cabe destacar que en el Código de Procedimientos Civiles del Estado de Tamaulipas, en su artículo 679, que menciona los bienes que quedan exceptuados de embargo no se incluye a las mascotas. Así que ¡aguas!, que no te embarguen a tu amigo de cuatro patas.
