Aunque lo ideal es que los niños crezcan en un ambiente sano y seguro que fomente de forma positiva su desarrollo, la realidad es distinta, ya que la desintegración familiar y la precaria situación económica los expone a riesgos que en Tamaulipas son una realidad.
CAER EN LAS GARRAS DE LA DELINCUENCIA
En el estudio “Niñas, niños y adolescentes reclutados por la delincuencia organizada” de la organización no gubernamental Reinserta.org, donde fueron entrevistados 18 adolescentes de Tamaulipas que actualmente se encuentran privados de su libertad, se estableció que la delincuencia recluta a niñas, niños y adolescentes que se encuentran en situación de calle o viven en pobreza.
“En Tamaulipas, el dinero como una razón para enlistarse está más relacionado con la necesidad de subsistencia que al placer o el goce, 'Pues mi mamá nunca andaba en la casa y mis hermanos pues siempre tenían hambre y luego por eso me metí a trabajar'”, señaló el estudio.
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EL PERFIL EN TAMAULIPAS
En este análisis que ofrece un amplio panorama sobre la cooptación de los menores en el sur, centro y norte de México, se señaló que en las entidades de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila los niños ingresan a la delincuencia en un rango de 8 a 16 años, teniendo mayor incidencia entre los 12 y 14.
“Los primeros delitos cometidos por las y los entrevistados son de alto impacto y en compañía de otros que pueden ser de su misma edad o más grandes”, informó.
Se determinó que hay una influencia debido a que los niños viven en un entorno donde el crimen organizado opera con relativa normalidad, aunado a que prevalece una ausencia de la figura paterna y son los mismos menores quienes buscan el acercamiento con los grupos delincuenciales. “Las conductas más mencionadas como primeros delitos en la zona norte son: feminicidio, homicidio, tráfico de indocumentados, venta de drogas, robo con violencia y halconeo”, apuntó.
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LA NARCOCULTURA
En las charlas con los menores, algunos refirieron ser creyentes de la Santa Muerte, Malverde e incluso de Satanás; las principales razones para ser parte de la delincuencia organizada son: el dinero, el poder, los modelos a seguir, las armas, el consumo de drogas y la venganza.
“La zona norte es la región donde la narcocultura tiene mayor afición y atracción, por lo que se ha convertido en referente aspiracional de quienes manifiestan ser grandes seguidores de películas, canciones y series de temática delincuencial”, precisó la investigación.
Añadió que este tipo de contenido impacta en los niños y jóvenes determinando los modelos a seguir y en muchas de las ocasiones se introducen al grado de configurar y moldear la identidad y la personalidad de sus seguidores.
CUANDO LOS NIÑOS SON DETENIDOS
Con base a la investigación de Reinserta se estableció que la detención del niño infractor ocurre entre los 14 y 17 años, lo que en muchos casos puede convertirse en una nueva oportunidad de cambiar el rumbo de su vida. “Sorpresivamente, aquello que se piensa en un primer momento como un castigo termina siendo, para muchos, la única salvación. El estado con mayor afluencia es Tamaulipas, donde los familiares que más visitan son: madre, abuela, hermanas y hermanos, e hijos, sin registrarse convivencia con el padre”, indicó.
Pese a ello, el reto es grande ya que algunos de los menores sufren de estrés traumático, ya que pudieron haber experimentado abuso físico o emocional, altos índices de violencia, abandono, negligencia y agresiones domésticas.
“Pérdida traumática hiperagitación, es decir, estar en constante alerta para evitar el peligro; insensibilidad o aplanamiento emocional... destacan ansiedad, tristeza, resentimiento, miedo, pérdida del apetito, impulsividad, desconfianza y problemas de aprendizaje”, puntualizó.
NIÑOS QUE CRUZAN A MIGRANTES
Entre el 2010 y 2014, un total de 158 menores fueron acusados de cruzar a migrantes hacia los Estados Unidos, según un reporte de la entonces Procuraduría General de la República (PGR), se trata de los menores apodados “polleritos” o “muleritos”.
Ellos, en su mayoría adolescentes, son un grupo cuyo reclutamiento es de mucho interés para la delincuencia organizada, ya que por ser menores su procesamiento legal en Estados Unidos y México es complicado, además son mano de obra de bajo costo que conoce la zona.
En el libro Antropología de la movilidad infantil en la frontera de Tamaulipas se refiere que estos niños, que pueden llegar a ganar mil dólares mensuales, reúnen características como ser migrantes no acompañados o provenir de familias disfuncionales con padres separados.
LAS RECOMENDACIONES
Reinserta presentó un esquema grande de recomendaciones que implican la creación de políticas públicas, el aumento de los presupuestos así como reformas a la ley para garantizar la protección de niñas, niños y adolescentes, que desde un inicio deben ser considerados como víctimas.
“El desconocimiento del fenómeno y la falta de pericia para ubicar a las y los adolescentes que han sido reclutados por cárteles afecta directamente las probabilidades de intervenir en su desvinculación y correcta reinserción social, porque no permite localizar y reconocer a las juventudes víctimas”, subrayó.
“No sólo las y los adolescentes son culpables de las conductas que los llevan a ser privados de la libertad, el cuerpo social y las autoridades les han fallado mucho antes de que ellos decidieran equivocarse”, concluyó.
TRAS LA PANDEMIA... MÁS RIESGO
Con la reactivación de las clases y el fin del confinamiento las autoridades temen que el consumo de sustancias adictivas crezca en la juventud.
“Esto de acudir a espacios multitudinarios en espacios públicos, como la playa, la Feria, al sentir la restricción y luego tener la apertura por supuesto que va a derivar en que las personas decidan consumir”, advirtió el director del Centro de Integración Juvenil de Tampico, Jorge Ávalos Castelán.
Ante este peligro, este centro que actualmente atiende a 83 jóvenes con problemas de adicción iniciará una jornada intensiva de pláticas en los bachilleratos de la Dirección General de Educación Tecnológica Industrial (DGETI).
