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Con su encomienda cada mañana a Jesús Padre Todopoderoso Miguel Ángel Rodríguez de 48 años se protege del virus Covid 19.
El vive en la calle y pasa sus noches en el cajero bancario de la esquina de Carranza y Colón del centro histórico, como muchos que afrontan esa condición.
No teme a la pandemia global, la cuál hasta ayer en México ya dejó 8 muertos y más de 36 mil en el mundo y tampoco tiene la intención de regresar a casa, con su mamá y familia que asegura viven en la colonia Garza Leal.
El conglomera ese grupo de personas que muchos se preguntan porque no enferman.
En Tampico y Madero son decenas las que sobreviven de las limosnas, en condición de calle, padeciendo la esclavitud del alcohol o drogas y que probablemente en estos momentos nadie toma en cuenta.
Miguel apenas camina, tiene una protuberancia en la pierna derecha, que dice es una hernia en el testículo, nunca tratada, pero también un hundimiento importante en la ceja derecha causada por un accidente, así que no tiene que temer en estos momentos de angustia y pánico colectivo.
Desdentado, pelo crecido y sucio, pero ojos vivos y de rápido hablar, el hombre asegura que antes de convertirse en un vagabundo trabajaba en una carpintería familiar.
No tienes ganas de regresar a casa, aún en periodos apocalípticos como este, pues le es suficiente obtener 30 o 40 pesos, suficientes para sobrevivir el día.
Satisface sus necesidades de limpieza en el mercado Ávila Camacho, donde dice se baña todos los días.
Miguel descarta integrarse pronto a la vida productiva y adelanta que con su fe saldrá adelanta de esta pandemia que amenaza la humanidad.
