/ lunes 5 de febrero de 2018

Enmascarado chido

Sin embargo, es inútil cambiar por decreto una creencia que forma parte de la idiosincrasia nacional de superación. Los enmascarados son pues, los técnicos del pancracio, contrario de los luchadores rudos, como el perro Aguayo, Ray Mendoza y otros.

Entre los enmascarados chidos (sin enumerar los caperuzos transnacionales como “Superman”, “Batman”,“Hombre Araña”,“Flash Gordon” y otros), predomina “El Santo”, héroe que habita en el imaginario colectivo.

Se afirma que las películas de “El Santo” técnicamente son malas. En una escena se lepuede ver apearse de su automovil convertible, ponerle llave y atrancar la puerta de su cochera, pese a ser amenazado muy de cerca por un grupo de maleantes. Esta puesta sería la envidia de Andre Breton, creador de la doctrina surrealista y el absurdo, quien cuando vino a México a ofrecer unas conferencias, repentinamente y sin aviso, abandonó el país, declarando que se iba porque aquí ya no tenía nada que enseñar. Sin embargo, a pesar de que los largometrajes del “Enmascarado de plata” se califican kitsch, son una referencia de la cultura popular mexicana.“El Santo” personifica la eterna batalla de los gladiadores terrenales que representan el bien y el mal, con la característica de que en sus aventuras se juegala suerte del género humano, no en las ordenes ejecutivas emanadas de la oficina Oval de la Casa Blanca de Washington D.C. ni en los escritorios de los productores de cintas en la meca del cine mundial, Hollywood. Laacción de nuestro héroe (en contra de alienígenas o camarillas criminales que irremisiblemente dirige un sabio loco en compañía de mujeres fatales), se realizaba en las inmediaciones de los tianguis de Tepito, en las calles de la Colonia Roma, Condesa, Narvarte, Polanco, incluso en las Lomas de Chapultepec. La identidad de “El Santo” debía permanecer en secreto, lejos de miradas indiscretas, para facilitar su tarea de hacer justicia y reiterar que gracias a personajes como él, comprometidos con causas nobles, un mundo mejor es posible. Ello bastaba para reafirmar su superioridad moral ante criminales y mercenarios, con los que peleaba a mano limpia, en inferioridad de número, como evidencia de que sin drama no hay héroe. ¿Ante esta prueba de grandeza podemos quedar indiferentes?

Finalmente, yo no seré quien incumpla en este espacio la voluntad de “El Santo” y revele su auténtico nombre, dado a conocer después de su muerte, el 5 de febrero de 1984, en la CDMX, aunque estoy seguro que el enmascarado chido sigue vivo, como el Quijote. Vale.


mail: danchgar@gmail.com

Sin embargo, es inútil cambiar por decreto una creencia que forma parte de la idiosincrasia nacional de superación. Los enmascarados son pues, los técnicos del pancracio, contrario de los luchadores rudos, como el perro Aguayo, Ray Mendoza y otros.

Entre los enmascarados chidos (sin enumerar los caperuzos transnacionales como “Superman”, “Batman”,“Hombre Araña”,“Flash Gordon” y otros), predomina “El Santo”, héroe que habita en el imaginario colectivo.

Se afirma que las películas de “El Santo” técnicamente son malas. En una escena se lepuede ver apearse de su automovil convertible, ponerle llave y atrancar la puerta de su cochera, pese a ser amenazado muy de cerca por un grupo de maleantes. Esta puesta sería la envidia de Andre Breton, creador de la doctrina surrealista y el absurdo, quien cuando vino a México a ofrecer unas conferencias, repentinamente y sin aviso, abandonó el país, declarando que se iba porque aquí ya no tenía nada que enseñar. Sin embargo, a pesar de que los largometrajes del “Enmascarado de plata” se califican kitsch, son una referencia de la cultura popular mexicana.“El Santo” personifica la eterna batalla de los gladiadores terrenales que representan el bien y el mal, con la característica de que en sus aventuras se juegala suerte del género humano, no en las ordenes ejecutivas emanadas de la oficina Oval de la Casa Blanca de Washington D.C. ni en los escritorios de los productores de cintas en la meca del cine mundial, Hollywood. Laacción de nuestro héroe (en contra de alienígenas o camarillas criminales que irremisiblemente dirige un sabio loco en compañía de mujeres fatales), se realizaba en las inmediaciones de los tianguis de Tepito, en las calles de la Colonia Roma, Condesa, Narvarte, Polanco, incluso en las Lomas de Chapultepec. La identidad de “El Santo” debía permanecer en secreto, lejos de miradas indiscretas, para facilitar su tarea de hacer justicia y reiterar que gracias a personajes como él, comprometidos con causas nobles, un mundo mejor es posible. Ello bastaba para reafirmar su superioridad moral ante criminales y mercenarios, con los que peleaba a mano limpia, en inferioridad de número, como evidencia de que sin drama no hay héroe. ¿Ante esta prueba de grandeza podemos quedar indiferentes?

Finalmente, yo no seré quien incumpla en este espacio la voluntad de “El Santo” y revele su auténtico nombre, dado a conocer después de su muerte, el 5 de febrero de 1984, en la CDMX, aunque estoy seguro que el enmascarado chido sigue vivo, como el Quijote. Vale.


mail: danchgar@gmail.com